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Democracy and Demagogy Their people who lamentably ... confuse . the pol- m are _ ftical function of democracy with the postures and out bursts of demagogy. One thing is the orderly popular consultation, the constant doctrinal or partisan orienta tion, and another and quite different is lawlessness, the disproportionate demands and the insincere and absurd claims. The politician who practices demagogy, evidently gets the applause onlv of those who react emotionally and who ignore the necessity to decorously harmonize the ideals with the realities. Furthermore, the dema gogue also wins the thoughtless applause of those who for absolute ignorance or for psychic unbalances feel fully interpreted in the exaggerated and impassioned argumentations of the leaders who ask for the impos iible to make happy those who believe that everything is possible. The democracy of deep popular roots is a serious thing, is a doctrine and system always completely in agreement with logic. Democracy must always function * within a climate of responsible liberty, and when it falls Into litertinism It loses its efficiency and its dignity, From that moment on it stops being democracy. Invok Jng without reason the argument that democracy is eminently popular, that its basic objective is the people s . wellbeing, there are irresponsible leaders who think only of flattering those who know the least about pol itics and culture and who, precisely for that, need more Of sensible leaders who may guide the political life of the Republic through paths of dignity and wisdom in order to eradicate ignorance, to raise the Nation’s levels Of eivism. The political ouacks. those who with their poisoned oratorv shout in the public squares or in front of radio and television microphones, or write with terrible acrid ity in the newspapers, have done much harm to their respective nations, because they have given them a very wrong image of democracy and have removed the country from the patriotic solutions. Of course, this does not mean that the political leaders and the press, radin and television commentators have to be condescend tng with regard to the abuses, the errors and the crimes of despotic governments or of governments which are not despotic but arc irresponsible. Compromising with such kind of regimes by the wav of exaggerated consideration in public debates would be equivalent to playing the * game of the dictatorship. \n\n Pag. 2 Diario IASImericas E4ttado por THE AMERICAS PUBLISHING COMP ANT 4349 N. W. Mth STREET, MIAMI SPRINGS, FLORIDA P. O. Box No. 3*6, Miami 48, Fia-, Teléfono TU HSU * A * FRANCISCO AGUIRRE HORACIO AGUIKRB Vicepresidente ? Editor Vicepresidente, Director j Gerente Enrique é Bodrtgset Guillermo Gonxiles. dele del Departamento dele dei Departamento de Anuncios de Circo!acido Entered as Second Class Matter at tés Miami Springs. Florida Tost Office on Februarj S, 1954. Additional Entry at Washington. B C Acogido a la Franquicia Postal como Correspondencia dr Segunda Cíase en el Correo de Miami Springs Florida. Representante en Sur América: Julio César Ban xas: Bernardo de Irigoyen 544, 9? piso. Buenos Aires, Argentina. PARA SUSCRIPCIONES EN WASHINGTON O t t-L AME {ENTREGAS A DOMICILIO EN WASHINGTON. See ció-l 1 de N. IV AS >1 Rockwond Parkway. N. W Washington U. D.C. Te! WOodlej 4-598* 550.90 por afio) inscriptions* por Correo Ordinario: Anual *20.00, Semestral $11-00, Trimestral *6.00. Mensual $2 00. Por Correo Aéreo en los Estado# Unidos. México y Canada, $5 40 adicionales por raes. (Entregas a Domicilio en Washington, Zona A. 530.90 ai afio) favor oí *.n alarnos su correspondencia al apartado 584, MIAMI 48. FLA tei efono TU 8-7521 Subscriptions by Regular Mall: Yearly *20.00, 6 months *11.00, I months $800, Month 52 00. Air maU In the United States, México and Canada. *5 40 per month additional. (Home Delivery In Washington. Zone A, $30 90 per year) Miami Springs, Fia., Viernes 16 de Marzo de 1962 La Democracia y la Demagogia Hay gente que confunde lamentablemente la fun dón política de la democracia con los desplantes y gri tos de la demagogia. Una cosa es la consulta popular ordenada, la constante orientación doctrinaria o parti dista, v otra muv distinta es el desorden y las exigen cias desproporcionadas y las reclamaciones insinceras y absurdas. El político que practica la demagogia, evidentemen te logra el aplauso de los que únicamente reaccionan en forma emocional y desconocen la necesidad de armo nizar decorosamente los ideales con las realidades. Ade más, el demagogo cosecha también el aplauso irreíle jivo de quienes por ignorancia total o por desequilibrios psíquicos, se sienten plenamente interpretados en los ?es planteamientos exagerados v apasionados de los líde que piden lo imposible para halagar a los que creen Que todo es posible, La democracia de hondas rafees populares es plena- co ta serla, es doctrina y sistema que siempre esta mente identificado con la lógica. La democracia se tie pe que desenvolver siempre dentro de la libertad res ponsabie, y euando cae en el libertinaje pierde su efi ciencia y su dignidad. Desde ese momento deja de ser democracia. Invocando sin razón el argumento de que la democracia es eminentemente popular, de que su ob jetivo básico es el bienestar del pueblo, hay dirigen tes irresponsables que sólo piensan en halagar a los que le por sabe» ello, mas de política necesitan , de de rulturay,| lideres sensatos | ;cprccl.amcn. que con duzcan la vida politics de la República por senderos de dignidad y de acierto para eliminar la ignorancia, para levantar los niveles de civismo de la Nación. Los charlatanes de la política, los que con su ver- los bo envenenado gritan en las plazas públicas o ante micrófonos de radio o de televisión, o escriben con aei dez terrible en los periódicos, le han hecho mucho da fio a sus respectivos pueblos, porque les han dado una imagen equivocadísima de la democracia y han alejado ti país de las soluciones patrióticas. Por supuesto, es to no quiere decir que los líderes políticos y los comen taristas de la prensa, la radio y la televisión tengan que transigir con los abusos, los errores y los crímenes de Gobiernos despóticos o »o de.pótlc<« pero sf irrespon tables. Transigir con ese tipo de regímenes t titulo de exagerada ponderación en los debates públicos seria hacerle el juego a la dictadura. f Subscríbase al Diario Las Américas 1 ~ CXSCVXVVVVvVV DIARIO US AMERICAS VJERNES . M be marzo de 1962 Camino de América La Bolsa y la Vida Por N. Viera Aliamirano En la última reunión del Consejo Económico y Social en las Naciones Unidas, el Se cretario del Tesoro de los Es tados Unidos, Douglas Dillon, hizo la clara advertencia a los gobiernas hispanoamericanos, por medio de sus represen tantes allí, de que no habria préstamos si antes no se rea lizaban en Hispanoamérica la* reformas agrarias y tributa rias recomendadas tanto en Bogotá como en la Punta del Este. SI alto funcionario de Washington dijo que era na tural que dichas reformas fue ran adversadas por los gru pos tradicionalistas dominan te.* en Hispanoamérica, desde luego que afectan “viejas for mas de vida". Como para jus tificar su poca diplomática advertencia, dijo que los Es tados Unidos no podrían car gar con todo el costo de la transformación social y eco nómica de Hispanoamérica. El pronunciamiento de Dou glas Dillon viene a ser la con firmación de lo que ya desde tuación social en los países pobres de nuestro Hemisfe rio. En mucha prensa de los Estados Unidos se ha cogido casi con verdadero benepláci to y como un recurso de pu blicidad de taquilla, una im presionante cantidad de m formaciones destinadas a ha a P arecer a nuestros pue «¡J la obS exclusiva de sus clase* rica*. *° ™ a ® ! t Adlai Stevensnn regresó de gu jira sudamerieana pi . diendo cuanto antes una ac c ión enérgica para liquidar "el feudalismo y la# oligarquías” de esta parte del Hemisferio. Mucho tiempo después Ches ter Bowles se desbordaba en comentarios acerca de lo* pro Evolución” 1SBK tf „, a y condieio nando la ayuda norteameri . cana a una rectificación in mediata de nuestro orden de vida, a fin de que los prove chos económicos de la “Alian za para el Progreso” no fueran a parar al bolsillo de los oli- 8 arcas sudamericanos, palabras, podemos decir que al Carta de Bogotá la de Punta del Este vienen a convertirse en una especie de capitulación global para los hispanoamericanos: los Z problemas que afligen a la gran familia hispanoameriea na y dispuestos a cooperar en fu solución, toda vez que se realícen reformas sociales y tributarias de conformidad con el propio y errado plan teamiento e interpretación de esos problemas. Viene esto a ser casi la traducción adversa de lo que podría esperarse. Los Estados Unidos ya no vendrían a nosotros como una nac ¡¿ n amiga, 6ino como un vencedor dispuesto •— y ya lo habíamos dicho antes— a po ner la espado —como Breno— en el platillo de 1* balanza, Extremando un poco má* la decepción de todo esto, po dríamos decir que en vez del buen vecino, es el buen pres tomista que viene a ofrecer nos ayuda con estipulaciones due equivalen a la entrega en J*^®* tur « soml 1 * de * P° htlca 3 eitruc ‘ T, a primera cosa que se con signó en la Declaración de la Punta del Este fue is necesi dad de “pefeccionar” y for talecer las instituciones de mocráticas, en aplicación del principio de autodetermina ción de las pueblos”, “porque sólo al amparo de la libertad y mediante las instituciones mejiiTti' faceT1 entr<5 otros anhe)os los de trabajo, techo y suelo, es CU ela y salud”. Los politicos hispanoamericanos, sedientos e impacientes por recibir el dinero norteamericano, no va alaron er. su-vribir la D«*la ^ndíe toT^e^ntendidos' d e q Ua MU exigencia de nor mas democráticas se obligaba I'll ^ hispanoamericanos la de moeracia representativa hs si do suplantada por las dicta duras personales, de Partido* único#, perpetuados esta* por medio de la fuerza y la licen cia ««gj an f 1 uso ZrillsU ^ } os re . cur j >0 ! ' P ' y emdadanTs b d s conCie ncia* débiles Basta pasar los ojos sobro tes periódicos que se impri men y que dicen lo que pa M en cada país, desde Argen tina y Chile hasta México y los países del Caribe, para darse cuenta de la dispersión ideológica que priva en ma teria de reform* agraria; y teMfrMM.» El Mitin Que Hace Falta Por HUMBERTO MEDRANO Subdirector de "Prensa Libre" en el Exilio Sefiore* exaltados, bay un remedio: irnos. Cuando uno está en cata ajena y no le guata el trato, se va. Pero no molesta. Otra cosa es majadería. —Pero hay que hacer algo. , . Conforme*. Vamos a hacer algo. Va mos a hacer todo, meros el ridiculo. Va mos a comportarnos a la altura de nues tro destino histórico. Para ello tenemos que darnos euenta que por encima de to do somos un pueblo en el destierro, no un grupo de chiquillos malcriados patalean do en casa del tío para que loa lleven otra ver a sus casas respectivas. No hay duda de que todos estamos llenos de una justificada impaciencia. No hay duda tampoco de que cada vez es má* fuerte y más agobiadora la angustia de la patria lejana. No hay duda que ningúa organismo está demostrando efectividad. Pero si queremos ayuda tenemos que em pezar por merecerla. Y jamás la merece remos perturbando el orden o cubriéndo nos de ignominia en un constante peloteo de fango donde a loa ojos extraños nadie gana y quien pierde es la causa de la liberación. * * * Pero antes de pensar o decidir lo qu« vamos a hacer, seria conveniente que ana lizáramos primero lo que hemos hecho has ta ahora. Porque tal vez lo más perento rio *ea no repetirlo. Quizás si el primer paso sea no hablar tanto de unidad y lo grarla en el respeto mútuo. No hablar tanto de rifles mientras no les podamos demostrar a quienes pueden y deben dár noslos que no vamos en definitiva a virar los contra nosotros mismo*. Aqui hay quienes se pasan la vida ha blando de unidad, pero de cada diez ma nifestaciones que hacen nueve son en con tra de alguien. Parece que para algunos la unidad no existe si no es a base de ellos mismos o de que Fulano sustituya a Men gano. Otra cosa que sería conveniente que revisáramos es el derrotismo. Porque en esa eterna cantilena de los que andan por ahi arrastrando el mentón por las Meras y re pitiendo que aquí no »e hace nada —uno* de buena fe, otros quién sabe con qué propósitos— está en parte la responsabili dad de que este exilio esté chorreando pe simismo e histeria. Como si con el pesi mismo se pudiera lograr algo en esta vi da. —¿Y qué quiere usted. . . qu« diga mos que todo está resuelto? No. Lo que queremos #* que no se digs que nada está resuelto. Y mucho me nos que no hay esperanzas de resolverlo. En primer lugar, porque eso no es cierto. En segundo lugar, porque eso no tree otra cosa que más amargura en el destie rro y más desesperación en Cuba. * * * En el frente interno, es evidente que #1 gobierno comunista está como nunca en tes bajo el impacto del descrédito y la hos tilidad pública. No ha cumplido ninguna de sus promesas. Ha traicionado a la pa tria y la ha vendido al extranjero. Y en plena impopularidad, cuando lo que se tie ne es hambre, está dando explicaciones que no sirven para comer y prometiendo más penas todavía. En el frente exterior, después de Pun ta del Este, no hay duda que nuestra cau sa tiene muchísimos aliados más. Los pue blos están despertando rápidamente y los gobiernos no están teniendo otro remedio ★ Declaración Anticomunista de la SIP SAN JUAN, Puerto Rico, Mar. de 19«2 JUNTA DE DIRECTORES SOCIEDAD INTERAME1UCANA DE PRENSA Resolución Núm, 1 Declaración de San Juan de Puerto Ri co. La Junta de Directores de la Sociedad Interamericsn* de Prensa, CONSIDERANDO: Que el mundo ha visto cómo ri per sonal periodístico en Cuba fue engsñado pa ra que colaborase en la eliminación de pu blicaciones independientes y fue luego for zado a acogerse al exilio y la penuria, y, CONSIDERANDO: Que la celebración del reciente Congra so de Periodistas Comunistas en La Haba na. en el que participaron algunos perio distas pagados por el sistema de propagan da soviética, confirma el hecho La Haba na es una base de operaciones del Comu nismo Internacional contra las naciones li bres del Hemisferio Occidental; CONSIDERANDO: Que si Comunismo Internacional, eomo todos los sistemas totalitarios, as an esen cia la absoluta negación de la libertad de expresión y de todas las libertades, de mo do que aólo aquellos periodistas que se so meten con las directivas del Comunismo Internacional, sin importar cómo esté dis frazada. pueden subsistir; CONSIDERANDO: Que la evidencia presentada en esta re unión señala, sin lugar a dudas que el Co munismo Internacional ha intensificado »u te que responder a sus requerimientos conde nando y proscribiendo la dictadura comu nista. Cada día son más los que U de nuncian y se vuelven contra ella. Siendo así ¿a qué ese pesimismo? No podemos echar las campanas al vuelo por que hayamos logrado nuestros objetivos. Pero tampoco podemos rezarle un respon so funeral. Es hora, pues, de aprovechar esas circunstancias favorables para fortale cerlas. Lo haremos demostrando nuestra co hesión y nuestra solidaridad, no nuestra histeria. ¿Por qué en lugar de andar quejándo se no empezamos todos por suspender los torneos de insultos que tanto nos denigran y el forcejeo por unas preeminencias po líticas que en definitiva nada valen, por que TODAS va a haber que revalidarlas a la hora de loa tiros? ¿Por qué no desechamos un pesimis mo estéril y comenzamos por estrechar fi las tratando de comprendemos y de per donarnos; de pensar un poco menos en nosotros y un poco más en Cuba? ¿Esa no sería tal vez la mejor mane ra de que nos respetaran y nos escucha ran más? * * * Y no se me hable de que lo que pre cipita la impaciencia o el pesimismo es el sufrimiento de nuestros compatriotas en Cuba, Aquí tiene que sufrir todo el mun do, adentro y afuera. Porque de ese su frimiento —lo* de adentro y los de afue ra, los de arriba y los de abajo—, todos zomos culpables en mayor o menor grado. Y tal vez sea ese sufrimiento el mejor ge neral de esta batalla. De las dos: la de la reconquista y la de la reconstrucción. Porque es la adversidad la mejor fragua del carácter y el dolor verdadero, lo que nos de la experiencia para no reincidir en los errores del pasado. Aunque tal parece qüe a algunos no les sirve de nada. Los hay cuyo reloj men tal se paró el 10 de marzo de 1952. A otro* »e le* detuvo el 1ro. de enero de 1959. No faltan los que cuando se les pide 1* hora responden: “;La que usted quiera, general!’’. Viven todavia en mundos que pasaron a la historia. En esa especie de cementerios se pasan la vida caminando en eireulo* con un almanaque retrasado en la mano, inventariando lo que ganaron sin mérito o lo que perdieren sin remedio, o lo que ambicionaron tan fuertemente que creyeron tenerlo un día, sin saber que »i lo tuvieron antes, ni lo tienen ahora, ni lo tendrán jamás. Al menos por procedi mientos que es muy difícil que puedan volver. En Cuba se abrirá una nueva etapa de trabajo y sacrificio en que solamente van a tener predicamento los que ayuden a re construir una patria limpia, honesta y sin ceramente democrática. En una patria así, no tendrá cabida el caudillismo, ni el ma nenguismo, ni el “tacorontismo”. * * * Se me ocurre, pues, que empecemos por hacer lo que no hemos hecho hasta el momento: respetarnos y unirnos. Reser var los ataques para Fidel Castro y el co munismo. Guardar la “guapería” para Cu ba Yo creo que los Estados Unidos están conscientes de sus responsabilidades como líderes del mundo libre y guardianes de esa libertad. Y creo además que van a ayudarnos. Pero si en un futuro cercano comprobáramos que no, entonces, lo que tenemos que hacer, unidos todos en el res (Continú. en la Pág. 7 Cal. 2) CONSIDERANDO: Que esta evidencia demuestra que los medios más sutiles se están usando para infiltrar y efectuar conflictos en el seno de las publicaciones democráticas con el propósito de asumir su control indirecto y hasta abierto; por consiguiente; RESUELVE: I. - Que la Sociedad Interamericant de Prensa declara que el Comunismo Interna cional constituye, en la teoría y en la práctica, un grave problema y una muy se ria amenaza a los pueblos de las Amérí eas y a su prensa libro e independiente. La SIP, por consiguiente, advierte a sus miembros, y a través de sus miembros a los pueblos de las Americas, que la infil tración comunista y los métodos que ésts usa constituyen un peligro «laro y actual para todos nosotros. 2- Que la Sociedad Interamericana de Prensa mantendrá una vigilancia permanen te sobre las actividades del comunismo en este hemisferio y tendrá a aus miembros informados on cuanto a los métodos asados par* destruir te Libertad de Prensa en las América*. J. Que la Sociedad Interamericana de Prensa desea recordar a todos sus miem bros que, como siempre, la mejor arma de la libertad es la verdad; ae insta a to dos los miembros, por consiguiente, a su ministrar a aus lectores con los informes más completos posibles en cuanto al ver dadero euedro de le degradación individual y nacional que Míate bajo ri comunismo. 4.- Que 1a* presentes resolucione* de San Juan de Puerto Rico sean distribuidas sin demora, a todos los miembros y que sean publicadas en un cuadro especial en el boletín oficial de la Sociedad Interameri- EL ANGLICISMO EN EL ESPAÑOL CONTEMPORANEO Por el Dr. RICARDO J. ALFARO LIVING, LIVING-ROOM Tienen uso muy general estos dos extranjerismos, d* los cuales el primero es abreviatura del segundo. En loe periódicos del Sur de América se ven a diario anuncios co mo éstos: “Departamento espléndido, compuesto por Living Room, comedor, 2 dormitorios, bañe cocina pieza y baño de servicio...” “Edificio de alto* y bajos que comprende: bajos, la guán, vestíbulo, Living, comedor, S habitaciones, pieza de servicio, baño, patio y cocina. (Continúa) Mirador Madero en Chapultepec Por GERMAN ARCINIEGAS La ciudad de México tiene de común con Edimburgo, que hay un parque, en el parque un cerro y sobre el cerro, un Castillo, Maximiliano y Carlo ta hicieron de Me Castillo un palacio. Cuando lo hicieron, a su lado la Casa Blanca de Washington se veía provin ciana, y todavía hoy', -para comparar a Clrapultepec con otra morada de reyes hay que pensar en los palacios de Vie na. Pero ya que el destino de los palacios es incierto, don de ellos se movieron un día como conviene a los aristócra tas de Europa, hoy se mues tran las glorias de la revolu ción. Y en una sala que debió ser ej mirador desde donde Carlota contemplaba el jar dín, Antonio Arriaga ha reu nido las reliquias de Francis co I. Madero. No sorprender se. Los papas, en Roma, cons truyeron sobre una colina su palacio del Quirinal. Vino la independencia, y en el pala cio se instaló el rey. Vino la república, y ahí está el presi dente. Y “el tiempo sigue su marcha.” Un nobilísimo «migo, un furioso cantor de Morelos y de Bolívar, el Lieenciado Sal vador Pineda, a quien la pa sión republicana y la oratoria elocuente han llevado al par lamento, me ha dado esta vez cita en Chapultepec. Hemos tenido en el Castillo una co mida. A la republicana. En otro mirador del Castillo, con tiguo a las habitaciones del emperador y de la emperatriz, —aún están ahí sus muebles de maravilla, y los regalos del papa y los del tercer Napo león— nos sentamos ahora a la mesa. A comer pollo en pi pián, y otras cosas muy bue nas, que a lo mejor, ahí mis mo. gustaron Carlota, antes de regresarse a Europa a ha cer la Juana la Loca, y Maxi miliano, antes de ir a hacer, frente al cerro de las Campa nas, un papel que hubiera pintado Goya. Hay que ser exactos. Don Antonio Arria ga nos cuenta que entre la hh I H H a ww MmM. jUUMAAM. 4 ( .,>jt4i A (aJÜL A CUC04XXLCÚ/1 u CAtíXXAW .,.Lki.e (Exclusrro para DIARIO LAS AMERICAS) Aunque no guste inmiscuirme en los asuntos inter nos de las organizaciones que combaten al comunismo, no puedo dejar pasar por sito el histerismo “anti-Consejo” que conmueve a ciertas zonas del exilio. En primer lugar, y para salir al paso a toda posible interpretación maliciosa de mi actitud, debo aclarar que no soy segui dor del Consejo, ni simpatizador de la po Mtica trazada por el Consejo, ni he solici tado favores del Consejo ni de ninguno de los Consejeros, ni he disfrutado, ni dis fruto, ni aspiro a disfrutar de los bene ficios tan pródigamente extendidos por el Frente Revolucionario Democrático, pri- y para que no la más mí nima equivocación posible porque aquí hay que dejarlo perfectamente aclarado todo— posiblemente no exista quien tenga, o haya tenido, más posibilidades de disfrutar esos beneficios que este humilde redactor. Mi amistad per sonal con los doctores José Miró Cardona, Manuel Antonio de Varona y el Ingeniero Carlos Hevia. entre otros repre sentativos del Consejo, es perfectamente conocida por to dos los que en Cuba han participado en las luchas revolu cionarias de los últimos treinta años. ★ ★ ★ A mi modestísimo juicio, en el exilio existen dos arite. ríos, dos corrientes de opinión, dos actitudes ante el pro blema cubano. En el más numeroso de los grupos se en cuentran, aunque no ae junten, les qué carecen de fe en que los cubanos podamos derrotar ri comunismo sta te par ticipación física de los extraño*. Y en el segundo de lo* gru pos se encuentran, y ya comienzan a juntarse, afortunada mente, los que tienen fe en que a los comunistas tes pode mos derrotar los cubanos con ayuda de los extraños y sin ayuda de les extraños. Para mi, ri Consejo está a te «obesa dri primero de tes grupos. De ahí mi discrepancia con ri Consejo. Pare no as sólo el Consejo quien participa de esa, a mi juicio, errónea opinión. Porque de te opinión del Consejo participan, ade más, 1a generalidad de lea impugnadores del Consejo- La inactividad del Consejo, punto local de tes «táttess, obede ce. precisamente, al convencimiento de que solo no puede hacer efectivo. La inactividad del Consejo es consecuencia, y consecuente, con el criterio que, sobre lo solución del problema cubano, mantiene el Consejo y mantiene, ade más, ciertas vastas sonas dri exilio. ★ ★ ★ Al Consejo te te critica, en te mayoría de tes casos, la inactividad. Pero esa inactividad dri Consejo no responde • nn capricho, ni es obra de la casualidad, ni siquiera de la abulia de los Consejeros. Esa inactividad del Consejo es hi ja de un criterio, de un punto de vista, de una opinión, gente sencilla que visita el museo la imagen, en tarjeta postal de eolores, que más se vende, es el retrato de Carlo ta Después de todo, ninguno de los dos tuvo la culpa, y ella, mucho menos. El pecado hay que buscarlo en otra par te. De esto, ahoya, no se tra ta. Vamos a ver la sala de Ma dero. Esta manera de museo la vi una vez en el Berlín que se agarraron los rusos. Hablan hecho en una casa de familia la “Casa de Lenin”. Hasta los analfabetos on ruso podíamos seguir, viendo de sala en sala fotografías y documentos del nacimiento, la infancia, la vida y la muerte de! padre de los Soviets, su retrato cine matográficamente animado. En la sala de Madero se ha hecho algo semejante, mejor. Aquí está todo lo auténtico, documentos por documento, fotografías, folletos, carteles, el botiquín homeopático de Don Francisco, su silla de pre sidente, y se ve caminar al pueblo mexicano, seguir al apóstol, rodar loe primeros trenes, y, al final, al fondo, la garra dtl traidor que va a tra cilio par al hombre bueno. Un sen poema republicano, un poco burgués y un poco cam pesino, que por encima de la muerte triunfa, y va aclaran do el mapa de la nación mien tras la# sombras de Carlota y Maximiliano se van confun diendo en la noche de las pe sadillas. Nos cuenta Arriaga, cómo Orozco pintó en dos días la cabeza de Juárez. Esta cabe za, grande como las de.pie dra de La Venta, de más de un metro de alto, que pesa como la piedra de gravedad de la historia de México, debía tenerla el pintor no dentro de su mente, sino dentro de su alma. Y la pintó furiosamen te, la bandera roja por fondo, y abajo, como cucarachas, co mo escorpiones, como can grejos, como langostas, los reaccionarios formando un* fContinúa en la Pág. II Col. 6) ,,> ■ -,, ito § r */} »jj v por H RENE, if 1 \JF I VIERA CIV ' L S<?