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i '- - A ,? al .agraviado, y castigar al delincuente, A tan altas, misio nes "están'. hoy; llamados los jueces españoles, y puestos-tan augus- 'tos y de 'tanto "honor, y confianza, merecen aun, entre Jascas- ru das clases un respeta y! veneración sin-límites. Pero, ni los.esfue.r-: sos- patrióticos de un gobierno, ni bs deseos de los buenos pa tricios . son a veces bastante . poderosos para' cambiar un. orden de "cosas, ya establecido aunque se. le - quiera sustituir, otro -que no adolezca de vicio. Sin costumbres, sin virtud en los gober nados, decae la mejor . institución, : y solo; produce sinsabores. - en su: época,, y males-'- de gran taniauo ca : lo, .sucesivo .Es pre ciso pues que la facultad del raciocinio que tan superiores nos hace a los demás seres de la naturaleza, no se. ejerza fuera .;de los límites que prefijan la moral y: la virtud; es preciso .-saber, .: .que, según.' mas.., conocemos, nuestros-' verdaderos. ' derechos y nues tros deberes, y mas exactos somos, en su cumplimiento, mas nues tros derechos son sagrados, son inviolables.; A proporción que el hombre es mas moral, es mas Ubre; y á proporción, que mas respeta- sus obligaciones, mas sus derechos son respetados.. - Y ahora ine dirijo también á vosotros ilustres profesores de las leyes, que ejerciendo vuestro ministerio estáis . mas cerca de las necesidades de los individuos, los que os. escuchan con agrá do y confianza por la independencia de vuestra: profesión: in culcad estas sanas-ideas entre las personas que de vuestra cien cia tienen formado el concepto, que merecéis, -y - mas que nada., procurad rectificar el juicio de vuestros clientes en los casos que cometan á vuestra pericia, pues á este fin, y al desempeño .le gal y honrado de vuestra profesión, las leyes os conceden tan tas libertades y franquicias. El tiempo de gozar la dicha de este orden, de esta glo ria parece muy -lejano, si consultamos la historia; pero qué- de prodigios vemos obrarse todos los días? qué no vencen la cons tancia y Ja virtud? y siempre progresando la civilización, no tie ne ya hoy un movimiento mas sensible? Por - donde -quiera -que- veamos - mejorarse las- costumbres,. ve...... remos perfeccionarse las leyes. Apoyadas las ñas en las otras y dándose mutuamente acción y movimiento, deben conducirnos al término de gloria y prosperidad, al que debemos llegar por les inmutables decretos de la Providencia. ARTICULO DE OFICIO. ' ' ' SEÑORA: V. Bí. me ha dispensado el alto honor do llamarme a tomar parte en la dirección de los asuntos del Estado, co metiéndome el Despacho de la secretaría de la Guerra. Es ta prueba do la augusta confianza de V. M. penetra mi co Tazon del mas vivo reconocimiento, y aumenta mas y mas ci constante deseo que toda mi vida me ha animado de ofre cer ni servicio de mi patria cuanto quepa en mi reducida posibilidad hasta ci postrer momento de mi existencia. En circunstancias comunes, Señora, retenido yo por el conven cimiento de que mis débiles fuerzas son insuficientes para las inmensas exigencias de este destino, y mas cuando los acha ques que padezco de resultas de mis padecimientos, son cau ca de que no me encuentre con toda la robustez que desea rla para consagrarme sin descanso al asiduo trabajo que cu los momentos presentes exige el vasto ramo dé la Guerra, hubiera rehusado sin duda alguna el imponente cargo que la bondad de W M. ha puesto á mi cuidado; mas las doloro sas circunstancias que rodean el trono de vuestra augusta Hija, la Reina mi Señora, las muy críticas en que se ha vis to la monarquía en los últimos dias, pronunciada una lasti mosa escisión' entre los defensores de V. M. y do nuestras li bertades, y el golpe' mortal que amenazaba á estas mismas, ei prosiguiendo desunidos facilitásemos de un modo insensato lea triunfos -del' Pretendiente,, nuestro común enemigo, me de terminaron a admitir 'el encargo que V. Mv se ha dignado ' conferirme, y á trih;:ar a mi pais este nuevo genero de sa crificio en cuanto lo permitan mís fuerzas físicas y morales. Las exigencias del momento harto numerosas y difíciles, mis alcances cortos, y ca el uiib.it o de las circunstancias es casi imposible que con ios imjun s deeo;- pueda yo acertar y acudir á -todas- las neveUah';.- y" la eoim'emmcia. mevita. blc do esto será la pérdida del co :ucpU que . me ha man gcado en la estimación publica tu-U mi vida, consagrada al eervido del Estado y de la libertad. Pero los grandes males exigen sacrificios proporcionados;, y si en mi larga carrera he expuesto cien veces mi vida en les campo del honor y en lc3 conflictos políticos de que he sido victima,.... dudaría un i:;c:::ciUo en ofrecer también á la patria y á V, M. hasta mi misma opinión, prenda la mas grata para un hombre, tío. bre . todo para- un militar? No, Señora: V. M. me-ha hecha el alto honor de llamarme para ayudarla; el .trono de Isabel II y nuestra libertad amenazada, por quien siempre he comba tido, reclaman mi cooperación ilimitada, asi como la de to dos 'los buenos españoles; y yo, que aspiro a llenar, los de beres de tal, no puedo negarme a dar & tan sagrados obje-. tes todo el apoyo que puedan prestarles mis esfuerzos, dé biles, sí, pero no superados por nadie en cuanto ú la efica cia v pureza .de los deseos que me animan. ' Sentado esto, como miembro del Consejo de Ministros, todos mis retíalos se dirigirán incansablemente a consolidar, en unión con mis dignos compañeros, la libertad á que as piramos, bajo el cetro de Isabel lí, á borrar hasta el mas pequeña indicio de la deplorable escisión que ha afligido ü nuestro pais; y a convertir contra las hordas del Pretendien te iodo el esfuerzo reunido y todo el entusiasmo de los lea les pura sofocar asi de una vea la llama de la guerra fra tricida que asóla nuestras provincias del Norte, y hacer quo respire en fin nuestra angustiada nación Ubre do la canco -rosa llaga que la corroe, y que amenaza consumar eu ruina. Para llegar á tan grato resultado emplearé corno Secre tario de la Guerra todo , mi cuidado en proponer íi V. M. cuan to me parezca conducente a sacar de la fuerza armada todo el partido posible, y que la nación debe esperar de los gran des sacrificios que está haciendo en hombres y en caudales. Procuraré aumentar su efectivo en personal y en material hasta donde lo exijan las circunstancias y lo -permitan nues tros recursos; proveer de armamento en cuanto sea dable a los defensores de la Reina mi Señora, y especialmente á. la heroica Guardia nacional que lo reclama por todas partes; organizar la fuerza existente y la que haya de ponerse so bre las armas, asi como los cuerpos francos y la Guardia nacional, del modo que sea mas conveniente, para. qoo,cnda instituto pueda prestar en su clase servicios mas considera bles, concillándolos con la economía que sea asequible; pro mover ci entusiasmo de nuestros valientes con la justa dis tribución de premios y la perspectiva de un porvenir mas li sonjero, asegurándoles colocaciones fuera de la carrera mili tar después de conseguida la pacificación del reino, por cuyo precioso objeto sacrifican su existencia; y por último, infun dir con la severidad oportuna un saludable terror en los par tidarios del Pretendiente en los territorios que desgraciada mente sufren la presencia de nuestros enemigos. El mérito, la decisión y la incontrastable fidelidad de las tropas de todas armas ó institutos que operan contra los re beldes, tendrán en mi un constante protector, y será mi ma yor placer el manifestar continuamente á V, M sus necesi dades y sus servicios, para acudir á ellas y obtener para estos las justas recompensas á que cada dia 60 hacen mas acree dores tan esforzados guerreros por su valor y continuos pa-. decimicntos. En las circunstancias presentes en que la des lealtad ataca con mano armada nuestros mas caros intereses, miraré como el principal do mis deberes el no proponer á V. BI., según V. AL mima sz ka dignado apccialmcnis reco ; mondármelo, mas premios quo los que se ganen al freatq del enemigo. Estos son, Señora, los pantos á cuya consecución me dedi caré con todo empeño, y estos mis sentimientos, que ruego á W M. acepto benignamente. Felis yo si mis conatos y dé bil auxilio adelantan la grande obra en que estamos empe ñados; dichoso yo mil veces si llegado el venturoso dia da ver al pueblo español libre, y reunido todo en derredor del trono de Isabel II aclamando su nombre idolatrado, y col mando do bendiciones á su excelsa ladre, puedo decir en lo interior de mi alma alborozada Yo también he coopera' do á la felicidad de mi patria. En consecuencia de todo esto suplico á V. M. se digne tomar en su augusta consideración los siguientes proyectos de decreto que tengo el honor de presentar á la soberana resolución de V. BÍ.; rogando entre tanto al cielo que con M rve su preciosa vida los años que necesita el bien de esta monarquía, Madrid 20 de Octubre de 1S35. Señora, A, L, R. P, de V. M, Ei conde de Almodovar. REALES DECRETOS. Para recompensar las penalidades quo esta sufriendo li clase militar en la lucha que sostiene heroicamente contra los enemigos de mi augusta Hija Doña Isabel II y de las