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i* ¥ For the Rescue of the War Prisoners J! As it is publicly known, the movement in favor of the freedom of the Cuban patriots vanquished at Playa Gjrón has been reorganized after the disintegration of the U. S. Commission, and has undertaken, under the direction of a respectable group of close relatives of the prisoners, the collection of funds to obtain the re lease according to the terms imposed by the govern ment of dictator Fidel Castro. j For humanitarian reasons, North Americans and Lptin Americans have the moral duty to contribute, in tlje mesaure they possibly can. to the generous effort to obtain the freedom of those who made a worthy effort ir( the personal fate order adverse to restore for various democracy in Cuba, especially and td bicause whom was reasons, the military ■' plan r was not carried out as agreed iif what regards air protection, about which the top officials of the United States Government have provided atiple information, even assuming the corresponding blame. It was Commander Fidel Castro who imposed the tejrms, and , ,, the who , has picked . . . out , the . one prisoners from among all those there are in Cuba— who can be traded in this kind of transaction. It would be ideal if aH could be freed, but that does not mean that “all or n*ne”, since’ nothing is gained bv the other prisoners if the vanquished at Plava Girón fail to obtain their freedom. It is Castro wbo has excluded the other pris o|ers, whose cause, of course, deserves respect and cooperate, sympathy. There under is similar no doubt circumstances, that no one to would obtain fail the to release of the other prisoners who, long time ago, were thrown into the jails of the dictatorship for their patri otic efforts to revindicate Cuban democracy. i tlie At the present time, the Cuban Commission for release of the war prisioners is moving ahead with zealous rectitude in the collection of funds for the parchase of the tractors; and those people, depressed by suffering, deserve moral support and the material cooperation of everyone who is aware of the human itarian mission they have to accomplish. \n\n 2 lARtfl USlilEffiCAS Editado por THE AMERICAS PUBLISHING COMPANY 7 4349 N. W. S6th STREET, MIAMI SPRINGS, FLORIDA < , p. O. BOX N* 366. Miami 48, FU. Teléfono TU 8-7521 Vi- ★ * * FRANCISCO AGUIRRE, HORACIO AGUIRRE Vicepresidente 7 Editor Vicepresidente, Director y Gerente Federico G zaldlvax. Enrique i. Rodriguez Guillermo Gonzálet, Jefe de Redacción Jefe del Departamento Jefe del Departamento de Anuncios de Circulación 4(«nte de Circulación en Cuba, Carlos Reyes Gavnu, Apartad» de Corno N» 398, La Havana. Teléfono 6-9108 Representante General en Sur América: Julio César Bauza», Calle Belgrano 624. Plao 11. Oficina 112, Telf. 30 3644. Buenos Alrun. Ar sentina PARA SUSCRIPCIONES EN WASHINGTON. D. C. LLAME 4951 Roekwood Parkway. N W. Washington 16. D.C. Tel WOodley «-i960 (ENTREGAS A DOMICILIO EN WASHINGTON *20.9» AL ANO) National Advet Using Representativo -d> S. B. KOPPE & CO. INC. 630 Fifth Ave., Rockefeller Center. New York City 20—C1 #-1320 Entered as Second Class Matter at n>* Miami Springs, Florida Post'Office on February 3, 1954. Additional Entry at Washington. D C. Ar Acogido a la Franquicia Postal como Correspondencia e,< de Segunda Clase en el Correo de Miami Springs. Florida. SUSCRIPCIONES por Correo Ordinario: Anual SI4.50. semestral $7.50 FAVOR DE ENVIARNOS SU CORRESPONDENCIA AL APARTADO 36A MIAMI *8, FLA. TELEFONO TU 8-7521 Subscription by regular mall: Yearly $14.50; 6 mos. *7.50; 3 mos $4.56; Nfónthly $1.50. Airmail In U. S., Mexico and Canada $5.40 additional per mo. Dally copy 5 cents. Sunday ID cents. (Homs Delivery la Washington. D. C. $20.00 yearly). Trimestral $4.50. Mensnal $1.50. Por Correo Aéreo para los Estados Unidos Méifeo y Canadá $5.40 adicionales por mes. Ejempiar suelto 5 centavo», , _______^ M¿ m l Sprin gs, n.„ MIERCOLES 19 DI JULIO DE 1961 Por la Libertad de los Prisioneros de Guerra ZComo es del dominio patriotas público cubanos el movimiento vencidos en en Pía- pro dé la libertad de los ya Girón ha sido reorganizado después de la desinte gración del Comité estadounidense, y se ha dedicado, bajo la dirección de un respetable grupo de parientes cercanos de los prisioneros, a la colecta de fondos para lograr el rescate de acue rdo con las condiciones im puestos por el Gobierno del dictador Fidel Castro. ! Por razones humanitarias, estadounidenses e ibe roamericanos tienen el deber moral de contribuir, en la medida de sus posibilidades, a la obra generosa de ob tetter la libertad de quienes hicieron un esfuerzo me ritorio en el orden personal por restablecer la democra da en Cuba, y a quienes la suerte les fue adversa por di ferentes motivos, especialmente porque el plan militar no fue cumplido en lo relativo a la protección aérea, acerca de lo cual los más altos funcionarios del Gobier no ^e los Estados Unidos han dado amplias informaeio nes, asumiendo, indusive, la responsabilidad correspon diente. ' Ha sido el Comandante Fidel Castro el que ha im piMto prisioneros las condiciones, —de entre todos y el que los ha señalado hay Cuba— el grupo de que en que piíede ser objete de este tipo de rescate. Sería ideal que a todos se les pudiera libertar pero eso no quiere decir qúe." “todos o ninguno”, los vencidos porque nada Playa ganan Girón los otros lo prjsioneros con que en excluido los no grgft su libertad Es Castro el que ha a otros pasioneros, cuya lugar causa, dudas, desde nadie luego, dejaría merece de respeto y simpatía. Sin circunstancias, a la libertad de cooperar, ios otros en igualdad de mucho a tiempo, han caído prisioneros que, desde hace eí las cárceles de la dictadura por patrióticos esfuerzos r(«vindicadores de la democracia cubana. En la actualidad, la Comisión Cubana en pro de la libertad dé los prisioneros de’guerra está realizando con celosa rectitud ia coíecta de los fondos para la compra de los tractores; y esa gente, abatida por el sufrimien to, es acreedora al apoyo moral y a la cooperación raa t<*rial de todos los que saben comprender la misión hu manitaria que tienen que cumplir. i FAVOR ENVIARNOS SU CORRESPONDENCIA AL APARTADO 366 MIAMI 4S, FIA. I Diario Las Americas DIARIO LAS AMERICAS MIERCOLES, 19 DE JULIO DE 1961 El Verdadero Rostro de Fidel Castro Por Rubén Darío Rumbaui Cierta vez —no hace mu chos años— vi una película interesante. Se titulaba en español “Un Rostro en la Mu chedumbre”. Era la historia— en parte verídica, en parte fic ticia—del vertiginoso ascenso de un aventurero en los EE. UU. Al inicio del “film” una reportera ávida de temas ori ginales, de interés humano, descubría al protagonista en una cárcel. Estaba allí por cualquier cosa: quizás beodo, quizás una infracción del or den de menor cuantía. Toca ba un ukelele y cantaba can ciones —creadas por él mis mo— con gracia picante y sen tido del ritmo. El alcaide ha bía dado permiso para una entrevista radial con los pri sioneros y nuestro hombre “se robó el show” Días des pués, al terminar su condena, la periodista lo esperó a la »M¿ 5 trasónica. Horas radiales, “rating” creciente televisión. El galán, con su ingenio f su ukelele, empezó a “ganar público” en forma fantástica. Se convirtió en una especie de fenómeno Elvis Presley que f SéXíg hablaba, satirizaba, hafja Kjr crjticaba captaba Ig atencjón Poco a poc o a q ue ¡j a atracción de taquilla fu e convirtiéndose en la es trella de la televisión nortea mericana. Invadió la política. Asumió la dirección de la cam paña presidencial de un sena dor. Mientras tanto, carente por completo de escrúpulos, había destrozado a mp«oli ^f u , ® n doTi(íríitta que ^ habja anonima . t0 a quien primerc había con vert ¡ do e n su amante, y des pu és había exprimido como una naranja hasta sacarle to talmente el jugo, E] final simbóllC0 rsWtó a cionalista, se produjo durante d / e la ¿ ^^ña^lito, cuando muestro héroe estaba a pun t 0 de alcanzar el Poder, La amante despeciiada, la pe riodista que lo conocía a ton do, decidió aprovechar un ins tente de descuido en el estu dio * television >, espiies vo i vi6 a proletario en la panta n a . ei protagonista f ue con templado por millones y millones de televidentes en una explosión de sinceridad: rezongaba su desprecio y su aversión por el publico que lo admiraba y con palabras y gestos soeces revelaba su verdadero rostro interior, Cuando todos se percataron, ^S^den^ [ ídolo u'“película derrum ermi „ ó con el bado a ql ,i en todos habían dejado' solo, gritando desafo radamente su rabia y su frus tración desde la terraza de su “pent-house”. . . Cierta vez, en otra ocasión, asisti personalmente, desde el estudio mismo, a una compa recencia por televisión de Fi del Castro. Observé aten tamente el larguísimo monó logo de Castro parae^ pue blo, y luego su actitud con las personas que lo rodearon como moscas al terminar la sesión televisada. Poco a po co fue entrando en impacien ^nó^ociSdoir palabras goeces a un discrepante y al público asistente, eon los mo dales más dictatoriales y za fios que cabe imaginarse. In mediatamente vino a mi men P2 r asociaci f>n de ,^ e ^' “Un Rostro . en 1 la Muchedum- VI l bre". El parecido era asom broso. Aquí estaba un aven turero, un hombre sin escrú pulos, un ídolo del pueblo, una estrella de la televisión, un caudillo de la política, re velando »u verdadero rostro interior al terminar su pro grama televisado ¿Dónde que daron Is seducción calculada, 18 frase y el gest0 P reme<li - ap^^bruscamente ta ^’ H 8 so " naa ‘"g enua Habían y “ el des el la violencia, ^ arrogancia, la maldad. Un histriomsmo Heno de cálculo y de simulación quedaba sus tituido por una cruda y re pelente realidad psicológica. AMí surgía el auténtico Fidel Castro, el hombre que ios cu baños hemos descubierto ya tr»s el actor mangifico. Ese es el actual Mr. Hyde que se divisa cada vez más claramen te a través de los rasgos atra yentes del antiguo Dr. Jekyll. Ése es el Castro del engaño, d« la traición, de la tiranía, de las confiscaciones, de los destierros, del paredón, del comunismo, de la megaloma nía y del abismo final. Ese es el genuino Fidel Cas tro Ruz. Subscríbase al "Diario Las Américas ir ★ ★ ★ BE RLE SE RETIRA 'N Editorial del "Washington Post // Durante su período como jefe del gru po de trabajo del Presidente Kennedy sobró la América Latina, Adolf A. Berle Jr. hizo sentir su presencia en Washington. Alguno* se quejaron de que Berle, en su pape! ambi guo de consultor y coordinador; asumió de masiada autoridad. Pero poca es lá duda de que Berle dio un toque efectivo a los com placientes v contribuyó a dar forma real ai nuevo plan de Alianza para el Progreso del Presidente Kennedy. Ahora que Berle se ha retirado del escenario, sus contribu ciones positivas a la política latinoamericana deben sacarse a relucir. Los verdaderos movimientos de refor ma democrática en el Hemisferio tuvieron muy pocos amigos mejores que Berle en Washington. Su presencia sirvió para vincu- £ n ¡ a Crisis ínteramerícana UNA ALIANZA PARA EL PROGRESO Por el Dr. ALBERTO SEVILLA SACASA Los bajos niveles de vida han sido pro blemas de! hombre en todos los tiempos. Re lacionados íntimamente con el hambre, con la falta de viviendas, de salud, así como con otras necesidades, han tenido como causa la pobreza. El Continente Americano no ha escapa do a una realidad como la citada, cuya per sistencia en años largos dé frustración, se erige retadora y es motivo principal en la crisis interamericana del momento. Sin afec tar a todos por parejo, el fenómeno se ob serva con caracteres favorables a los Esta dos Unidos de América en una hipotética comparación con los países dé la- América Latina, en los que si hay minorías que go zan de bienestar, el contraste que abruma a la gran mayoría es chocante para masas euya miseria de siglos las incita a reivindi caciones que comprometen la estabilidad de gobiernos y desgobiernos del hemisferio. Esta dramática discrepancia es factor estimulante en el ambiente para uña lucha que busca metas.de superación política, que de lograrse habrá de procurar un vida más grata a pueblos ansiosos de un cambio, tal vez no revolucionario, pero al menos de ne> c esa ría evolución social y económica;-La-di ferencia que se considera, tiende a profundi zarse, porque del lado de los países latino americanos, un notable aumento de pobla ción en las clases más necesitadas, puede complicar el problema y las soluciones que cabe estudiar y proyectar. En la lucha referida, han adquirido im portancia las tendencias izquierdistas, cuyos programas, elaborados a base de reforma agraria y de otras manifestaciones de jus ticia social, ee ofrecen como promisora no vedad frente a la resaca derechista, repre sentada para su desprestigio, por unas cuan tas administraciones de arcaica estructura ción. Así se ha ido acentuando la penetra ción del comunismo internacional, que bien cubierto por amplia y eficaz propaganda, ex plota para su beneficio, factores sicológicos, de ignorancia y confusión para ganar pun tos en la crisis interamericana de hoy. Hasta aquí y de conformidad con el planteamiento anterior, se comprende que quienes gozan de superiores niveles de vida (como nación los Estados Unidos de Amé rica y las minorías en los países latinoame ricanos), teman al comunismo internacional por sus nexos con el imperialismo soviético, que para expansionarse busca nuevas con quistas que agregar a la lista de países que gimen en la órbita de su garra implacable. Se razona que si los mal llamados “sub desarrollados” —voz que suena peyorativa mente y que no corresponde con exactitud a la palabra que literalmente traduce del inglés—, si esos pueblos recibieran una ayu da superior a aquella con que han contado, ★ .Cartas al Director La Opinión de Nuestros Lectores La» caita» el... «viada* I *n ««Den «•<**• stai Jaban escrita» (P f COfttS en miqnlna 7 ll DufftiOfl * •• WWTTI JLT'ri^recho MlCCnO VUm* ___ ísssa rx° AUNQUE YA ES TARDE 6t. Director: Como asidua lectora suya me permito molestarlo con el dilema de Miss Cuba: Puesto que se ha presentado, y cons te que tiene mis simpatías y votos p4wa Miss Universo, creo que cuando el alma y el cora zón están tristes no sirven ale grías falaas, bastantes alegrías falsas hemos tenido con el monstruo, y sus engaños, pero presentarse siempre de negro, lar la nueva iniciativa de Kennedy a la polí tica del buen vecino que Berle ayudó a de sarrollar durante la Administración Roose velt Si tuvo participación en los errores res pecto a la invasión de Cuba, escasamente es tuvo solo. Desde el principio, se puso énfasis en que el grupo de trabajo de Berle era un ins trumento de transición. Hizo bien Berle en retirarse cuando Robert F. Woodward tomó el. puesto, vacante por mucho tiempo, de Se cretario de Estado Asistente para Asuntos Interamericanos. Cumplida su misión, Berle dejará tras sí un campo más limpio al fun cionario que deberá tener autoridad ade cuada para llevar adelante lo que el grupo de trabajo pusiera en marchó. podrían explotar más amplia y técnicamen te sus propios recursos. Como resultado, los niveles de vida subirían paulatinamente hacia el standard que ahora distingue el adelanto de una gran nación a la vez que señala un injusto privilegio de minorías. Se informaría asimismo en el hemisferio el sentido de defensa contra el comunismo in ternacional, superándose al fin las diferen cias de criterio que al respecto se pusieron de manifiesto en la X Conferencia Interna cional Americana (Caracas, 1954). A propó sito de estas consideraciones, la llamada “Alianza para el Progreso”, es tema que se comenta en el Continente por su gran im portancia y trascendencia. Las alianzas tienen larga historia en De recho Internacional. Para derrumbar a Luis XIV se organizaron la Triple Alianza de 1688 y la Grande Alianza de 1689. El tratado de Chaumont, suscrito en 1814, organizó la Cuá drupe o Gran Alianza, entre Inglaterra. Aus tria, Rusia y Prusia, para derrocar a Napo león y su dinastía, debiéndose restablecer a Francia dentro de sus fronteras tradicio nales. Otros convenios de similar naturale za demostraron que para ser efectiva, una alianza debe definir sus propósitos en trata dos firmados, cuya fuerza crecía por la cla ra especificación -de los intereses de las par tes, según cínica y realista expresión de Bis marck. En el siglo XIX y en su proyección ideológica dentro de la centuria corriente, siguieron constituyéndose alianzas confor me a los apuntados formulismos de preci sión. Sin embargo, cabe recordar que la San ta Alianza, aun sin conseguir la permanente armonía de los Poderes que la formaron, fue, como dijera el Conde Nesselrode, una “alianza moral” que obró como eficaz instru mento de paz en Europa, en los años que siguieron a la caída de Napoleón I, Se ha evocado este precedente por cuanto dio am plitud a un concepto que al perder la rigi dez de su definición clásica, abrió a las alian zas. nuevas perspectivas para la armoniosa coexistencia de las naciones. Por los alcances continentales de su estructuración, por las metas de progreso material que se propone la “Alianza Para ei Progreso”, guiada por valores morales ya consagrados como característicos en las relaciones interamericanas, es merecedora de la acogida de simpatía y claro interés que se le ha dispensado. Podrá ser un vehículo que por la vía de mejorar el presente y fu turo de las generaciones de hoy y de ma ñana: reduzca la importancia de las seña ladas brechas que estorban la mutua com prensión de loa pueblos americanos. Améri ca será entonces más uniformemente prós pera y feliz y también más fuerte, porque los que ahora parecen motivos de defensa exclusivos de unos pocos, lo serán más tarde para todos. elegante, moderna, pero de negro, cómo la negrura de nuestras hondas penas, presen te el luto, en los momentos en que otros países, felices, si pueden rodearse de hermosos coloridos, el gozar de liber tad, ésto sólo, llena el alma de un arco iris resplande ciente. eglógico, y ; para la presentación finad, siempre el hito de Cuba, bellísima de negro, escotada, en su traje de noche, pero tres cintos azul, blanco y rojo, símbolo de nuestra más querida en seña ¡Nuestra Bandera Cuba na! Cube presente, pero de lu to, si Dios quiere y el Todo poderoso lo querrá, podía el próximo año presentarse la candidato elegida, con toda la alegría, felicidad y colorido, característico de nuestra muy amada Cube. Mil gracias. Affma. María de lo« Angeles Blanco. 425 S. W. 10th Ave. EL ANTIIMPERIALISTA Por SILVIO 60 eg É a ’ •*: at&A ■m Vi EVO HtVlMMfi i Pü jr £ // ««¡Ns» J Jr* \ P*rJ Sí-4 © r -t L© / m¡ trie % A f'i ‘■í> SIL VIO C.-"** i*' V <%r 1 (Exclusivo para DIARIO LAS AMERICAS) A EL ANGLICISMO EN EL ESPAÑOL CONTEMPORANEO Por e) Doctor RICARDO J. ALFARO 7. £ HONESTO. TA (CONTINUACION) Pero una mujer honrada es la que observa la conducta I digna que corresponde a su estado: la casada fiel, la soltera vir gen, la viuda recatada De allí los viejos refranes: “La mujer honrada, la pierna quebrada y en casa”. ) “La viuda honrada, su puerta cerrada”. La antonimia corrobora la preponderancia de la noción de castidad. Si hombre honesto vale hombre probo, hombre deshonesto no significa picaro ni bribón, significa hombre r * obsceno, indecente o impúdico. De igual manera, palabras deshonestas, actos deshonestos, ademanes deshonestos, son aquellos que ofenden el decoro, el pudor, el recato y la de cencia. Igual corroboración suministra el sustantivo honestidad. El Diccionario de Autoridades lo define así: “La compostura, modestia y moderación en la perso na, en las acciones v las palabras.” (CONTINUA j Las Cárceles Políticas en el Caribe Por HERNAN ROBLETO Una comisión de la OEA que fue a la República Domi nicana a ver si allí se seguían violando los derechos huma nos, acaba de regresar a su se de de New York. LOS PE RIODICOS. El carcelero que se hace cargo de mis huesos presenta un rictus animal en rostro hu mano. Lo estereotipa el paso de" tanto dolor o oservado en carne ajena, de tantas quejas y lamentos encendidos o des vanecidos, de tantas brutales aberraciones Es impasible co mo Caronte, es (oven. Me conducirá sin barca al hoyo de la celda. ¿Qué introversión ha obrado el fenómeno de no ha llar suavidades en veinte años de vida? Con fruición hace sonar las llaves, como si se tratara de música tentadora. Y ese manojo de hierros y cobres despide una música fú nebre, que nos estremece Ya va a empezar la sinfonía, el permanente chirrido de la cárcel. Todos los sentidos son sacudidos aquí por el pescue zo, en inescrupulosos estre mecimientos Pero esa músi ca no es música, porque está situada bajo un diapasón in ferior al ruido. El niño agita * I -f wviata dal oconlacar (Exclusivo para MARIO I»AS AMERICAS) Los cubanos tenemos te propensión a «mvertM-BO*. todas las guerras, en estrategas de café. __ i. Si hay que ir, vamos”. Eso está más que probado. Pwa mientras “no vamos”, y mientras escapamos a la MfipoaieabM de asesinamos miserablemente el tiempo Minan añila teorías y enmendándole te plana a los técnicos. Yo «reo que la batalla contra *1 fidelo comunismo, en el terreno puramente mili lar, tiene que ser una batalla dirigida por militares. Por militares técnicos. Por mili tares capacitados por el estudio. Cada «vfl, por sabio que sea, tiene que aonvertirse en un soldado. En el ejército que se •onetitu ya para rescatar a la Repúbliea, sobrarán los estrategas de café, sobrarán los oficia las de “dedo” y los oficiales por decreto, y «obrarán loa sabios también. “Su lugar para cada cosa y cada cosa en so lugar". Para llevar a feliz culminación la guerra contra el monismo, precisa que “echemos” una mirada retrospectiva. Y que copiemos al carbón te organización civil y te organi se i ón militar de tes fuerzas insurrectas que conquistaron la Independencia. Y que todos nos aferremos a los idéalos 4e los eiviles y los militares que conquistaron la Independencia. Esta guerra contra el comunismo os nuestra segunda guerra por la Independencia. Para hacer la güera per la bide, pendencia se requiere que el peder eivH, *1 dor y de solidaridad nacional, esté en manos de verdadero* (Continúa en la Páf. 8 Col. 4) en su muñeca el cascabel de opacos sones y vive en la sel va un cascabal igual, que agi- • ta la víbora en el extremo de la cola; pero no. suenan lo mismo! áuri cuando una gra badora mecánica • registrar* las mismas inflexiones en los dos sonidos. El del reptil ofen de éntre la hojarasca; el del niño encanta sobre la al fombra Lleva las barras de sargen to en la manga, zapatos lus trosos, camisa afeminada. Con un empujón me precipita al fondo de la bartolina. Llega a mi memoria la evocación de uno de los versos del Dante. ¡TodaVía tengo ánimo para acordarme de la poesía r Su extensión abarca desde la Edad Media hasta ios tiempos que corren. Los vates confir man la facultad vidente y el florentino pudo tender su ge nio hasta quinientos años mis acá del tiempo y de los mares para elavar su sentencia en un punto inferna! del mapa del mundo. El ruido de la cárcel inte grado por el choque de las pesadas llaves y por el grito que se fuga de las celda* de (Conimua en *9 Pag. 8 coi. «i ;