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Special Consultative Committee on Security of the OAS The creation at Punta del jt-mx Este of , the Spe* c eial Consultative Committee on Security of the OAS constitutes, undoubtedly, one of the most realistic steps of the Inter-American Confer Mice, inasmuch as it not only signalizes one of th. sreatwt danaer, exi, tin* in Ajerie.: that of subversion, but it also establishes a set up which in a technical wav, removed from hys HU**, if maintained permanently, can help the OAS Council in the very difficult task Of exer eising constant vigilance on the evolution of programs threatening the peace and security of the Western Hemisphere. This is of . specialized , , professionals • i _■ a group who for the same reason will study the phe* domeña of communist penetration with the very objective coldness the circumstances de jnand. . . _ It was wise to select the member from Cos ta Rica as President of the Committee. That is revealing that not only homage is rendered to the democratic tradition of the country, but also the fact that Attorney Manuel Campos Ji ménez is one of the two legal advisers the group s uarantees that the steps of the Committee will guided by a civil spirit strictly adhering to e frame of inter-American law. To the credit of the Committee, it is praise Forth}- that members of countries of the power of the United States, Brazil and Argentina, contributed to the appointment as President of the group of a colleague citizen of a Physical ly small nation. That enhances the faith m tne work of these specialists, already implied at Punta del Este when, for the creation of the Committee, nineteen votes were obtained in * favor, * with one against and one abstention. ____ ______ —---- ---- \n\n Pág. 2 Diario U&Amemcas Editado por TH* AMERICA» PUBLISHING COMPANY «349 N. W. 36th STREET, MIAMI SPRINGS, FLORIDA P. O. Box No. J6«. Miami 48, Pl»., Teléfoao TU S-752X * * * FRANCISCO AOUIRRE. HORACIO AGUIRRE Vicepresidente r Editor Vicepresidente, Director y Gerenta Enrique « Rodrigues Guillermo Gonxilex, Jefe del Departamente Jefe du Departamento de Anuncios do Clrculncite Kntered os Second Citas Master at roe Miami Spruce. Florida test Of flee on Febrntry J, 1*54. Additional Entry at Waxhlnttoa. D. C. Acogido a la Franquicia Postal como Correspondencia de Secunda Clase en el Correo de Miami Sprints Florida. Representante en Sur América: Julio César Bauzas: Bernardo de Irlcoven 546, 97 piso. Buenos Aires, Arcentlna. PARA SUSCRIPCIONES EN WASHINGTON O t lLAMI (ENTREGAS A DOMICILIO EN WASHINGTON. Seccléu 1 da N. W. #51 Rockwond Hxrkwaj N. W Wasmneton 16. D.L. Tal WOodley AS9SS S36.90 por abo) Suscripciones por Correo Ordinario: Anual 120.00, Semestral Sil 00, Trimestral *6.00. Mensual *2 00. Por Correo Aéreo en los Estado* Unidos. México y Canada, *5 40 adicionales por mes. (Entregas a Domicilio en Washington. Zona A, *30.90 al sfio) FAVOR OI ENVIARNOS SU CORRESPONDENCIA AL APARTADO ISA MIAMI 4*. FLA TEI EFONO TU 8-7521 Subscriptions by Regular Mail: Yearly $20.00. S months *1100, S months *6 00 Month *2.00 Air mail in the United States, México and Canada. $5 40 per month additional. (Home Delivery in Washington Zone A. *30.90 per year) Miami Springs, Fla., Viernes 13 de Abril de 1962 Comisión Especial Je Consulta Sobre Seguridad de la OEA La creación en Punta del Este de la Comí glón Especial de Consulta sobre seguridad de la OEA constituye, indudablemente, uno de los más positivos pasos de la Conferencia Inter americana, por cuanto no solo señala uno de los grandes peligros existentes en América: el de la subversión, sino que además establece un me canismo que en forma técnica, alejado de histe rias, puede, de mantenerse en forma permanen* te, ayudar al Consejo de la OEA en.la muy difí eil tarea de ejercer una vigilancia constante so bre la evolución de los programas de amenaza para “ la * paz y * seguridad ° del Hemisferio Occi- 5 dental. . Se _ trata . . de , un grupo de , profesionales e> pecializados que por la misma razón estudiaran los fenómenos de la penetración comunista con Ia frialdad objetiva que las circunstancias de mandan. Ha sido un acierto el escoger al miembro , , de j Costa Rica como Presidente de la Comisión. Eso revela i que no solo -i se rinde • j un homenaje a q la la tradición democrática del país, sino también el hecho de que el Licenciado Manuel Campos Ji ménez es uno de los dos abogados del grupo, asegura que los pasos de la Comisión estarán guiados 8 por un espíritu civilista apegado al marco del , V derecho , I interamericano. - i • . Para el crédito de la Comisión, es loable que los miembros de los países de la fuerza de los Estados Unidos, Brasil y Argentina hayan contribuido a elegir para Presidente del grupo al colega que es ciudadano de un país tísica mente pequeño. Eso aumenta la fe en el trabajo de estos técnicos, que ya fue anticipada en i un ta del Este cuando para la creación de la misma Comisión se obtuvieron diecinueve votos a fa vor, uno en contra, y una abstención. Subscríbase al Diario Las An ericas DIARIO US AMERICAS VIERNES, IS DE ABRIL DE 1962 Claraboya La Sra. Taylor Cleopatra de Celuloide Por RAUL ANDRADE La nariz de Liz Taylor, pe se a su forzad^ parecido con Cleopatra, no cambiará el destino del mundo. Apenas si ha desviado, hasta aquí, el de cuatro o cinco conquistadores de casaca civil que han teni do el azar de ponerse a su al cance. Por algo decían los an tiguos que la fatalidad usaba nombre y túnica de mujer. En su nuevo papel de Cleo patra, modelo 1961-62, la se ñora Taylor aparece muy sa tisfecha a la salida de los “nigh cluhs” de via Venetto, erm su ojos fosforescentes y verdosos, sus leopardescos ta pados, su cicatriz en la gar ganta y su estela de pasiones fugaces, que no han sobrevi vido más allá de la quinta pri mavera prematuramente agostadas. En este aspecto, como en algunos más, la seño ra Taylor, realiza el ideal fe menino de la época, visto des de un ventanuco de redacción de periódico ilustrado: es una noticia gráfica viviente para ra Taylor , eT1 e i camino de su cuarto o quinto divorcio y de mmrn acompañamiento de los chi nescos, pandorgas y tarabillas de la publicidad que, con tan to arte como falta de escrúpu los. utilizan los directores de orquesta de la propaganda, ¿ ,, s(fior , Taylor como de otraí stars » de la pantalla, comienza en la cubierta ilustrada de un pe riodico cualquiera y con un pretexto cualquiera: enseñar bellos hembras, descubrir sus aTlcas apetit0 , as lucir sus curvas perfectas o lanzar, con ayuda de sus magníficos dien *denfnffoa a síT* U< c^ eiio mo en el caso de la señora Taylor. se agrega la siempre atrayente seducción de unos ojos felinos, tanto mejor No faltara algún ávido buscador d<l r0itros nueV os capaz de re parar e n el suyo, adquirido a bajo precio y utilizarlo des valares^biieitarET ei de iá señora Taylor no varia ma yormente en relación con otros valores parecidos. Des pués de dos o tres “sucesos" ríZ'm.mZlíV nieineamente destruidos, la artista quedará cuajada y la «lúioTdT X i¡ s ta pa ra expendería ai púwi eo de todas las latitudes bajo dudosa y edificante. Doctorada en “fatalidad” — como otras se doctoran en ju risprudencia—, envuelta en un nimbo perverso y en pe llizas costosas, sapiente y vo luptuosa como una antigua sa cerdotisa, la señora Taylor es taba s punto y no había si no que poner en marcha el mecanismo de la más extra vagante fantasía para fue recoger los beneficios Así conce bida la empresa, abrumadora y genial, de convertirla en una Cleopatra de material plástico, con ayuda de todos loa recursos publicitarios, por » u <jaces y complicado* que parecieren La “star- tenia (“rne'eu* minados y deshechos con igual rapidez cuando casó, por ter = con CS p CSOS v«1oa de luto y fementidas lágrima* a i« pa jjn.. **-5 con premur a. Era el personaje ideal para edificar en torno jerga einelandesa, se denomi na una “superproducción.” Reuni „ on los acconistas con tedo el aparato y ceremonial de estos casos se pronuncia j M circunstancia*. Regóse champaña sobre la no ble testa cleopatrina de la se ñora Taylor, como se hace en u quill. de Umave, que van íueT^oTn marcha con asistencia d« la* presentante personil de Ni kit* Khrushchev hasu una d* d * ** 0NU ’ * e|UB ** Pronto, los “directores de producción" se dieron cuenta t o dramático Entonces i» üus tre actriz enfermó del mai mis yo virus » er4 puMl0 en modi *n i* primavera entrante—, ciud *j cart , « dead* iu« combatido, naturaiment*. por lo* especialistas más caro* y con !os específicos má* difíci les de encontrar, pues que ta Pág. U CM. I Rastros de los Hechos CMF' La Reacción Contra la "Alianza rr Por ROBERTO GARCIA - PEÑA Los recientes quebrantos de la demo cracia argentina acaecidos a raíz de las elecciones del 18 de marzo, han promovi do entre los enemigos de la política in teramericana del Presidente Kennedy, en los Estados Unidos, una agitación de inconfor midad francamente hostil a nuestra Amé rica. y, desde luego, a los comprensivos y ambiciosos planes del mandatario norteame ricano. Algunos diarios y varias revista* que generalmente expresan el punto de vista de importantes y vastos sectores de la opi nión pública de aquel pais, parece como si celebraran lo ocurrido, en cuanto les da fundamento a sus críticas y puede va lerles como razón de su pesimismo. “Un año después —dice uno de aquellos co mentarios a que aludimos— de que el Pre sidente Kennedy anunciara su programa de la Alianza para el Progreso. América La tina aparece sumida en el caos, más que comprometida en empresas de ordenado en grandecimiento. Crisis tras de crisis. No hay pais latinoamericano que ofrezca sínto ma alguno de estabilidad económica o po lítica. Una amenaza de proyecciones ma yúsculas está creciendo en aquella vasta zo na continental v los viejos sentimientos an* ti-yanquis lejos de disminuir aumentan pe ligrosamente. El fortalecimiento pacifico de la democracia, al amparo del cual se su ponía obrara la ‘Alianza", es bloqueado por la poderosa lucha entre extremismos irre conciliables." Y sobre estas suposiciones montan su alerta contra esa especie de “nuevo trato" implícito en la noble e in teligente conducta de la Administración Ke nnedy respecto a los que ya no tan olvi dados y subestimados vecinos del sur. ★ * Tal es la típica posición reaccionaria ante los proyectos del actual gobierno de Washington. Los mismos resabios de la ab surda y arbitraria gestión de antiguas ad ministraciones republicanas en relación con la América Latina, se hacen presentes en esas voces anacrónicas, que parecen revi vir todo el Ímpetu soberbio del "gran ga rrote” y del “destino manifiesto". Vo-es del pasado. Casi vociferaciones de la ca r na. Así las palabras de la senadora re;, i blicana, de Maine, Margaret Chase Smith, para quien todo el trastorno de la Amé rica se reduce a no haber obrado en Cu ba más violentamente. El llamado “cuban fiasco” resulta, para ella, la causa inme diata de todos los tropiezos posteriores. "Si hubiéramos tenido el coraje de acabar con Castro otra sería la situación”. La es túpida mentalidad, por desgracia predomi nante en toda una época, y que cuando surge una distinta, más abierta a la rea lidad, más respetuosa de los derechos, más auténticamente liberal, como es la que orienta el criterio actual de la Casa Blan ca y del Departamento de Estado, se enar dece y proclama el desafuero y la bru talidad imperialista como únicos instrumen tos posibles, Como el solo método en la vida de relación de las dos Américas. * * * Difícil empeño en verdad el del go bierno del Presidente Kennedy. No sólo en los asuntos domésticos se alza la oposición retardataria que trata de Impedir sus vas tos planes sociales o que le prohíbe dar la categoría de Departamento (Ministerio) a la oficina encargada del desarrollo ur bano por temor de que se eleve a la dig nidad de Ministro al funcionario negro a quien Kennedy designó para dirigirla. Son las oscuras fuerzas conservadoras de amar gas injusticias, de privilegios funesto, de discriminaciones odiosas. Todo cuanto es antagónico a las ideas liberales que con el joven gobernante han renovado su vi gencia y su vivencia; su formidable capaci dad de creación, de superación, de honda transformación. De ahí también el afán de oponerse s la real cooperación con las naciones latinoamericanas, a las cuales qui* ★ ★ ★ Centroamérica AREVALO SE ACERCA A GUATEMALA Por N. VIERA ALTAM1RANO Las últimas informaciones de prensa — aunque un poco imprecisas y periodísticamen te dramatizadas— nos indican que Juan Jo sé Arévalo, el ex Presidente de Guatemala, —cuyo socialismo espiritualista no llegó a entenderse nunca— está preparándose pa ra regresar a su pstris con el claro propósito de entrar a la contienda presidencial para el período que seguirá al que actualmente cum ple el General Ydígoras Fuentes. Como preparación táctica para tu regre so, Arévalo se pronunció, primero contra el despotismo sanguinario d* Fidel Castro, so lañándole como desleal a la inspiración de mocrática que ae ha atribuido a la revolución cubana. Con esto, Arévelo —residente ahora en Venezuela— presta un concurso valioso a la posición doctrinan» del Presidente Ró mulo Vetancourt, y se eonfiesa él como se gundo paso hacia Guatemala, al dar su voz do advertencia a lo* pueblo* hispanoamericanos de que el peligro mayor no estaba en Wa shington, lino en Moscú: el tiburón que se lanzaba eon Impetu tra* el banco de sardi nas de las desunidas Repúblicas híspanosme ricanas, ya ne eran loe Eatedos Unidos sino les Tiranias Unidas del Soviet. Y eomo si no bastare ya, como preparación táctica para su regreso, Arévalo da un tercer paso al decla rar —según informaciones reciente» de la UPI— que el Presidente Ydígoras Fuente* tiene perfecUmente derecho de terminar su periodo, con le cual se manifiesta consecuen te* con quien podría ser su antecesor y con* tribuye, en cierta medid*, a apaciguar loa la* grupos «taludes, hfiéqdoU* siera ver sometidas indefinidamente a un imperialista sojuzgamiento económico. Por ello el escandaloso aprovechamiento que pre tenden hacer de la crisis austral, como ar ma decisiva en su lucha contra la tesis de solidaridad en la democracia y de pros peridad en la libertad, que definen sustan cialmente la filosofía de la nueva “buena vecindad" propuesta y empezada a ejecu tar por Kennedy. Rr * ★ Claro que quienes asi piensan y así obran constituyen minoría, y claro que no todo en la opinión pública norteamericana es ciego y pedante sentido de la hegemo nía. La política de la Casa Blanca tiene también una fuerte y amplia base de res paldo nacional y cuenta con la decidida simpatía de fuertes núcleos intelectuales. Diarios como "The New York Times”, co mo “The Christian Sciende Monitor”, como el "Washington Post" han entendido el al. canee trascendental de la “Alianza" y es tán creando el ambiente propicio para su desarrollo. La América Latina cuenta, pues, eon vocea amigas, cuya contribución resuel ta hace posible confiar en la grande em presa solidaria. * ★ * Desde luego, es verdad que a estas na ciones incumben deberes imperativos e ine ludibles. Si la fórmula de la “Alianza” par te de la base de la propia ayuda, que fa cilite y haga fecunda la que se ofrece des de fuera; si en el planteamiento original, Kennedy ha señalado requisitos que dicen referencia a indispensables reformas de or den social y administrativo, de equilibrio en las leyes de tributos, de seguridad y auten ticidad democráticas, de existencia de la li bertad política como indispensable ambiente para el progreso material; si como su pro motor lo desea ha de tratarse de una coa lición de gobiernos libres y ha de buscar “el objeto de suprimir la tiranía en un he misferio donde no hay legitimo lugar para ella”, a nuestros países corresponde ponde rosa responsabilidad esencial. Todo cuanto traicione o siquiera disminuya la concien cia de tal responsabilidad, irá en perjuicio evidente e inmediato del urgente desarrollo de este formidable prospecto de acción coor dinada y conjunta, que ha de convertir estos años en la era afirmativa y decisiva de la nueva América: grande en su vitalidad; or gullosa de su igualdad jurídica; firme en la evidencia de sus instituciones republicanas; contrarias a todo predominio de castas: y cerrada, por realidad de su propia certidum bre de justicia, a la penetración audaz de teorias que la contraríen en su tradición y su indole; de credos que no correspondan a su concepto de la dignidad humana; de fuer zas que puedan significar el aniquilamiento de su espíritu, la hipoteca de su autonomía, la aciaga servidumbre de sus pueblos. * * * “Sólo los esfuerzos resueltos de las pro pias naciones americanas pueden asegurar el éxito de esta empresa. Ellas, y solamente ellas pueden alistar las energías del pueblo y modificar los patrones sociales, de modo que los frutos del crecimiento sean compar tidos por todos y no sólo por unos cuantos privilegiados”. Estas palabras, del discurso inaugural de la “Alianza”, no son simple in vitación al común esfuerzo, sino el señala miento clarísimo de una obligación irrenun ciable. Debemos, según ellas, contribuir a crear dentro del propio ámbito de nues tra* soberanía* —el clima moral y material propicio al proceso de superación a que se nos invita. No es que por obra y gracia pa ternalista de una potencia generosa, no* ven ga pródiga lluvia de bienes La “Alianza” es el cauce de una honesta disposición de ayu da, pero también el compromiso de facili tarla y aprovecharla con un sentido inequí voco de la equidad y bajo el imperio inso bornable de la libertad. (Continúa en la Pág. 13 CoL t) así que hay que tener paciencia para alcan aar la perfecta libertad y que el voto fue lo que llevó al Poder a Ydígoras Fuentes, so lamente el voto debe ser lo que determine su descenso del Poder. Como se ve, Arévalo empieza a hacer po lítica, recordando, con muy buen sentido, que nadie da las armas al enemigo y que muy niño sería cualquier Presidente de Guatema la de darle oportunidad de escalar el Poder sabiendo que de inmediato caería en sus ma nos como una víctima propiciatoria. Sabe muy bien que ae eorren riesgo» gravísimos de per der si desde un eomienxo un aspirante al mando político empieza por declararse ene migo de los Estados Unidos. Ha sido uno d* los lndieio* más frecuentemente comproba dos, que la actitud antiamericanista ne es más que una hábil simulación de la simpatía por el Soviet. Además, Arévalo da señales de te ner buen sentido cuando sale en defensa da la continuidad del régimen del Preaidente Ydígoraa: aabe que el Ejército guatemalte co está con su Preaidente y de esta manera ese Ejército no verá en él. en Arévalo, a un enemigo y sí, por lo menos, a alguien con quien puede entenderse. Podríamos decir que tanto Arévalo como Betancourt y «oreo Haya de le Torre han aprendido algo después de un largo recorri do en que la falta de madurez y de expe riencia, pudo privarles de las conquistas a que podrían aspirar en virtud de sua preocupa ciones sociales, de su buena intención o de su tiuüseu tibie EL ANGLICISMO EN EL ESPAÑOL CONTEMPORANEO i Por el Dr. RICARDO i. ALFARO MAGAZIN Este anglicismo remonta sus orígenes hasta el árabe. Magacén e Almagacén. se convirtió en el español Almacén, el francés Magasin, el italiano Magaxzino y el inglés Majg* zine. El significado original de la palabra es Depósito, Gr*. mero, Bodega. (Continúa) t Insultos de un Dictador Por GUILLERMO CABRERA LEIVA No debe extrañar que Fi del Castro lance insultos y di ga groserías en público. Mu ssolini solía hacerlo. Trujillo también, tal vez con más si mulación que el troglodita cu bano. Los dictadores más fanfa rrones han sido siempre los más insolentes en el ataque verbal. Pero la historia les ha he cho comer, con polvo y pala- san gre, sus desvergonzadas bras. Nikita Khrushchev también gusta del gesto vulgar y ori llero. Es lobo de la misma ca mada. ¡Qué diferencia con las au toridades de los países occi dentales y cristianos que prac tican la democracia! ¡Qué so briedad la de las ingleses y norteamericanos y la de go bernantes de la América La tina que miden y pesan sus palabras! La sensibilidad de cualquier ser h-umano, medianamente educado, tenia que sentirse herida al escuchar, hace algu nas noches, al bárbaro de Cas ero disparar insultos contra otros mandatarios y ex man datarios americanos. No se en cuentran calificativos para es te dictador desaforado y no se halla lógica capaz de explicar ZZ2G por RENE VIERA )WHAtacLe£ aamttoex cuben * E (Exriusrvo DIARIO LA® AMERICAS) Comprendo que alguna gente considere imposible qu* a los comunistas podamos derrotarlos los cubanos Arma por arma, tanque por tanque, Mig por Mig, los comunistas parecen invencibles. Pero todo eso no es más que pura pantalla, El régi men comunista, como todas las dictaduras, tiene los pie* de barro. Todo lo que tenemos que hacer es destruirle los pies. Para obligarlo andar a gatas. ir ★ ★ Comprendo que mucha gente discuta la tesis de que lo podemos hacer los cubanos. L Pero me luce descabellado que rechacen tozudamente la tesis de que podemos ha-, % eerlo los cubanos. Por la sencilla razón de que, hasta aho ra, no lo hemos intentado los cubanos y na die puede saber ciertamente, por lo tanto, si lo podemos hacer o nó lo podemos hacer los cubanos. Para determinar si lo podemos hacer los cubanos o no lo podemos hacer los cubanos, hay que pri mero remitirse a la prueba. Hasta ahora lo único que sabemos es que tenemos que hacerlo los cubanos o esperar pacientemente a que un día todos convengamos en que perdimos la oportunidad de ha cerlo. Cuando todo sea ya demasiado tarde. ★ ★ ★ Aquí mucha gente considera que los cubanos no pode mos hacerlo. Y hablan de invasiones con los “Marines” y con la OEA. Esa g ite opina que el régimen comunista tiene muchas •rmas y n *ha gente para que empuñe las armas a su fp vor. Convengo -ue lo* comunistas tienen muchas armas, Pero no campa; ■i criterio acerca del número de hombres. qu* el comuniar tiene para empuñarlas. - ‘ Si »1 comum no tiene efectivamente la cantidad de hom bres que aquí alguna gente le presume, entonces el comu nismo seria un régimen eon respaldo popular. Y a un rég»-. men eon respaldo popular no lo pueden tumbar los “Mari nes” y la OEA tino pasando por encima del cadávtsr de la mayoría nacional. ★ ★ ★ Te dige, eon e! Presidente Kennedy, que si •! eomunJá-. mo llega al Poder por medio de elecciones, no queda más remedio que presumirle respaldo popular. * Pero el comunismo no llegó al Poder por medio de elec ciones, Porque el comunismo no llega nunca al Poder por medio de elecciones. Porque el comunismo es una Tiranía y las tiranias ten antítesis de las elecciones. Y porque las elec ciones son la única vía legítima para expresar la voluntad popular. Y porque todo régimen que no sea producto de 1* ■elección y el consentimiento de los gobernados, es un régi men ilegítimo, e impopular. Yo creo que el comunismo no tiene a nadie. Que apa- - renta tener pero que realmente no tiene respaldo popular. Porque si el comunismo tuviera respaldo popular no necesi tarla para gobernar apelar a la Dictadura y la Tiranía. Cea remitirse a la consideración del pueblo bastaba. ★ ★ ★ Los que aquí arguyen que solos no podemos hacerlo ae dicen y se contradicen. Afirman que Fidel Castro »o tiene a nadie, pero par» derrotar a Fidel Castro piden el auxilio de hombrea T equipos de los extraños. Yo digo que Fidel Castro no tiene a nadie. Y afirmé que, por esa razón, lo podemos derrotar los cubanos. Fidel Castro tiene muchas armas Estamos de acuerdo. Pe ro las armas no se disparan solas. Para empuñar y dispa rar las armas hacen falta hombres. La gente allá tiene que cuidarte, tiene que aparentar todo lo contrario da lo que alante. Sólo noeeaitan que ae las dé asi . Un pe* queño empujón. Ellos harán lo demáa. Porque la abrumado ra mayoría rechaza al comunismo. Y sarán pocos todo* loe checos, y todos los rusos, y todo* lo* chinos, y todos los polacos comunistas, para aguantar el empuje del pueblo cubano cuando ae decida a reconquistar su Independencia.. Y ei no, ye vereaiac. • • • hasta dónde puede llegar, 03 su locura y su maldad, este implacable lanzador de fango. Marx, en su tiempo, era también feroz en el ataque. Quizá no usó de palabrotas descarnadas como su discípu lo Fidel Castro; pero tenía cierto sadismo, eomc su here dero ideológico del Caribe, en castigar verbalmente y por es crito a sus adversarios o dis crepantes. Tal parece que Marx, si hubiera ocupado e! Gobierno de un país de época, habría sido ni más ni menos que un Fidel Castro. Los síntomas parecen indi car que el insulto y el ataque vulgar son características dél comunismo. Y eeto tampoco debe extrañar, una vez que se consideran las propias ideas comunistas, en lo que respec ta a normas éticas o morales. En el decálogo comunista no hay nada que hacer con lo que en Occidente entende mos por dignidad humana y consideración por el prójimo, sean cuales fuesen sus opi niones. Y puesto que tales barreras no “estorban" la conducta co munista, es perfectamente -ad misible la ofensa y sin normal el insulto y mayores preocu paciones o remordimientos de conciencia.