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i! os del nák . " ' - In-iistíeudo aouclli)? Rvla necesidad, cada diama? ur-vm.p. ue restablecer con los belfas relaciones paciheas, jamás baldan Usado .sobre -esin materia un lenguaje tan explícito v terminante; y se conoce desde lueo que ios litados generales han que lido hacer comprender á Guillermo que ya no depende sino de el " jtolt el' arrecio 'de 'los negocios bolaudo-beliras. Con' toda la discreción posible, pero con la ií.rmeii:. necesaria, se le dice que el pai e-tú caucado .de verle impedir de cinco años i esta arte una pacificación, que' -con solo una palabra suya quedaría realizada, Pero aun hacen mas los Estados gene rales, supuesto que por la primera- vez se atreven á recordar al Monarca los derechos y 'los votos de la nación, añadiendo ios UiijuLíi'ios que hablan en nombre de ella, y como sus le gítimos representantes. Por cierto que i se reflexiona .sobre' la extrema circuns pección y longanimidad del carácter holandés, nos veremos obligados á convenir en que a lo menos por esta vez el inen aje de los Estados generales no es tina fórmula obsequiosa, sino una verdadera lección. Las discusiones de la legislatura acabarán, sin duda, de desenvolver en una forma mas, enérgica Y decisiva los deseos de paz y de reconciliación, cuyo in terprete es la Cámara. Una experiencia y una observación de cinco! años, batí comprobado un hecho decisivo; á saber: que la separación de Holanda y de la Bélgica ha sido mas ventajosa que perjudicial al uno y al otro pais, Verdad es que algunos intereses priva ilos no han dejado de sufrir;, pero estos son pocos ó insignifi cantes en comparación -de los de las masas, En cnanto á las simpatías, las preocupaciones religiosas, las costumbres v há bitos respectivos no podían ser satisfechos, ni lo han sido, si no á virtud de la segregación que se ha consumado. Y debe advertirse que de aquellos dos países, el que está mas distan te de reclamar una nueva reunión, es seguramente Holanda; pero por lo mismo, este país, famoso por su espíritu positivo v . calculador, pide con urgencia errestablecÍmÍento ile las re-" Liciones mercantiles con sus vecinos, como de nación á nación. La Holanda conoce demasiado cuán necesarios le han sido siempre, .y le son ahora, los productos de Bélgica. El Rey Guillermo, que ha .pretendido hacer en su con ducta una vana ostentación de dignidad, compromete grave mente su popularidad, prolongando contra el voto manifiesto de -sus pueblos una escisión que no hace daño á Bélgica, sino que al contrario sujeta á Holanda ü dolorosas privaciones. La poca diligencia que han empleado tas potencias que firmaron el tratado de Noviembre para lograr su ejecución definitiva; las relaciones íntimas que van á. establecerse entre una de ella, esto es, entre- Prusia y Bélgica, y las que ya existen éntreoste último pais y Francia: no debe todo esto hacer comprender á Guillermo su completo aislamiento, y la inutilidad de sus cálculos sobre probabilidades eventuales'?.... Hay siempre en la carrera política de los Príncipes un momento que deben aprovechar, un acto que deben consumar para conquistar para .siempre su gloria y la fama de su habi lidad. Por falta de privision y de saber explorar los momen tos oportunos pierden en un día el fruto de los cálculos polí ticos de toda su vida Tal es la posición en que ahora está colocado el Rey Guillermo. Si cede, se adquirirá el reconocimiento de su pue blo, y la estimación de ÍSuropa por una resistencia demasiado larga sin duda, pero no por eso poco honrosa. Si insiste en tus pretensiones, el pueblo le hará comprender tarde ó tem prano que es necesario poner término á su obstinación; y entonces el. Monarca no sacará de semejante lucha sino la reputación de una gran cortedad de vista política, y el cré dito de ser un Príncipe infatuado en sus preocupaciones, elis ia, y rúas cuidadoso de los intereses de su amor propio, mal entendido, que délos de la nación que la Providencia y los acontecimientos confiaron á su autoridad. Seria de desear que el Rey -Guillermo, en quien las opi niones y consejos de sus ministros no tienen ninguna influencia, examinase espontáneamente los verdaderos intereses de su pais. Este seria para él un medio de adquirirse las bendiciones de toda la Europa. ESPAÑA. Madrid 15 de Voricmln. pcríís recibidos ai la Secretaria de Estado y del Despacho de la Guerra. Excmo, Sr.: El Exorno, Sr. general barón de Mccr.cn ' 7 I i enros de vire y ?n o ficto de'0 de! presente, me dice lo. que l :.ri, - t ,,, U v. . ( . . ; , . . Exento. Sr.: El coronel ;!. León ' Iriarte se me presenta, en este-momento, y. me, da parte verba!, que en cumplimien to de las órdenes 'que, le di ayer tarde, marchó anoche so bre Larratuana, y ha -sorprendido á la partida de Ochotegui, ' matándoles 18,' y haciéndoles 3"? " prisioneros que es el total de que so componía- dicha, partida:- me apresuro á noticiar lo á V. E pura, su sastbuMteion; quedando en remitirle el ' , parte detallado que me - pase dicho; coronel, pues el correo sale y no me da tiempo para nías. .Lo que teniro id honor de comunicar ft V. E. para noti cia y sati-ícsccioii de S M. Dios guarde á-V. E. muchos años. Cuartel general de ;Loroño ti de Noviembre de 1835. E-'. celentísimo. Sr. Loís . Fernandez de Córdoba. Kxcmo. Sr.. secreta rió de Estado y del Despacho de la Guerra. El general cu gefe del ejército de operaciones con fcebs de 11 remite á este ministerio el parte original que lo ba dirigido el brigadier gobernador de la plaza de S. Sebastian, en el que está inserto el del comandante militar del fuerte de Bebobia, del que resulta que en la mañana del día 19 había hecho disparar varios cañonazos contra las casas ocu padas por los rebeldes, y por la tarde dispuso que 6 Guar dias nacionales saliesen á ocupar la casa de Sorbet,. y con tinuando ci fuego hizo salir una partida de: cazadores -para incendiar las flautadas del Herrero v Venteronea, inmediatas al camino real. Habiendo visto el buen resultado de este pri mer ensayo, ordenó al capitán de cazadores. D. Ramón Al , varea Aria que con la mayor parte de la fuerza de su com-, .fuá. y Cíiuírdiasi nacionales marchase á proteger Ja operación del incendio. Los rebeldes abandonaron desde Jueo las casas y sus ranchos, ocupando los parapetos y caminos cubiertos desde donde hicieron un vivo fuego, pasando muchas de sus balas ! 'ta Francia.' En. este estado el comandante de bata llón Mel ;1v" ligeros," íidemasdó lasados "piezas que tenia - en balería ' hizo conducir otra que colocó en un camino carreti! con dirección al punto que ocupaban los rebeldes. Entre tanto los cazadores y Guardias nacionales se apoderaron do todas las casas excepto la que se halla mas distante del fuerte. En estas circustnneías llegó á los facciosos un conside rable refuerzo desde Iruu, por lo que determino que toda bi tropa se retirase, verificándolo con el mayor orden, y conti nuando entre tanto h tres piezas de artillería francesa y la:; dos nuestras sus disp,. s sin cesar. La perdida, por nqctrs, parte ha consistido en dos cazadores heridos. La del enemigo; aunque no sea fácil fijarla, ha debido ser de considerada::. El comandante del expresado fuerte dice que nada le han dejado que desear sus -defensores-, y se manifiesta sumamente satisfecho de la cooperación activa del comandante francés qno bu prestado á nuestras tropas en esta ocasión, pasando él can ino personalmente a Hendava para hacer traer la tercera pieza. (G. dL) ' S. M. la Reiua Gobernadora se ha dignado expedir al Licenciado D. Antonio de Silva Zuar. título do Abobad : ' para ejercer su facultad en los Leales Consejos y Tribunales todos de los dominios de España é indias. 79 BATALLON DE MILICIAS DE INFANTERIA. Continúa la rclucun de los o7'res '.'es, afeude y tropa del rrr-' .vo cuerpo que ruin htm ri n i rute se, suscriben por una t,z; re;? , lea cmitidadtti anotadas al marai, para anadiar ti sus u::n- ' nueras de anuas (pin ai la Pi anísala di jicndux le cr;co; del Trono d: su Juina Duna Isabel II. Ciases. Soldadtci , i ; j ! j r.rn'nTS. Juan de Jesús Vei. . Juan María, Melendcz. . .1 uan José Franco. . . León Mendoj. . . Mateo Murales Marcos . . . . Manuel Ito.lr i-uezn?. Manuel lleves Martínez. Eugenio Rodríguez.. . , N'iroíín Martínez. . . García. . N ico bis Etdro de Santiago. Pesie. O O t) 0 ; o t O o a i o