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Moderna y Vigilando la danza de los ju guetes... ¿Notaba el bebé la relación entre el movimiento de la cuer da y el de los juguetes? Si quita ba los juguetes y los reempla zaba pbr nuevos que de antema no le ofrecía al niño, éste busca ba la cuerda de nuevo para te ner el placer de ver cómo bai laba su muñeco. Claramente, pues, el niño encontraba relación entre la acción de la cuerda y el movimiento de los muñecos. Pero ¿qué clase de relación? Pue de un niño de tal edad advertir una relación física entre la cuer da y la cubierta de su cuna y - A?- i m\ i ■ y L J.-JL ■ I # m¡ w z ' -X ' teí( ‘ : *; j ¿W'tr- ' .. • - -.i : t ■ S ■' ! ¡me- ■ .1: ¡ : • ¡i| V',' * , r - -Ui t ’-iifc i¡; * :, 'f 1: I ■ :; M- ; J te'.- vi te , > .-lítete .. • -h' ■■ 4 | : tete 5 >í‘| te I ' l * . -te |íí * f !’i‘l & te ‘;f \ te >.l íiiir f ‘ !¿| • , fe-, ' ifll -j§ 4 k A-• t ■ a ■ 111 ■. I i ~ - .-.‘i v. ** Í* I» .„ • ' j te’ J i 5 i -.- t . ■- -ti t í'íl i " *— •* : ••. .. ••>... j * : -11.. ' ? «i..!... 1 i !lli ! CÍ C r . : *3 .3 L ■ ; MINO MIRANDO LAS MUÑECAS empujadas a través de dos túneles. El niño en este caso asegura que las muñecas hacen los «acorridos a la misma velocidad porque le llegan al mismo tiempo. comprender la causa y el efecto físicos? ¿O solamente hace una Conexión más general y subje tiva, a la vez egocéntrica y fe nomenalística, entre la acción de “tirar la cuerda” y- el interés sensorial resultante de ver y oír los muñecos? En orden a dilucidar esta cues tión hice él siguiente experimen to. Dejando la tela transparen te, y quitando los juguetes ante riores, me hago detrás de la cu na, donde el niño no me puede ver y le hago sonar sobre su cabeza un juguete que maniobro sus pendido en el extremo de una vara. El niño lo ve, le sonría. | '•• .... ni i i,i V i mi,.min¿T, i ' - ~ - * j ' .... . I ... J I■ 1 ■—i — ... jl H ..........V .I—. , - ■ mi —4 ltltm-11-i-t--Ti.nl, ii, ‘“!‘f f-mfj •*»«»♦•»■ «»«-«*« |***« H(lllill MlilHt ; l '■ ■< *.♦ ' * ♦**'-■•** vív ♦ v *|| #.♦.»♦* .«> St.w#...»., 1 * i| Ht f~ R NIÑO MIRANDO A LA IZQUIERDA mientras el experimentador camina hacia la cortina. Cuando el experimentador aparece al lado derecho el niño se sorprende, y cuando aquél desaparece al extre mo de la ventana, el niño lo busca a la izquierda de la misma. grita, etc. Detengo el movimien to. El niño responde ahora a nuestras preguntas con toda cla ridad. Inmediatamente busca la cuerda que cuelga de la cu bierta y tira de ella. Cuando ve que le falla el intento, no se de sanima, tira de ella más y más fuerte esperando el movimiento. No se le ocurre observar la va ra, que claramente a sus ojos puede indicarle que es la causa del movimiento. El niño también responde de la misma manera al sonido distante. Me escondo en un rincón y silbo un número de veces a intervalos regulares, has ta que el niño adquiere sufi ciente interés para buscar con la vista y el oído en dirección y luego tira de la cuerda que cuelga de la cubierta de su cu na. mirando seguidamente al rincón de donde le venía el so nido. En resumen, la acción de tirar de la cuerda ha sido generaliza da como medio para prolongar Interesantes experiencias sin te ner en cuenta distancias o pun tos de contacto. Este esquema de acción conjunta viene a ser un medio de exploración. Si el nené tiene en una mano un ob jeto que no le sea familiar y que le proporcione interés, moverá con la otra mano la cuerda mien tras que atentamente contempla el objeto que está conociendo. En el niño el sentido de rela ción causal es simple,' una difu sa conexión entre la acción de una mano y el resultado en la otra, sin comprensión de rela ciones de espacio y objetos in termedios, de acuerdo con lo que hemos aprendido sobre la inicial inhabilidad de organizar espacio y su consecuente igno rancia de objeto permanente. Hacia el final del primer año de vida se comienza a organizar espacio, a comprender la exis tencia de los objetos y a adqui rir una idea de causa. Otro ex perimento ilustra este punto. Sentado un niño frente a una sábana, en cuyo extremo opues to hemos colocado un juguete, inmediatamente, comprende que atrayendo la sábana el objeto se acerca. Si colocamos el mu ñeco ya no sobre la sábana, si no justamente al borde de ella y sobre el piso, y si el niño ha comenzado a generalizar el sentido de causalidad, tirará de la sábana esperando el efecto de seado. Pero si el niño ha alcan zado la época en que el sentido de causalidad ha sido “espacia lizado” y objetivizado, solamente actuará sobre la tela, si está se guro de que el juguete está so bre ella. Podría describir expe rimentos análogos para demos trar cómo el niño adquiere sus conceptos primarios sobre orden cronológico entre movimientos diversos. Pero creo que será de mayor interés concluir con al gupnos estudios que sobrellevan cuestiones de física, especialmen te conceptos de velocidad y re latividad. ¿Entiende el niño la velocidad como función de la- distancia y el tiempo? Es su moción más primitiva . e intuitiva’ Albert Einstein mismo me hizo esta pre gunta cuando en 1926 le demos traba algunos experimentos so bre causalidad. Había hecho yo en aquel tiem po un simple experimento que muestra cómo el niño no piensa la velocidad en términos de la relación “distancia-tiempo”. Co locamos delante de un niño dos túneles, uno de los cuales es más largo que el otro; y luego, me diante unas reglas empujamos a través de ellos sendas muñecas, de tal manera que lleguen al nüm simultáneamente; y enton ces tenemos con él el siguiente diálogo: —¿Hay un túnel más largo que •I otro? —Sí, esté. —Estas muñecas atraviesan el túnel a la misma velocidad o una más rápida que la otra? —Van a la misma velocidad. —¿Por qué? —Porque ellas llegan al mis mo tiempo. Ahora quitamos los túneles y ponemos las muñecas sobre el pi so a plena vista sobre las res pectivas distancias que tenían en el caso anterior. Ambas llegan a su destino al mismo tiempo, co mo antes. Esta vez el niño re conoció que una de ellas viaja ba a mayor velocidad. —¿Por qué? —Porque esta muñeca pasó a la otra. Incidentalmente cualquier persona puede repetir estos ex perimentos, advirtiéndole que aquí no han sido descritos con todos sus detalles; se encuen tran completamente explicados en mi libro “El concepto del movimiento y de la velocidad en el niño”. Menciono esto porque algún psicólogo tomó otro artí culo mío, “Cómo forman los ni ños conceptos matemáticos”, so bre una base de mal entendi miento y de incompleto desco nocimiento de. mis trabajos. Los experimentos que he pre sentado y otros afines demues tran que, en el niño la primera noción de orden es más fácil de adquirir que el concepto de in tervalo o medida. El que un ob jeto aventaje, al otro, no es otra cosa que una alteración en el orden de los objetos. El niño juz ga a un punto dado: si hay un movimiento rápido un objeto “pa sará más pronto que otro de me nor movimiento. Entonces dirá el niño que uno lleva más velo cidad que el otro. Estos hallazgos, derivados d* invstigaciones fundamentales so bre la Teoría de la Relati dad, nos llevan por una ruta imprevista en física teórica, que nos demuestra cómo psicología y física pueden colaborar. Los físicos definiendo la ve locidad y el tiempo caen siem pre en un círculo vicioso: la ve locidad es definida en término! de tiempo y el tiempo no pue de ser definido si nuna moción de velocidad, ajena al concepto de lejos si se partiera de una idea de velocidad, ajena al conepto de tiempo. Un físico francés, J. Abe lé, partiendo de nuestra psico logía infantil, ha concebido la idea de “ventaja” o de “pasar” (diría el niño). Esta idea le per mite explicar por qué la velo cidad de la luz debe considerar se invariable. (Una necesidad que fue un misterio en la exposición inicial de la Teoría de la Rela tividad. En el esquema de Abe le, la velocidad es concebida como una serie de sucesivas “venta jas” y se van midiendo cada vez velocidades de “paso” más altas. Construimos la función audiitva introduciendo un grupo conmu tativo algebraico y una expre sión logarítmica. De esta función auditiva pode mos derivar la ley de “compo sición de velocidades”, de la Teo ría de la Relatividad. Además por la introducción del concepto de movimiento re lativo de los cuerpos y conside rando dos velocidades constan tes, en la misma dirección, lle gamos a una expresión para la aceleración invariable, recordan do las transformaciones de Lo rentz acerca de una expresión única para cuerpos en movi miento, que comprueba a cons tancia de la velocidad de la luz. Ciertamente no es de peque ño interés el estudio psicológi co de cómo el niño pequeño, es pontáneamente, se forma concep tos de objetos, espacio, tiemp* y velocidad, llevándonos a da» una nueva mirada a materias taa profundas como la Teoría de la Relatividad