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Diario las Américas. [volume] (Miami, Fla.) 1953-current, January 18, 1961, Image 2

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LUCKY FOR US. DESPITE CUBA’S
POLITICAL TRAGEDY
If instead of the Cuban Revolutionary Government
precipitating headlong into the communist abyss; if in
stead of speeches so violently bitter and violators of
all the rules consecrated by political culture for the
internal as well as for the international affairs; if in
stead of adopting drastic measures of an absolute Marx
ist character against the security of the individuals,
against Christian morals and private property, it had
acted with relative judgment and caution, even if it
had been with only fifty percent less intransigence and
arbitrariness, the Cuban people and the peoples of
America would have awaken much later to Cuba’s po
litical realitv. The United States would have aided
financially Ihe Havana regime, and everybody would
have seen for a longer time as nationalism what is
communism; youthful imprudences instead of tempera
mental outbursts translated into abuse; temporary dem
ocratic deviations instead of dictatorship; resentments
against the United States instead of hatred obeying to
International intrigues for the benefit of soviet interests.
And in the middle of that confusion of Cubans and
Americans, in the continentalwide sense of the word,
4he regime would have grown deep roots, without
straying from its communist course. • /
Had the tactics been others, the Marxist system
would have progressed with less speed but on firmer
bases. An immense number of persons, mixed-up by
the emotion of what was believed to be the restoration
of democracy, would have been extremely tolerant and
would have unknowingly facilitated, with their confi
dence and even with their sincere support, the consoli
dation of the communist editorial dictatorship. That is why in
the title of this commentary we say that it
was lucky for us, despite Cuba’s political tragedy.
Lucky, indeed, that the Havana regime, for psycho
pathic reactions more than for inexperience, had
brought in the open all its intentions, and had
imposed without delay systems of unmistakable com
munist pattern.
In yesterday’s editorial, when referring to the new
pulicy of closer relations with the United States, but
still within the communist line, or, that is, somewhat
Amoved from the rash imprudences, we said that, be
cause of its goals of confusion, it was more dangerous
than the previous attitude, so highly aggressive that
the Kremlin ordered • switch.

2
Diario U^uedicas
4349 S. W S6th STREET, MIAMI SPRINGS, FLORIDA
Editado por THE AMERICAS PUBLISHING COMPANY
P. O. Box N» 366. Miami 48, FlJU Teléfono TU 8-7SZ1
* * *
FRANCISCO AGUIRRE, HORACIO AGUIRRB
Vicepresidente y Editor Vicepresidente, Director y Gerente
Enrique t. Rodríguez Guillermo González,
Federico G Zaldivax. Jefe del Departamento Jefe del Departamento
Jefe de Redacción de ABUnrios de circulación
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Post Office on February 3, 1954. Additional Entry at Washington. D. C,
Acogido a la Franquicia Postal como Correspondencia
de Segunda Clase en el Correo de Miami Springs. Florida.
Miami Springs, Fla., MIERCOLES 18 de Enero de 1981
EN MEDIO DE LA TRAGEDIA POLITICA
DE CUBA HUBO SUERTE
Si el Gobierno Revolucionario cubano en
vez de precipitarse sin prudencia alguna por
el despeñadero del comunismo; si en vez de
discursos violentísimos y violatorios de todas
las normas consagradas por la cultura política
tanto para los asuntos internos como para los
internacionales; si en vez de adoptar medidas
drásticas de carácter totalmente marxistas con
tra la seguridad de las personas, la moral cris
tiana y la propiedad privada, hubiese actuado
con relativa ponderación y cautela, aunque só
lo hubiese sido con un cincuenta por ciento me
nos de intransigencia y de arbitrariedades, el
pueblo cubano y los pueblos de América ha
brían despertado mucho más tarde a la realidad
política que afronta Cuba. Los Estados Uni
dos mismos habrían ayudado económicamente
al régimen de La Habana, y todos habrían vis
to por mucho más tiempo, equivocadamente,
nacionalismo en lugar de comunismo; impru
dencias de juventud en lugar de desenfrenos
temperamentales en función del abuso; tempo
rales desvíos democráticos en lugar de dicta
dura; resentimientos hacia los Estados Unidos
en lugar de odio que obedece a consignas inter
nacionales que sirven intereses soviéticos. Y
ante esa confusión de cubanos y de america
nos en el sentido continental del vocablo, el ré
gimen habría echado raíces muy hondas, sin
dejar de ser comunista.
Si las tácticas hubiesen sido otras, el siste
ma marxista habría avanzado con menos velo
cidad pero sobre bases más seguras. Una in
mensa cantidad de gente, confundida por la
emoción de lo que se creía ser el restableci
miento de la democracia, habría sido indulgente
en grado extremo y habría facilitado, sin que
rerlo, con su actitud confiada y hasta con su
£t8cero apoyo, la consolidación de la -dictadu
ra comunista. Por eso es que decimos eh el
título de este comentario editorial que en me
dio de la tragedia política de Cuba hubo suer
te. Sí, la suerte de que el régimen de La Haba
na, por reacciones psicopáticas más que por inex
periencia, haya dejado al descubierto rápida
mente todas sus intenciones, y haya implantado
de inmediato sistemas de inconfundible sentido
comunista.
En nuestro editorial de ayer, al referirnos a
la nueva táctica de acercamiento con los Esta
dos Unidos, pero siempre dentro de la línea co
munista, o sea un cierto alejamiento de las im
prudencias temerarias, expresamos que era, por
sus alcances de confusión, más peligrosa que la
táctica anterior, agresiva en altísimo grado, por
lo cual el Kremlin ordenó el viraje.
DIARIO LAS AMERICAS MIERCOLES, 18 DE ENERO DE 1961
Tipicidades de I

Por Víctor F. Goytía
Hace un decenio se plan
teó por primera vez la in
fluencia canalera sobre la eco
nomía panameña por exper
tos norteamericanos empeña
dos en defender el monopo
lio que mantiene el gobierno
de los Estados Unidos en la
parcela destinada a la vía ma
rítima, contrariando el régi
men de libre empresa vigen
te en todos los países civili
zados, excluyendo, desde lue
go a Rusia y sus satélites,
azote de la civilización cris
tiana.
Los expertos norteamerica
nos han dado en llamar “eco
nomía canalera” a las filtra
ciones que escapan al poder
succionante de riquezas y
oportunidades que el gobier
no de los Estados Unidos
ejercita en la Zona del Ca
nal contra el comercio, la
agricultura, la industria y la
ganadería panameños. La solu
ción que sugieren los exper
tos norteamericanos es la con
versión de la “economía ca
nalera” en economía produc
tiva independiente.
La consideración del pro
blema económico de Panamá
sobre las propias bases que
los Estados Unidos proponen,
es sin duda una falacia; por
que los argumentos de los
técnicos norteamericanos tro
pezaría con la imposibilidad
en que se encuentra el régi
men de libre empresa, de
iniciativa privada, vigente en
la República de Panamá pa
ra competir con un monopo
lio cerrado, que lleva el res
paldo irrestricto de la Teso
rería Federal de los Estados
Unidos, dentro de un mis
mo territorio.
La deformación de la eco
nomía panameña por causa
de la apertura del Canal es
una de las tantas verdades
que dificultan un franco en
tendimiento entre los dos Es
tados que hicieron posible la
comunicación entre los dos
más grandes océanos. La eco
nomía panameña se refleja
y fluctuante, no responde a
la explotación agrícola o in
dustrial, la regulan y la han
regulado siempre los más disi
miles acontecimientos exterio
res, ocurridos a tremendas dis
tancias, sin punto alguno de
contacto con sus riquezas na
turales, como las explotacio
nes auríferas de toda Améri
ca durante la colonia, el oro
de las Californias, la inicia
ciación de los trabajos del
Canal francés y la construc
ción del ferrocarrril, en el
período colombiano, el canal
norteamericano y las dos gue
rras en la época republica
na.
Panamá por su función geo
gráfica indeclinable, está so
metida a una economía que no
puede siquiera ser considera
da como de itercambio o
simplemente de tipo mercan
til.
Las actividades productivas
de los panameños vieron re
guladas desde el siglo XVI
por las continuas fluctuacio
nes del tránsito interoceáni
co y están condicionadas des
de luego, por una población
flotante superior a la perma
nente, cuya densidad variable
y oscilante, entorpece el fun
cionamiento de las más rudi
mentarias industrias. Tanto en
el pasado remoto, como en
el presente, mantienen un
mercado local que se dilata
y estrecha por acción refle
ja exterior.
Lo imposible de obtener
cálculos aproximados de pro
babilidades en el orden de
los negocios, se acentuó en
1903 por esa competencia des
leal de los Estados Unidos,
y repercute visiblemente en
ía conducta de empresarios,
industriales, comerciantes y
obreros de diversas capacida
des, cuyas ganancias o pérdi
das dependen en gran parte
del volumen de importación
a los almacenes del Tío Sam
en la Zona del Canal que lue
go afluyen por el contraban
do inevitable a las ciudades
terminales fuentes básicas de
consumo.
Antes de la apertura del
Canal, el Istmo contaba co
mo renglón primordial con el
caudal de los pasajeros que
obligadamente cruzaban el te
rritorio de Colón a Panamá
o viceversa; pero abierta la
via, los barcos pasan de uno
al otro mar, restándole a la
economía de tránsito cerca del
noventa por ciento de sus an
tiguos beneficios.
Las moficaciones introduci
das a la antigua economía de
tránsito, una vez abierto el
Canal, disipan los ingresos
provenientes de viajeros, sus
tituyéndolos con un turismo
local procedente de la propia
zona canalera, mas las visitas
rápidas que hacen, para cono
cer dos o tres puntos de in
terés turístico en la ciudad
de Panamá, los pasajeros de
los barcos en tránsito, lo cual
no equivale al verdadero tu
rismo revitalizador.
Y mientras prevalece la lu
cha desigual entre una co
munidad regida por la libre
(Continúa en la Pág. 8 CoL 3)
Heredia: ¡Ese sí es un
Negro Cubano!
Por HUMBERTO MEDRANO
Subdirector de "Prensa Libre u en el Aire (en el exilio)
En la primera página del Prensa Libre
robado a mano armada, del Prensa Libre que
no es libre, el de la Infamia, aparece la foto
grafía de un grupo de cubanos acusados de
terroristas. Son seis cubanos que lucen se
renos y miran de frente. La mayoría viste
el uniforme miliciano.
El hecho de estar presos, de estar acu
sados, demuestra que les han podido unifor
mar el cuerpo pero no el espíritu. Que no
les han podido uniformar la conciencia ni do
blegar la voluntad.
Dicen que son terroristas. Que ponen
bombas para matar inocentes. Que se les
encontró en su poder un depósito de armas
y explosivos: Pero el pueblo sabe que. no
son terroristas. Que no ponen bombas con
metralla, recurso diabólico de los propios co
munistas para desacreditar a los combatien
tes de la clandestinidad. Como sabe tam
bién que ese depósito fotografiado fué pues
to allí por los esbirros del G-2, haciendo
exactamente lo mismo que los sicarios de Ba
tista.
Se llaman los acusados José Heredia
Aguirre, Rafael Pargas Aguilar, Alberto Pé
rez Delgado, Hiram González, Edagrdo. Va
lle Colomé y Carlos Sánchez López.
Todos ellos aparecen en la fotografía se
ríos, altivos, dignos, con la mirada firmé, sin
rastro de temor. Son milicianos —como mu
chos otros— porque no han tenido otro reme
dio que entrar en las milicias. Pero son an
ticomunistas que aman la democracia y la li
bertad. Y por encima de todo son cubanos.
El Jefe del grupo es José Heredia Agui
rre: un negro. Un negro digno. Un negro
que antes que negro es cubano. #
HeTedia escuchó mil veces los gritos di
visionistas de Fidel Castro sembrando cizaña
entre los negros y los blancos. Oyó mil ve
ces las voces cargadas de odio que proclama
ban la mentira venenosa de que en Cuba los
blancos siempre han discriminado a los ne
gros. Y oyó mil veces también decir que
ahora los negros sí tenían una patria libre y
soberana.
Pero José Heredia Aguirre sabía que todo
eso era una inmunda mentira.
José Heredia Aguirre, el cubano negro
que tiene inteligencia sabia que no se salva
una patria ni se sirve una nación sembrando
cizaña entre sus ciudadanos. José Heredia
Aguirre, el cubano negro que tiene memo
ria, sabía que en Cuba solo unos pocos prac
ticaban la injusta discriminación. Y que esa
lacra iba desapareciendo con el ejemplo ma
yoritario de los que nunca discriminaron a
nadie por su color sin necesidad de existir
las pasiones ni de enfrentar a los hermanos.
José Heredia Aguirre, el cubano negro que
tiene convicciones y no apetitos ni envidias
subalternos, sabía que los negros no pue
den sentirse respetados porque les regalen
un balneario ni pueden considerar democrá- >
6
Thomas Mann; Secretario de Estado Adjunto
Para Asuntos Latinoamericanos
Por ARNALDO OTERO
La decisión del Presidente Electo, John
F. Kennedy, de mantener en su cargo al
actual Secretario Adjunto de Estado para
Asuntos Latinoamericanos, Thomas C. Mann,
es interpretada como indicio de que su Go
bierno otorgará preferencia especial a los
programas de desarrolló económico en el
resto del continente.
Mann, versado en cuestiones económicas,
ha sido identificado con la nueva política
norteamericana de “Desarrollo Social” en
América Latina. El futuro mandatario le
solicitó que permaneciera en funciones du
rante un período de seis meses, aproxima
damente.
En las esferas diplomáticas de esta ca
pital se considera que con su decisión, Ken
nedy indica que la ayuda económica y los
problemas de la comercialización de las ma
terias primas ocuparán un lugar predomi
nante en su nueva política hemisférica d«
“Buen Vecino”.
Mann y el Subsecretario de Estado, Dou
glas Dillon, que ocupará la cartera del Teso
ro en el Gabinete del Presidente Electo, son
considerados como promotores de la recien
te política norteamericana de fomentar en
Cartas al Director
La Opinión de Nuestros Lecteres
Las cartas enriadas deben estar escritas en máquina la Dirección a doble espacio, o por el excepción derecho a mano
con letra clara. Las cartas deben ser cortas y se reserva de con
densarlas. No se devuelven orifinates de cartas, hayan stdo publicada o no, ni se mantiene corres,
pondencia acerca de ellas. Cada carta debe estar firmada y con la dirección del que la remita.
“SAN QUINTIN
Pocas guerras por las liber
tades patrias, como la nues
tra. cuentan con tantas anéc
dota sheroicas. En la larga
lucha por la independencia
de Cuba se sucedieron accio
nes que asombraron al Mun
do. por el valor y el patrio-,
tismo de aue hizo derroche
el Mambi. Las viejas cróni
cas de aquella epopeya nos
hablan de una de estas anéc
dotas heroicas. En la larga
de come los Generales mam
bises sembraban por su
arrojo, el terror en las filas
de los soldados de la Colo
nia, pese al reconocido valor
del soldado español. El Gene
ra Quintín Banderas, Jefe in
surrecto, fue uno de los que
más se distinguió en ese as-
pecto. Reducido de grado en
tres ocasiones y recuperados
éstos en otras tantas, a fuer
za de arrojo y patriotismo in
comparable, fue un combatien
te que se destacó en las gue
rras del 68 y después en la
del 95 la cual culminara con
la independencia de la Patria.
Hombre sin ninguna instruc
ción; el General Quintín fue
un estratega y un táctico ge
nial. Mas en lo que el Ge
neral Banderas alcanzó las di
mensiones de lo epopéyico fu*
en su bien ganada fama de
guerrero indomable, que ja
más se detuvo a considerar
el número de las fuerzas ene
migas contra las cuales iba
a combatir. Otra de sus ca
racterísticas más salientes era
su desprecio y el odio que
le inspiraban los Traidores.
tico y respetuoso de las libertades públicas
porque pongan un negro de muestra en una
alta posición en el ejército Batista también
los puso y Batista era un tirano.
Y José Heredia Aguirre, el cubano ne
gro que tiene principios, sabía que una pa
tria no puede ser libre y soberana ni para
negros ni para blancos, cuando se entregan
sus destinos a un totalitarismo extranjero.
Y tanto José Heredia Aguirre, como sus
cinco compañeros se acordaron que en la
Guerra de Independencia estuvieron juntos
Martí y Maceo. Y que en la república na
ciente juntos estuvieron apuntalando el fu
turo de la patria, Juan Gualberto y San
guily.
Por eso, José Heredia Aguirre, negro,
se unió a sus compañeros blancos para com
batir el régimen comunista, la nueva tiranía.
No como terrorista. Sino como cubano. Pa
ra negarse a cumplir órdenes extrañas. Para
no someterse a una dictadura extranjera.
Ese es todo el delito de José Heredia
Aguirre, negro y de sus cinco compañeros
blancos. Los acusan falsamente. Los de
tienen porque no son comunistas. Quieren
condenarlos porque no se doblegan a los
úkases de Moscú.
PRENSA LIBRE, el legítimo, el que nun
ca se sometió a ninguna tiranía ni amarilla ni
roja; el que cayó peleando por sus princi
pios democráticos por su fé libertaria, quiere
enviar a estos compatriotas un mensaje de
respeto y reconocimiento. Un desagravio por
los insultos que les han inferido en el otro
Prensa Libre, el de la Infamia.
A Heredia, negro; y a Pargas Aguilar,
Pérez Delgado, González Herrera, Valle Co
lomé y Sánchez López, blancos.
Porque no se dejaron comprar con unos
uniformes.
Porque no se dejaron comprar con un
balneario.
Porque han puesto, por encima de la cam
paña de odios y de rapiña de los trepadores, su
patriotismo y su generosidad criolla. Por
que a pesar de la tremenda propaganda
de los que azuzan a los pobres contra los
ricos y a los negros contra los blancos, pa
ra esclavizarlos en definitiva a todos, ellos
se han juntado y han dicho un NO rotundo
y cubano a la insidia extranjera, al yugo
extranjero.
Almeida: comandante de enseñar a las
visitas; ante José Heredia Aguirre, cuádrate,
ponte en atención. ¡Ese sí es un negro que
honra a Maceo!
Porque la cosa —ya te lo hemos dicho—
no está en ser negro y tener uniforme, sino
en ser íntegro y tener convicciones. Y
mientras José Heredia está preso por de
fender las suyas, ¡tú has vendido las tuyas
al amo extranjero por un puesto de jefe que
no manda!
América Latina los proyectos de significación
social y de otorgar preferente atención a los
programas para estabilizar los precios de los
artículos primarios.
Los observadores diplomáticos consideran
que su permanencia en cargos de importan
cia asegurará una transición sin inconve
nientes en el programa de desarrollo lati
noamericano durante el periodo de cambio
de Gobierno en Estados Unidos.
Tanto Dil’on como Mann han exhortado a
los demás gobiernos del continente a mejo
rar sus procedimientos en los campos de la
recaudación impositiva, el uso de la tierra y
su subdivisión, ios programas de vivienda
y la instrucción del personal técnico nece
sario.
Kennedy, a su vez, ha indicado que tam
bién apoya la idea de dar a las repúblicas
latinoamericanas la calidad de “socios ple
narios’ en los esfuerzos para lograr un rá
pido desarrollo en todo el continente.
La presencia del Secretario Ayudante
de Estado será prenda de que los planes ini.
ciados durante el Gobierno del Presidente
Eisenhower serán coordinados con los progra
(Continúa en U Pág. 8 Col. 3)
Con estos era implacable. Co
mo toda gesta gloriosa, la
guerra de Cuba tuvo héroes
pero también traidores.
Pero vengamos a cuento y
relatemos una de esas anéc
dotas de nuestra epopeya li
bertadora la cual guarda úna
estrecha similitud con un he
cho recientemente acaecido en
esta guerra de ahora que li
bramos los cubanos contra
el comunismo. En la ocasión
a que venimos refiriéndonos
operaban por idéntica zona de
campaña, dos columnas espa
ñolas. Las avanzadas de una
de estas advirtió a la otra,
e inmediatamente le dio el
Alto, ¡quién vive! Que era la
voz de identificación del ene
migo o no. La columna in
terpelada respondió Ban
(Continúa en la Pág. 8 CoL 4)
EL ANGLICISMO EN EL ESPAÑOL
CONTEMPORANEO
Con el propAaito de contribuir al mantenimiento de la pureza de
nnestro idioma, diariamente publicamos en esta página un articulo
del interesante y novedoso Diccionario de Anglicismo del eminente
intemacionalista y filólogo panameño, doctor Ricardo J. Altan
FALACIA
Es anglicismo usar esta pala'bra en el sentido de error,
sofisma, argumento falso, razonamiento falto de lógica. Esta
son connotaciones del sustantivo inglés fallacy (pr. fálasis), qu*
no tiene equivalencia con su cognado castellano.
Falacia en español es propiamente la mentira, fraude o
engaño con que se trata de causar daño a otro y es también
la calidad de falaz, el hábito de emplear falsedades en daño
ajeno. (CONTINUA)
Rusia y China no son la
Respuesta
Por GUILLERMO CABRERA LEIVA
Hemos conversado, en es
tos meses con numerosos
norteamericanos que han vi
sitado Rusia y otros países
tras la cortina de hierro. Son
ciudadanos “leídos y escribi
dos” que saben distinguir, que
no están en la Luna. Y todos
convienen en decir lo mismo:
los obreros que vimos no mos
traban, ni en su semblante
ni en sus gestos, ni siquiera
en sus conversaciones, que
estuvieran encantados de.
la vida o del trabajo. Más bien
notamos gravedad en los ros
tros, como de quien trabaja
a disgusto, sometido a nor
mas rigurosas de producción,
vigilado y espiado, temeroso
de que sus inquietudes per
sonales fueran a traslucirse y
a delatar su pensamiento.
Y es lógico que así sea. La
maquinaria rusa no puede
moverse con la misma natu
ralidad que la maquinaria de
mocrática. Allá no existe el
derecho a la rebeldía, —ya
sea ésta en forma de huelga,
de manifiestos escritos o de
quejas colectivas— ni existe
tampoco la independencia in
dividual de abandonar una
fábrica para buscar empleo
en otra ciudad, o cambiar de
oficio.
El espíritu humano no pue
de someterse por tiempo in
definido a la opresión psico
lógica o física. Resiste un
poco, pero se alza tarde o
temprano en protesta contra
lo que lo aprisiona.
iwwini i rewpiM
acontecer cubano».
(EXCLUSIVO PARA ‘DIARIO LAS AMERICAS”)
Esa ignorancia de nuestra realidad, por parte de las
masas analfabetas y desposeídas de la América Hispana, de
viene resultante de la falta de propaganda de los grupos
y sectores opuestos a Castro, o de la deficiente popularización
de las ideas del fidelato
las cosas en del
régimen comunista de Fidel Castro, se ignora,
por ejemplo, que el titulado Gobierno Re
volucionario, entre cuyas consignas figuraba
la honestidad administrativa, es uno de los
regímenes que más ha incurrido en el delito
de malversación de caudales públicos, en la
accidentada historia de Cuba.
Se ignora que esas gigantescas malver
saciones han obligado al régimen de Castro
a disolver el Tribunal de Cuentas, organismo autónomo en
cargado, por ministerio de la Constitución y de la Ley, de
fiscalizar los ingresos y egresos del Estado.
Se ignora que, para encubrir esa medida, Fidel Castro
proclamó a tambor batiente la confección de ur Presupuesto
de gastos ascendente a la cifra de mil millones de pesos.
Se ignora que Castro ordenó que todas las recaudaciones, in
cluyendo las obtenidas por el Banco de Seguros Sociales,
pasaran a Rentas Públicas, resolución que coloca libremente
en manos de Castro, sin el impedimento de ia aprobación
previa y la fiscalización, la recaudación obtenida, por todos
conceptos, por la Hacienda pública.
Ignoran las masas analfabetas y deapoeefdas de k América
Hispana, que la arbitraria confiscación de los comercios, las
industrias y empresas edificadas y operantes con capital
cubano, se ha cubierto bajo el manto de decretos de “nacio
nalización”. Que las tierras cultivadas, ée una extensión,
inferior a las treinta caballerías, el ganado vacuno y porcino,
la industria avícola, fueron confiscadas por el régimen comu
nista de Castro, pese a pertenecer a propietarios del país.
Se ignora que Castro proyecta “nacionalizar” los pequeños
comercios, con el pretexto de ponerlos en manos de sus em-,
plea dos, pero con el propósito real de situarlos en manos de
las limadas Tiendas del Pueblo, un organismo colateral del
Instituto de la Reforma Agraria. Se ignora que los propietarios
de tierras fueron despojados de sus pertenencias con «d
pretexto de beneficiar a los agricultores sin tierras, a los que
trabajan la tierra, pero que esas tierras son, en realidad, per
tenencias del INRA.
Se ignora que el cacareado presupuesto de mil millones
representa el total de lo que el Estado patrón de factura
comunista instaurado en Cuba que es dueño absoluto de toda
la actividad comercial e industrial dei país, gastará en «I
ejercicio económico 1961-62,-en ei pago de la* nóminas de toa
burócratas, en el pago de nóminas de los funcionarios, em
pleados y obreros de ks empresas confiscadas; en el pago
de sueldos y jornales de ,los agricultores; en el pago de las
pensiones de los empleados y funcionarios públicos retirados;
en el pago de las jubilaciones de loe obrero* y empleados
privados retirados; en el pago de nóminas de empierdo* de los
comercios confiscados; en el pago de nóminas de Vos traba
jadores de la industria básica, la industria del azúcar; en la
realización de obras públicas y proyectos de “industrialización”;
en el cumplimiento de sus compromisos “culturales con Ja
Unión Soviética” y rus satélites; en ei mastentmleuto de la
costosa propaganda que intoxica al mundo democrático a través
(Continúa ea la Pág, 8 COL V
En el caso de Hungría te
nemos la prueba más elocuen
te de una sociedad no acos
tumbrada a la esclavitud, Que
aprovechó la primera circuns
tancia favorable para zafarse
de las cadenas. Y el ejemplo
de Hungría debería ser segui
do por cuantas colectivida
des tengan sobre sus dogales
la pesada cadena de la opre
sión.
Los rusos no conocieron
paréntesis de libertad y or
den democrático, a diferen
cia de otras sociedades euro
peas que sí los conocieron.
Esta es la ventaja que en
contró. el marxismo en Rusia
y a ello se debió la facilidad
en afincarse allí. Algo así
podría decirse de China, cu
yos ciudadanos fueron victi
mas de la voracidad y el abu
so de otros pueblos y grupos
de aventureros.
Las patrias americanas, he
rederas de Bolívar, Hidalgo y
Martí, pertenecen a la fami
lia democrática, no obstante
los altibajos de su accidenta
da vida republicana. Los la
tinoamericanos han ejercido
el sufragio, han organizado
parlamentos, han elegido go
bernantes y han derribado ti
ranos. Tienen, pues, todo pl
derecho a proseguir dentro
del cauce democrático, y ¿o
a retroceder al vasallaje.
Rusia y China no son, pues,
los mejores ejemplos paja
nuestras “dolorosas repúbli
cas” de América.
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DI
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L
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