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Diario las Américas. [volume] (Miami, Fla.) 1953-current, September 06, 1962, Image 2

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The White House's Ultimatum
to The Kremlin
The categoric statements made by President Ken
nedy in connection with the growth of communist mili
tary might in Cuba have a transcendental meaning that,
most certainly, the Kremlin will interpret correctly in
the sense that the United States of America are truly
determined to put an end to Soviet Imperialism in Amer
lea.
Russia, no doubt possible, has been plaving with
fire in this tragic episode of the Cuban case. Fidel Cas
tro and his country’s communists, with their character
istic irresponsibility, have led the island of Cuba to ter
rible extremes of desperation and, particularly, to the
verge of an imminent war that could be of fatal con
sequences for the enslaved people of Cuba.
fw,. There fe , no doubt - ,. possible ... that , the firmer is the
position the United States may adopt with respect to
Soviet imperialism and its base in the Caribbean, the
more aptly will be fulfilled the historic mission cor .
responding to this great North American nation of being
the protector of the western civilization. Unfortunately
the only language the communists understand is that of
force. The communists stop in their imperialistic race
only in the face of categoric determinations of the United
fianfdilnlÍv sians display 6 extraordinary dÍ t P,0 ™ a . tÍC and aggressiveness. C0,d * ar order Yet, ' the in Rus the *
field of phvsical actions, as soon as they are faced with
* firm attitude on the part of the United States they
know to keep their distance. Were it not so, Russia would
already have taken over more countries throughout the
world. So. there must be no doubt about it. to stop the
Kremlin in the accomplishment of its plans with regard
to Cuba, it is necessary to have statements such as those
recently voiced bv President Kennedy and, more so, it
Is necessary to implement in the field of action the phys
ieal support of those statements with the speed and
energy the circumstances demand.
Russia s all around race of abuses in Cuba must be
brought to a halt immediately, not only to liberate a
nation that has the right to be free, but tin safeguard the
independence and security of the republics of the West
ern Hemisphere.
_
TEMPERATURE
' ,U~ 1 '
. ■ - ■ J .
t 1
Cuba's Military
Might and
Economic Misery
Among the objectives
pursued in the series of
movements carried out by
Russia in Cuba during these
past weeks is that of hiding
—as it it were possible— the
horrifying economic plight
la «hing the country,
Coming daily from Cuba
are news reports originating
in government sources which
reveal that the Cuban people
are suffering hunger and pri
vations of all kinds, because
the communist system, inevi.
tably, had to lead the nation
to those extremes of poverty.
Within the communist econo
mic regime, production suf
fers as a fundamental matter
of fact ' considera bie reduc
tl0 ns pri ? te initiative elimi
, ed J a ”f ^ ecu ,ed Wlth
'
n,w wl» ^ mm»!,!* ir t i l ny
,
reduced to the condition of
slaves of the State, all the
sources of production are re
duced to minimum capacity,
That t* 3 » happened in Russia
and that has to happen, fatal
ly ’ in any countr >' subdued
** the communist tyranny,
Naturally, for people not
accustomed to the living
standard Cuba used to have,
the ef{ects o{ communism
have been less felt, because
before communism there wer#
none of the comforts the Cu-
1)8,1 People used to enjoy. But
for the people of Marti’s
iath erland. the advent of com
munism, with its balance of
assassinations, tortures, im
prisonments and material
want, has had disastrous ef
fects. The Cuban nation,
speaking in general terms,
was used to liberty and en
joyed the highest economic
and iocial living standard of
Latin America. For that peo
ple, the contrast of what used
to be and what is now is ter
rible. That contrast can only
be compared with the irritant
contrast existing between the
military might and the econo
mic misery prevailing in
Cub*.

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Diario LaSAuericae
Editado por THE AMERICAS PUBLISHING COMPANY
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*>. a Box Na 164, Miami 46, Fla, Teléfono TU 6-7521
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FRANCISCO AGUIRRR HORACIO AGUERRI
Viceprctideotr » Rditor Vicepresidente, Director 7 Gerenta
Enriqn* * Rodnrum Guillermo GoaaAlas,
Safa da) Orpartameata Safe dai Departamento
da Anuncio* da Circularía»
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Post ornee on Pen™ try J. 1954 Additional Entry at Washington. D C
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Miami Springs, Fia., Jueves 6 de Septiembre de 1962
Ultimátum de la Casa Blanca
al Kremlin
Las categóricas declaraciones vertidas por el Presi
dente Kennedy en relación con el crecimiento del po
derío militar comunista en Cuba tienen un valor trascen
dental que, seguramente, sabrá interpretar el Kremlin
en el sentido de que ios Estados Unidos de América es
tán realmente decididos a ponerle coto al imperialismo
soviético en América.
Rusia, no cabe duda, ha estado jugando con fuego
en este trágico episodio del caso de Cuba. Fidel Castro
y los comunistas de su país, con esa irresponsabilidad
que los caracteriza, han llevado a la isla de Cuba a extre
mos de desesperación terribles y, particularmente, a una
situación de guerra inminente, que puede tener conse
cuencias fatales para el esclavizado pueblo de Cuba.
No cabe duda que entre más firme sea la posición
S ue adopten los Estados Unidos eon respecto ai imperia
smo soviético y su base en el Caribe, se cumplirá a ma
yor cabalidad con el deber histórico que le correspon
de a esta gran Nación norteamericana de ser saivaguar
da de la civilización occidental. Desafortunadamente, el
único lenguaje que entienden los comunistas es el de
la fuerza. Los comunistas solamente se detienen en su
carrera imperialista ante las determinaciones categóri
das de los Estados Unidos. En el orden diplomático y de
política fría, los rusos despliegan una agresividad extra
ordinaria. Sin embargo, en el campo de las realidades
físicas, tan pronto como advierten una actitud firme de
parte de los Estados Unidos, saben guardar la distancia.
Si no fuese así, ya Rusia se hubiese adueñado de más
países en todo el mundo. Por eso, hay que estar absolu
tamente claro, para detener al Kremlin en el cumpli
miento de sus designios con Cuba, se necesitan declara
clones como las emitidas recientemente por el Presiden
te Kennedy hachos y, más aún, es preciso llevar al terreno de
los el respaldo físico a esas declaraciones con la
rapidez y energía que las circunstancias lo demandan.
La carrera de abusos de toda índole de Rusia en
Cuba tiene que ser prontamente frenada, no sólo para
libertar a un pueblo que tiene derecho a ser libre, sino
para garantizar la independencia y seguridad de las Re
públicas del Hemisferio Occidental.
PARA SUBSCRIPCIONES DEL
DIARIO LAS AMERICAS
EN WASHINGTON, D. C.
LLAME AL
TFIEFONO: WO 6-5960
- DIARIO LAS AMERICAS JUEVES, 6 DE SEPTIEMBRE DE 1961
temperatura
El Poderío Militar
y la Miseria
Económica
de Cuba
Entre otras finalidades qua
tiene la sene de movimien
tos realizados por Rusia en
Cuba en las últimas semanas,
está la de ocultar — como si
ello fuese posible— la espan
tosa miseria económica que
azota al país.
Diariamente llegan de Cu
ba noticias originadas en íuen
tes del Gobierno que revelan
que el pueblo cubano está pa
deciendo hambre y privacio
nes de toda naturaleza, por
que el sistema comunista, ine
vitablemente, tenia que con
ducir a la Nación a esos extre
mos de pobreza Dentro del
régimen económico comunis
ta la producción sufre, como
cuestión fundamental, reduc
ciones considerables. Elimina
da y perseguida la iniciativa
privada, sin estímulo de nin
guna clase, convertido el em
presario y el trabajador en
ciervos del Estado, todas las
fuentes de producción quedan
reducidas al mínimo de su ca
paridad. Eso ha ocurrido en
Rusia )' eso tiene que ocurrir,
fatalmente, en cualquier país
juzgado por la tiranía comu
n,sta '
Naturalmente, para pueblos
que no estaban acostumbra
dos al nivel de vida de Cuba,
los efectos del comunismo han
sido menos sentidos, porque
antes del comunismo no exis
tían las comodidades de que
disfrutaba el pueblo cubano,
PeT0 P 3ra 505 hi ios de la Pa
tna de Martí - el advenimien
to comurasm °. con su se
S , a J, ¡ e am 8 f^L > ’ t ° r,Um ’
materia ha gido de
desastrosos. El pueblo cubano
hablando en términos gene
rales, estaba acostumbrado a
la libertad y disfrutaba del
más alto nivel de vida econó
mico y social de Iberoaméri
ca Pa, \ a ese P^blo. el con.
T 381 * de Jo que era an,es y
, t errlbIe
** -
? .
pararse con el ¡rn tinte / ;
tr„te que haj . entr el p0(k
rio militar y la miseria eco
nómica prevaleciente en Cuba.

★ ★ ★
Veinte Años de Planificación
Por SEVERO E. GOLBERG
SAN JUAN. — El desarrollo social y eco
nómico de Puerto Rico ha sido encauzado,
desde 1942, con la ayuda de planes elabora
dos racionalmente por una Junta de Plani
ficación, tratando de aprovechar los escasos
recursos disponibles, de manera óptima, pa
ra la realización de las aspiraciones del pue
blo puertorriqueño. La Junta de Planifica
ción, que celebra este año su vigésimo ani
versario, es responsable, en gran medida, de
la notable expansión económica e industrial
que se ha operado en la isla, durante las úl
timas dos décadas. De la Junta han surgido
los planos reguladores, los análisis estadísti
cos, los estudios de viabilidad y los planes de
financiamiento, que han sido luego traduci
dos en acción positiva por las demás depen
dencias del gobierno. Es decir, la labor de
planeamiento no se ha limitado a los “pape
les” o planes; éítos han sido llevados a felii
realización con voluntad y determinación te
naces. •
La Junta de Planificación ha fijado las
metas para el desarrollo económico futuro
que habrá de completarse en el año 1975.
En síntesis son las siguientes:
Para 1975 se espera alcanzar un ingreso
social de 4,500 millones, lo que permitirá
erradicar la extrema pobreza de manera de
finitiva.
Se espera elevar la producción industrial
del país, de $174 millones, que es el dato ac
tual, a $1,400 millones en 1975. Conjunta
mente *e crearán 107,000 empleos fabriles
nuevos en virtud de ls actividad de 2,000
fábricas nuevas en vez de las 750 con que
contamos hoy.
Para 1975 se espera que la población haya
aumentado en 900,000 personas para un to
tal de 3,200,000 habitantes. Este aumento de
mográfico hace indispensable una política de
descentralización de los programas y estímu
los al desarrollo económico con la idea de
promover un equilibrio regional de ingre
sos; la creación de oportunidades de empleo
en los distintos sectores geográficos — para
que cada puertorriqueño pueda trabajar en
la región donde reside, si así lo desea —, y
evitar los males del crecimiento excesivo de
las grandes ciudades.
•A ★ ★
Amor, Conocimiento e Indiferencia
Por MIGUEL F. MARQUEZ Y DE LA CERRA
El cielo, muy bajo y todo Heno de som
bras, no dejaba ver la superficie de la repug
nante laguna. De cuando en cuando, el fogo
nazo de un relámpago permitía adivinar un
perfil funeral que se deslizaba sobre el agua
mansa con el ritmo acompasado de un té
trico miserere. La sombra aquélla se perdió
por unos instantes en una cueva, cuyas pare
des graníticas multiplicaron un tenue cha
poteo. Las otras sombras, situadas en ia ori
lla del mundo, en la ribera de la vida, pudie
ron distinguir entonce» el bulto que se acer
cabe. Contra el negro de la noche eterna se
desdibujó una figura que parecía k de us
hombre de pie en una barca desvencijada.
Volvía de nuevo, en su eterno viaje, el botero
eterno de la laguna Estigia. La misma que
hizo a Ulises invulnerable a la muerte; la
misma que, desde antes de Homero y de
Virgilio, de la Odisea y de la Eneida, permite
el paso de las almas hacia la vida o hacia ia
muerte.
Cuando Caronte arrimó la barca a los
viejos maderos de la orilla, las sombras de
las almas se acercaron, apretujándose unas
contra otras. Entonces comenzó el postrer
martirio terreno de las almas de las sombras.
Pasaban una a una, después de presentar la
lista de sus méritos terrenales. Desde el cetro
y la mitra, la corona o la espada, hasta el
amor el martirio o el martirio por amor, es
cuchó Caronte la larga teoría de lo que fue
ron aquellos cuyos cuerpos que se podrían
desde la noche anterior. Llegaba la noche a
su fin, y el botero debía esquivar la apari
ción de la aurora, enemiga de los espectros
y gran amiga de la verdad, que siempre
descubre con la ayuda de su eficaz aliado el
tiempo. Había espacio en el bote sólo parí
una más, y eran muchas las que quedaban
en ia orilla. Atropelladamente, para evitar
la sorpresa del día, comenzaron las rezagadas
a gritar sus glorias y sus sacrificios heroicos,
Sus méritos y sus afanes, su caridad y su va
lentía. Todas, menos una que, según la cróni
ca de los muertos, se replegaba en un rin
cón. temerosa de todos y de todo, como si no
tuviera nada que ofrecer frente al último bea
to de aquellas almas poderosas, Caronte re
paró en ella, que hubo de sumirse más y
mas em #í misma, para responder con una
voz tácita que no parecía ni «quiera el
acento de una sombra: Señor, yo lo amé; por
que lo amaba llegué a conocerlo, y mi cono
cimiento fue su salvación. Mi alma mordió
su alma hasta que pudo ver la verdad; fue
tanta mi pasión, que el decía que mis manos
mordían su cuerpo. Así me consumí, dejando
de ser porque él fuera. Señor, he amado
tanto. Caronte estiró entonces el cuerpo en
corvado por el remo, tomó de la mano aque
lla alma de mujer, y respondió sencillamen
te: sube. Así termina el relato que es, des
de luego, un relato de poeta; circunstancia
que debe complacernos, porque sólo los poe
tas mielen decir k verdad. La lección de

EL ANGLICISMO EN EL ESPAÑOL
CONTEMPORANEO
Por *1 Dr. RICARDO J. ALFARO
NOMBRES PROPIOS GEOGRAFICOS
Cuando «S nombre geográfico está compuesto de
nombre propio y un adjetivo, debe traducirse siempre él ad
jetivo en «1 género <*ue le corresponda. EJ.:
NEW JERSEY Nueva Jersey
UPPER PERU El Alto Peni
LOWER CANADA El Bajo Canadá
NEW' SOUTH WALES Nueva Gales del Sur
GREAT BRITAIN Gran Bretaña
(Continúa)

é*******************»*»*-*-***-**-**-*-*»******--*-**.* ____
Se espera aumentar el número de vivien
das en 146,000 entre 1962 y 1975 — al pre
sente hay, aproximadamente 530 mil — con
lo cual se eliminarán todos los arrabales que
nos afean todavía, los que serán sustituidos
con modernas urbanizaciones públicas y pri
vadas dotadas de parques, centros recreati
vos, centros comerciales, iglesias, escuelas y
bibliotecas.
Se tratará de fomentar la creación d«
pequeñas empresas comerciales con arreglo
a una política de compromiso: ni aumento de
producción a ultranza, ai preferencia a «i
d. u
La labor de planeamiento es quizás el ins
trumento más eficaz de la administración pú
blica. Permite desarrollar una visión del fu
turo basada en los ideales y valores de la
sociedad. Sugiere proyectos y programas de
gobierno concebidos de manera armónica y
coordinados con e! sector privado de la eco
nomía. Elabora los planes mediante un rigu
roso acopio de datos estadísticos, lo cual 1*
asegura a dichos planes magnificas oportuni
dades de realización; pues de muy poco
sirve concebir “utopías” si éstas han de ser
inalcanzables. Por eso. el técnico de la pla
nificación debe desempeñar su tarea en ac
titud de humildad ante los hechos, con una
gran dosis de sentido común y con pleno
conocimiento del ambiente socio-cultural en
el que vive y trabaja.
La Junta de Planificación de Puerto Rico
ha realizado su trabajo, durante veinte años,
con gran eficiencia técnica y con arreglo a
procedimientos democráticos que garantizan
vistas administrativas y vistas públicas en
torno a las propuestas de la Junta.
Eu algunas ocasiones la Junta, al decidir,
ha infringido los derechos de los ciudadanos,
y ha sido revocada por las cortes de justi
cia La Ley de Planificación garantiza el de
recho de revisión judicial de las decisiones
administrativas de la Junta. Este derecho es
la respuesta a la pregunta clásica: ¿quién
planifica al planificador?” Ello sugiere que
la planificación puede existir sólo en la de
mocracia, es decir, donde existe un régimen
de gobierno basado en leyes.
El Carrousel de Washington
Por DREW PEARSON
—Berlín, Fomentador de dos Guerras Mundiales
—Esta Metrópoli Puede Provocar Otro Conflicto
-lo. j 6venes Berlinese , Cr , tkon a EE UL)
BEILIN, Sept. (BPS).- —
He estado en Berlín ocho ve
ces desde la primera guerra
mil-redi al y siempre he partido
impresionado por el hecho de
que es una ciudad d-e tragedia.
Es también, a veces, una ciu
dad de gran belleza, cultiva
da y vigorosa, loca por enci
ma de todo; y más que cual
quier otra ciudad en el mun
do, parece que tiene el don
de envolverse a sí misma y al
mundo en graves trastornos.
Sus líderes lanzaron dos
guerras mundiales que devas
taron la mayor parte d« Eu
ropa. que se extendieron has
ta el Japón, -desbarataron ¡as
distantes islas del Mar del
Sur. tocaron las costas de
América del Sur y revolvieron
los desiertos de Africa.
Ahora, « no ser que courra
un milagro y que Washington
asuma un vigoroso liderato,
el pueblo de Berlín está por
empujarse y con él el mando,
hacia una nueva guerra mun
dial.
Es difícil diagnosticar por
qué esto deba suceder. Más
que cualquier otra ciudad,
Berlín ha experimentado las
tragedias de ls guerra.
Después de la primera gue
rra mundial no volví a Ber
lín hasta 1937. En ese perío
do relativamente breve, Ber
lín había olvidado la guerra.
Los bancos y los hombres de
negocios norteamericanos ha
bían invertido grandes SfU
mas de dinero en la mieva
Alemania. Hitler se había va
lido de este dinero para em
pezar a construir una nueva
máquina de guerra La Ges
tapo había iniciado sus ac
ti vid ades.
Recuerdo que un día tele
fonee desde el Hotel Adler,
donde me hospedaba, al con
de von Prittwitz, ex emba
jador en Washington, un hom
bre moderado opuesto a la
guerra. Estaba de lo más
filosofía más vieja de las que se conservan
está escrita en verso: el poema de Parméni
des; y Sócrates, dígase lo que se quiera decir
de él, puso en verso las fábulas de Esopo.
De todas maneras, de mi prosa de hoy y
de los versos que he recordado nos queda
una verdad — siquiera una — que no debe
mos echar por la borda del barco al garete
que es el mundo en que vivimos, siquiera
porque Caronte no la arrojó de su vieja bar
ca desvencijada. Es imposible conocer sin
amar; sólo el amor es el principio del cono
cimiento, porque nunca batamos de llegar
a lo que no nos interesa. Los decadentes de
la época de Baudelaire, los sedientos de las
civia, han buscado en el Evangelio las muje
res que olían a pecado, no para salvarlas co
mo Jesús, sino para arrojarlas al fango de
la historia. La voluptosidad del siglo no ba
rruntó siquiera que aquellos amores — María
Magdalena, la otra Maria, hermana de Láza
ro, la adúltera — quisieron amar porque que
rían conocer; se acercaron a Cristo para co
nocerlo, pero llegaron a El con humildad
amorosa, como los pescadores de Cafarnaúm,
Los griegos, grandes artífices del amor, sa
bían todas esas cosas. Trescientos cincuenta y
tres años antes de Cristo. Platón, viejo ya,
pretendió alterar el principio de la vida, pro
poniendo lo que los griegos llamaban areté,
en lugar del placer sensual. Por el ejercicio
continuado y hervico del arelé, llegaban en
Grecia a la virtud. Llegaban a la virtud por
amor a la virtud; llegaban después de haber
la amado.
Son verdades, pues, que, como decía, no
debemos arrojar por la borda de nuestro vio
jo barco al garete, de ese viejo barco en que
venimos navegando desde hace veinte siglos
y que, perdido el rumbo, rotas las cuerdas,
inútiles los palos, aterrada la tripulación, pa
rece que se empeña en escoger la roca má»
firme para estrellarse. No creo que haya mu
chos barcos sin dirección, porque también
creo que el mundo tenga que resolver mu
chos problemas. Lo que pasa es que el mundo
es un problema. Que es cosa distinta, desgra
ciadamente. Es un problema por eso que he
mos recordado, porque no nos eon oremos.
No nos podremos conocer jamás, mientras ne
comencemos a amarnos. ¿Quién podría garan
tizar a otro pais de América la atención del
nuestro, si el último acto del drama de k
democracia no hubiera comenzado en núes
tra patria? Tenga para mi que on esta infe
cunda, estéril tierra del desamor hay que
buscar la raíz de la indiferencia.
—Mi artículo de hoy pretende responder
la trágica pregunta que hacía el lector en el
anterior. ¿Qué no* pasa a los descendientes
de la cultura helénica, a los hijos del Cid y l
de Alonso Quijano, que no podemos ver si
quiera que la última treta del diablo consiste
en hacernos creer que ¿1 no existe? .
A
a
por
RENE
VIERA
JtetHita aonnitcfíi eU¿ cuban*
s
UCxclnifTO Fan DIARIO LAB AMERICA»
El sacrosanto principio de k No Intervención, que sir
vió a muchos bribones para gobernar a espaldas de lo* inte
reses de sus pueblos y a contrapelo de la voluntad de su*
pueblos, sirve ahora al señor Presidente de México para or
questar una conferencia ante los miembros
del Congreso. El ilustre Primer Magistrado L
de la nación azteca define así ese principio:
“Es a¡ pueblo cubano, y exclusivamente a él. 2
sin ingerencias extrañas, al que corresponde
escoger su camino y fijar las metas y for
mas de su ser nacional.” V
“Hasta aquí las noticias como con
cluiría un diciendo un periodista radial.
_. ★ ★ ★
El ilustre , señor López Mateos dice bien, pero dice mal.
O quizás bo hayamos entendido bien, o acaso será que el
señor López Mateos no se explica bien, • tal ve* aeré que
tejíemos tupidas las entendederas. De todos maneras, estamos
de perfecto acuerdo eon lo que dice el señor López Mateos,
aunque tengamos que aclarar que estamos en desacuerdo con
to que hace López Mateos. En su definición del Principio de
la no intervención, la actitud del señor López Mateos parece
decir a los congresistas mexicanos: “Hagan ustedes lo que yo
hago pero por favor no se les ocurra hacer lo que yo digo ”
Porque al señor López Mateos nadie puede negarle fu»
toza en lo que dice. Efectivamente "es al pueblo cubano, y
exclusivamente a él, sin ingerencias extrañas, al que corres
ponde escoger su camino y fijar las metas de su ser nacio
nal.” Ahora bien, lo que se le olvida señalar al señor Lópea
Mateos es la forma en que el pueblo cubano, sin Infieren
eias extrañas, y sin “ingerencias” domésticas, puede escoger
su camino y fijar las metas de su ser nacional.
La 'if ^
actitud “antiinterveneionista” de López Mateos per.
mite a Fidel Castro disfrazarte de intérprete de las mayorías
nacionales. Esa actitud convalida todo lo realizado por Fi
del Castro. Sin saberlo, acaso hasta sin quererlo, López Ma
teos se constituye en soporto del eampo de concentración y
de lo* paredones de fusilamiento. A juzgar por lo que dice
López Mateos, que caté ca cbiert* y flagrante centradtoeión
eon lo que hace Fidel Caetro, corresponde al pueblo cubano
eligir a sus gobernantes y determinar la forma de gobierno
del país, ¿Cómo puede elegir el pueblo cubano a sus gober
nantes, y cómo puede el pueblo cubano determinar 1a forma
y el sistema de Gobierno que satisfaga el querer nacional?
Cuba _ . ★ ★ ★
as una Nacida. Fidel Castro m mo mitán áisfra
mdo de gobernante, Pero *1 principio de k no Intervención,
tol y como lo contempla López Mateos, podía igualmente
aplicarse por la policía a unos asaltadores de bancos.
En un banco de Ciudad México, pongamos por caso, pe
netra una gavilla de ladrones. Encañona al administrador.
Reduce a la obediencia, por la fuerza, a los empleados, y ebli
fa a loa clientes a levanto' los brazos so pena de rreibir el
to Pág. JS IA SI
i
asustado. Sabía que su telé
fono estaba controlado.
Muchos diplomático* «n «]
departamento de Estad® le
negaban; más no era necesa
rio ser muy astuto para sa
ber que ¡a segunda guerra
mundial estaba por estallar.
No volví a Berlín antes del
mes de enero de 1951. La se
gunda guerra mundial había
terminado desde hacía seis
años, más permanecían aún
los esqueletos de destruccio
nes: edificios bombardeados,
muros carbonizados, millas y
millas de piedras reunidas
en pilas, la limpieza de la®
ruinas de la guerra. Esta vez
los cuarteles militares que ha
bían proyectado la guerra, las
oficinas de Gobierno que ha
bían soportado la guerra y el
refugio subterráneo de Adol
fo Hitler, quien había conce
bido la guerra, estaban en
ruinas.
Nadie que haya examinado
esas horribles ruinas podría
concebir que el mismo pueblo
de Berlín pudiese colocarse
en una posición susceptible
de causar una nueva guerra.
Regresé a Berlín en el ve
rano de 1951 Era más atrac
tivo bajo el sol de agosto. Los
balcones a lo largo de las ave
nidas estaban adornados de
geranios alegres. Ayudaban a
distraer k atención de los
vestidios espantosos de te
guerra. Más Berlín era toda
vía una dudad de tragedia.
En 1951, el Departamento de
Defensa Norteamericano ha
bía empezado a instar el go
bierno alemán a que organi
zara bu propio ejército, todo
lo contrario de las restriccio
nes que le había impuesto du
rante los ‘áfioa mgUiiewtee a la
cesación de las hosittlidnete*.
Más los alemanes con
quienes conversaba querían
seguir nuestro primer aviso,
no el segundo. No querían
(Continúa en la Pág. 15 Col. 4)

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