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Diario las Américas. [volume] (Miami, Fla.) 1953-current, September 16, 1962, Image 2

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What is OCR?


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Russia Will Not Do For Cuba
What She Has Not Done
For East Berlin
There are some people who believe that Russia is
doing an extraordinary effort to give strong economic
help to her colony in the Caribbean, which is Cuba, in
order to offer it as an example of prosperity. That, of
course, is nothing more than mere speculation. Russia
Is not in conditions of giving that kind of help to the
former Republic of Cuba, because the communist svs
tem has not produced at the home of the empire nothing
more than instruments of destruction and death.
Were Russia in position to raise the living standards
of a nation, of a country, or even of a city, she would
have produced already the miracle of lifting East Berlin
from the depressing prostration it is now submerged in.
Moscow knows very well that in East Berlin there
is absolute poverty, besides the absence of liberty in
herent in the communist system. Moscow also knows
ti!8t .« ” PSt Berlín the .. democratic , . of the old Ger
— zone
mao capital— is a magnificent example of wellbeing
and progress. And that, naturally, constitutes a shame
ful fact for Russia and for the communist system in
general.
If the Soviet Government were in position to bring
te any people on earth a sample of prosperity, first of
all it would have offered that testimony to war-torn
East Berlin, where there is lack of everything, where
do new constructions go up, where the scars of the last
war are intact, without any signs of modern reconstruc
Russia, however interested she may be in deriving
propaganda benefits from her colony in the Caribbean,
will not be able to do for Cuba what she has not been
able to do for East Germany and, in particular, for the
communist sector of Berlin.
It is not logical, therefore, to think that the Soviet
ships transporting heavy cargo to Cuba bring goods for
the people's consumption. What they bring aggressions is bellic
cargo intended for use in future communist
in the Western Hemisphere. Russia has only been able
to produce weapons, not food nor articles of normal and
regular use in the western world, things that make life
more pleasant, easier or less hard.
The comforts of the democratic world, not to men
tion specifically those of the United States, which are
the most advanced, are much too far from the privations
and necessities suffered by the peoples subjugated by
communism, with the exception of Jugoslavia, which is
better off than all those nations as a result of the ex
traordinary economic assistance given by the United
States, not by Russia.
tfiibch TEMPERATURE
2
COOtf
They Are Not
Cubans • • •
In the true moral and pa
triotic sense, those born in
the island of Cuba who sur
rendered it to the Soviet em
pire are not Cubans. The
spiritual values of citizen
Sd paSt^eoncete 6 are°noi
established onlv by the birth
place of a person, but by his
identification and loyalty with
the land where he first saw
the hght. And those born in
Cuba who efflbraced commu
nism and who delivered their
homeland into Russian slav
ery, do not deserve being
called Cubans, at least not for
what the word means in its
spiritual, patriotic and moral
projection. In the technical
order, in the cold definition»
of citizenship. perhaps they
could be called Cubans.
To avoid confusions, espe
daily when talking about
armed clashes between pa
triots and traitors, the best
would be 10 cal1 Cubans the
first ones and communists, to
say the least, the latter. In
any case, if the communists
are 10 be called Cubans, it
should be followed by either
communists or reds or by any
0,he 5 ^ nrd that ™ ay dia,in "
toyaiTthete ,
are Chnst*
ian tradition, to Marti’s politi
cal ideals, and who are de
fenders of their Lone Star
banner. It is not fair to ge
n eric ally call Cubans both of
them, those who fight to
liberate Cuba and those who
kill to enslave it.
This distinction should
surprise no one, since what
te going on in Cuba is a fight
if death between liberty and
® laver y, between patriots and
traitors ’ between the Republlc
and Soviet colonialism. And
those who are defending the
thesis of slavery, of treason
and colonialism, do not de
serve being called Cubans, nor
much less that the free world
identified with the others
—with those who fight for
the Republic— call its ene
mies by the name that belong*
to the patriota.

Pág. 2
Diario UgAMEmcAs
Editado por THE AMERICAS PUBLISHING COMPANY
434» N. W Mth STREET, MIAMI SPRINGS FLORIDA
P O. Box No. 3S& Miami 48, FU, Teléfono TU MSM
« * *
FRANCISCO ACORRA HORACIO AGUUU
Vlccareeldente r Editor VK#pr*M<Jrnt«, Director r Go re ote
Eaiiqne * Rodrutiet Guillermo GoaxálM,
defe del Depart emeate defe dei Departamento
de Anuncio* de Circalaeléa
Entered u Second Cías» Matter at CBe Miami Sprints hlnatoa Florida
Post Office on Febril ir? A 1954 Additional Entry at Was O C
Acogido a ta Franquicia Postal como Correspondencia
de Secunda Clase en ei Correo de Miami Springs Florida
Suscripciones por Correo Ordinario Anuxi $20 00. Semestral $11.00,
Trimestral $6.00 Mensual $2 00 Por Correo Aéreo en loo Estados
Unidos México ? Canada. $5 40 adicionales por mes
» Miami Springs, Fia., „ Domingo 16 , „ de , Septiembre _ , de 1962
Lo que Rusia no ha Hecho
en Berlín Oriental no lo
Hará en Cuba
Hay algunas personas que creen que Rusia está ha
ciendo un esfuerzo extraordinario por darle ayuda eco
nómica fuerte a su colonia en el Caribe, que es Cuba, a
fin de presentarla como ejemplo de prosperidad. Eso,
desde luego, no pasa de ser una mera especulación. Ru
sia no está en condiciones de darle ese tipo de ayuda a la
ex República de Cuba, porque el sistema comunista no
ha producido en la metrópoli del Imperio nada que no
sea instrumentos de destrucción y muerte.
Si Rusia estuviese en condiciones de levantar el ni
vel de vida de un pueblo, de un país o siquiera de una
ciudad, ya habría producido el milagro de sacar a Ber
lín Oriental de la deprimente postración en que se en
cuentra.
Moscú sabe muy bien que en Berlín Oriental hay
miseria absoluta, además de la falta de libertad inheren
te al sistema comunista. También sabe Moscú que
Berlín Occidental —la zona democrática de la vieja ca
pital de Alemania— es un ejemplo magnífico de bienes
tar y de prosperidad. Y eso. naturalmente, constituye
una vergüenza para Rusia y para el sistema comunista
en general.
Si el Gobierno soviético estuviese en posición de lie
varíe a un pueblo de la tierra un testimonio de bonanza,
to primero que habría hecho sería ofrecerle ese testi
monto • la destruida Berlín Oriental donde hay escasez
de todo, donde no hay construcciones nuevas, donde las
huellas de la última guerra están intactas, sin ninguna
manifestación de reconstrucción moderna.
Rusia, por muy interesada que esté en derivar be
neficios de propaganda de su colonia en el Mar Caribe,
_ _
no Alemania podrá hacer por Cuba lo que no ha podido hacer por
Oriental y, de manera particular, por el see
tor comunista de Berlín.
No es logico. . los barcos soviéticos , ,
están pues, pensar que
J ue llevando pesada carga a Cuba transportan pro
uctos de consumo para el pueblo. Lo que están trans
portando es carga bélica para usarla en futuras agresio
nes comunistas en el Hemisferio Occidental. Rusia lo
único que ha podido producir son armas, pero no ali
mentos ni cosas de uso normal y corriente en el mundo
democrático, dura, cosas la vida que humana. hacen más cómoda ‘y más fácil,
o menos
Las comodidades del mundo democrático, para no
mencionar específicamente las de los Estados Unidos,
que son las más altas, están muy lejos de las privaciones
y miserias que sufren tos pueblos sojuzgados por el co
munismo, excepción hecha de Yugoeslavia, que vive me
J or que esos pueblos por la extraordinaria ayuda econó
mica que le dan los Estados Unidos, no Rusia.
★ ★ *
DIARIO LAS AMERICAS T>wrpcGO w m - sbptoibwt se r*n
i¡¡||
No Son
Cubanos. • •
En el verdadero sentido mo
ral y patriótico, los nacidos
en la isla de Cuba que entre
garon a ésta ai imperio sovié
tico no son cubanos. Los va
lores espirituales de la nacio
na ijdad. que están envueltos
en el concepto moral y patrió
tico, no se rigen únicamente
por el lugar donde nació una
persona, sino por su identifi
cación v lealtad hacia la tie
rra donde vio la primera
luz Y los nacidos en Cuba
que abrazaron el comunismo
y que entregaron la Patria a
la esclavitud rusa, no merecen
ser llamados cubanos, al me
nos en lo que ese calificativo
significa en su proyección es
piritual, patriótica y moral.
En el orden - técnico, en la
frialdad de las definiciones
sobre ciudadanía, quizás se
pueda llamarlos cubanos,
Para evitar confusiones, es
pecialmente cuando se habla
de encuentros armados entre
patriotas y traidores, lo mejor
sería llamar cubanos a los
primeros y comunistas, por de
cirles lo menos, a los segun
dos. En todo caso, a los comu
nistas, si se tes ha de llamar
cubanos, debe agregarse comu
nistas o rojos, o cualquier otro
calificatívo que los distinga
de los cubanos leales a su
tradición cristiana, a los idea
i es políticos de José Martí, y
defensores de su bandera de
la estrella solitaria. No es
justo llamar cubanos genéri
camente a unos v otros, a los
qU e luchan por libertar a Cu
ha y a los que matan por es
elavizarla.
A nadie debe sorprender es
ta distinción, porque lo que
está ocurriendo en Cuba es
una pugna a muerte entre li
bertad y esclavitud, entre pa
triotas y. traidores, entre la
República y el colonialismo
soviético. Y los que están de
Tendiendo la tesis de la escia
vitud, de 1a traición y del colo
nialismo, no merecen llamar
se cubanos, ni mucho menos
que el mundo libre identifica
do con los otros —con los que
luchan en favor de la Repú
blica, llame a sus enemigos
C J™ e ‘ nombre Q ue correspon
de a 08 P atno,as -

Interpretaciones Estratégicas de los Ultimos
Pronunciamientos Estadounidenses
Por SERGIO CARBO
El director de DIARIO LAS AMERI
CAS —mi estimado amigo y compañero de
luchas libertarias, doctor Horacio Aguirre
— me envía la siguiente pregunta:
“¿Qué opinión tiene usted, señor Carbó,
acerca de las recientes y comentadas de
claraciones del Presidente Kennedy, con
motivo de la estrepitosa fanfarronada del
gobierno de Moscú acerca dei caso de Cu
ba?
Voy a responder, como periodista y co
mo cubano. No siempre una condición su
pone implícitamente la otra, cierto.
E« innegable que, de un
tiempo a esta parte, los
pronunciamientos de Wash
ington por boca del Eje
cutivo, del Canciller Rusk
y aún de prestigiosos se
nadores demócratas y repu
blicanos, intranquilizaron
y lastimaron un poco a de
terminados compatriotas,
casi todos ellos con méri
tos bastantes para permi
tirse e] lujo de opinar en
público sobre asuntos que
atañen a Cuba y de poner
a las actitudes de un gobierno
que consideramos no solo amigo, sino ade
más aliado.
No es del todo grato escuchar al se
ñor Dean Rusk, que tan enérgicamente de
fendió nuestra causa —1a causa de Améri
ca— en Punta del Este, diciendo que tes
armas soviéticas que por cientos de tone
ladas son desembarcadas en Cuba son pu
ramente armas “defensivas”, y que Estados
Unidos entrarán en acción “únicamente cuan
do Cuba — la Cuba soviética, debe aclarar
se en honor a loe que somos demócratas
haga agresión armada contra los Estados
Unidos o contra otra nación continental”.
★ ★ ★
En primer lugar, 1a agresión con das
precio de todos los principios y con igno
rancia supina de todos tos compromisos con
sagrados en todas tes conferencias se verifi
có desde la fecha lóbrega en que el co
munismo se hizo dueño de nuestra patria,
por el terror y por la sorpresa. ¿A qué es
perar más agresiones?
En segundo lugar no es presumible su
poner que un funcionario de la categoría
del señor Rusk ignore que la llamada “gue
rra fría" que desde unos cuantos años a
1a fecha la están ganando los rusos y sus
aliados, no se hace con escuadras, ni con
desembarcos de tropas en son de guerra,
ni con trueno de cañones. Es la propagan
da, 1a infiltración taimada, el envío clan
destino de armamentos, el aprovechamien
to del disgusto nativo contra los dictadores
y los ‘politician que roban y que traicio
nan sus investiduras lo que constituye el
instrumento inicial para 1a conquista de
nuestros pueblos harto cándidos y demasia
do desapercibidos.
No mencionar siquiera a Cuba que se
desangra, combatiendo desesperadamente
por el rescate de su perdida libertad, es
en verdad doloroso.
Parece que nuestra misión en 1a gran
causa Se la independencia continental es
poner los muertos y servir de conejillo de
indias para que tos demás eviten caer en
el abismo donde nosotros hemos caído.
Eso escuece, repito, y hace recordar
con frecuencia las promesas vigorosas del
Presidente Kennedy hechas a tes pocas ho
ras del, desastre de Playa Girón, donde to
do lo perdimos los cubanos, menos el ho
nor, según la frase inmortal del gran rey
francés en Pavía.
* * *
Pero a seguida de esos penosos deci
res surge la bravata moscovita. Y 1a res-

Ante la Realidad de Cuba como Base Soviética
Por ROBERTO GARCIA PEÑA
Trasladado a territorio americano por
acción y pasión del régimen comunista de
Cuba el riesgo inquietante y amenazante
de la guerra fria, no resulta extraño, y por
lo contrario es apenas lógico, que súbita
mente nos veamos abocados a 1a inminencia
de un conflicto mayor, que brutalmente de
terminaría el trásito del actual estado de ti
rantez — igual en tierras y aguas del Caribe
que en muros y alambradas de Berlín a la
inimaginable tragedia de esa tercera contien
da universal, cual sombra siniestra es pesa
dumbre de la precaria paz del mundo. Rusia
y sus satélites — sin olvidar te eficiente y
constante asistencia de 1a China de Mao han
venido vigorizando el poderío militar del go
bierno de La Habana, hasta llegar en tes úl
timas semanas a una más intensa y eficaz
ayuda, que convierte a la isla de Martí en
algo más que una base soviética: en tierra
de ocupación y trampolín seguro para el sal
to felino sobre cualquier porción vecina con
tinental. Cínica y desenfadamente, Moscú ha
reconocido 1a cantidad y calidad de su apoyo
al dócil vasallo latinoamericano, que es tanto
como proclamar 1a verdad de que ha puesto
sus baterías y el espectacular aparataje de su
cohetería. a tiro de fusil de 1a costa septen
trional estadounidense. Como si dijéramos, en
tes propias barbas legendarias del Tío Sam.
★ ★ ★
Por ello la solicitud que el presidente
Kennedy ha hecho a su Congreso para que
lo invista de facultades a fin de poder llamar
150,000 reservistas, es paso de elemental pru
dencia, porque sería inverosímil aceptar que
los Estados Unidos se alzaran de hombros,
indiferentes al asedio, y se dejaran sorpren
der candorosamente en un nuevo Pearl Har
bor, que en esta ocasión, por meridianas ra*
■m
Sergio Carbó
puesta dada por el Primer Magistrado es
tadounidense en la última conferencia de
prensa repara en cierto modo lo anterior,
otorgando a las peregrinas afirmaciones de
Rusk —que siempre fue nuestro amigo, en
democracia y en continentalidad— la cate
goría de cortina de humo.
La hora es compleja y dificilísima; por
lo tanto las situaciones que se presentan
no son fáciles de explicar silogísticamente.
El momento exige mucho de. corazonada,
de fino olfato, de sexto sentido que solo
otorga la experiencia de un largo vivir.
No reproduciré las respuestas kennedia
nas. Las conoce ya el mundo entero. Se pro
dujeron a lo largo de un diálogo nervioso,
y sólo pueden recordarse para evitar enre
dos y oscuridades, los pensamientos estela
res que pudiéramos llamar, a tono con este
hospitalario país, los “high lights” de la plá
tica, tan sustanciosa e inolvidable.
En ella, por primera vez desde que to
mó posesión de su magistratura, Kennedy ha
bló como militar y no como funcionario ci
vil.
Con una evidente preocupación por la
seguridad de su país, pero también por el
dolor de Cuba —a la cual, como fiel aliada
prometió ayudar a libertar en los días trá
gicos de 1a Brigada 2506— y así mismo por
1a seguridad de 1a América, que si no acu
dimos pronto se nos convierte en un escom
bro ardiente, el primer ciudadano de 1a pa
tria de Lincoln aseguró que su país entra
ría en acción tan pronto él, investido con
todos los poderes dé supremo comandante
de las fuerzas, lo creyese necesario.
* * *
“Si alguna vez la inquietud armígera de
Cuba pusiese en peligro nuestra seguridad,
incluyendo la base de Guantanamo, Cabo
Cañaveral o 1a vida de los ciudadanos de es
te país, o Cuba exportase sus propósitos agre
sivos por la fuerza o la amenaza contra otra
nación de este Hemisferio, o se convirtiese
en base de la Unión Soviética con suficien
te importancia militar, esta nación haría to.
do lo que hay que hacer para proteger su \
propia seguridad y la de sus aliados”.
Así ha hablado Kennedy, Y dijo aún más:
“Cuando Estados Unidos crean necesa
rio llevar a cabo una empresa militar con
tra el comunismo en Cuba, todos los arma
mentos y todos los técnicos de Castro no
podrán cambiar el resultado final de nues
tro propósito, ni alterar sus resultados, ni
ampliar el tiempo en que estos deben ser
obtenidos”.
Así se expresó el señor Kennedy, ha
blando ya como comandante supremo de tes
fuerzas armadas.
Se explica que sus Ministros, desde-ha
ce unos días, se expresan en lenguaje con
vencional. No lo tomemos a mal, pues. Sea
mos comprensivos y sagaces, La hora de hoy
no es la de ayer. C’est la guerre. • •
* * *
Y pensemos que el día en que Kenne
dy reconozca que el armamentismo insolen
te de Rusia volcado sobre su satélite anti
llano no es ya defensivo sino ofensivo, ese
dia de hecho, han comenzado las hostilida
des.
Y lo dirá —ya lo ha advertido— cuan
do lo estime oportuno, esto es: un minuto
después o un minuto antes de haber abor
dado con sus “marines" el primer barco mos
covita cargado de armas en el Canal de Ba
hama. . . .
Que ese instante maravilloso de la His
toria, umbral de nuestra anhelada indepen
dencia y de 1a terminación de la cruel es
clavitud a que estamos sometidos, no demo
re demasiado.
Tengamos paciencia y confiemos en Dios,
nuestro supremo aliado.
SERGIO Carbó.
zones geográficas y estratégicas, seria de
consecuencias más desastrosas de tes deriva
das y padecidass a raíz del artero asalto ja
ponés del 7 de diciembre de 1941. La historia
se repite,- pero no de cualquier manera, sino
para hacer más dura y aniquilante 1a presen
cía de los hechos.
★ ★ ★
Desalumbrados y explicablemente apre
surados comentaristas de New York y Wa
shington — y aun voceros parlamentarios
de aquel pueblo — han revivido el recuerdo
de 1a declaración que el 2 de diciembre de
1823 hiciera el entonces presidente de los
Estados Unidos, James Monroe, en ei sentido
de repeler cualquier ataque a cualquier par
te del Hemisferio por considerarlo peligroso
para la propia paz y seguridad de su nación.
La aludida declaración — llamada más tarde
“Doctrina Monroe le fue notificada por
el Secretario de Estado de la época, Sr. John
Quincy Adams, el embajador de 1a Rusia za
rista por 1a pretendida penetración de tal
Estado en el noroeste americano. La tesis,
que a 1a sazón tenía validez y excusas clarí
simas, fue desvirtuándose en el decurso de
los años e invocándose como fuente y norma
de funestos, y ya superados, afanes imperia
listas. Hoy no cabe recordarla siquiera, a 1a
luz de nuevas circunstancias, de rectificadas
posiciones y de más eficaces y decorosos ins
trumentos defensivos.
★ ★ ★
Así, por ejemplo. En Río de Janeiro, por
el año 1947, tes naciones americanas resol
vieron dar a su solidaridad una estructura
de derecho que 1a hiciera de verás inextrica
ble, y se suscribió el llamado Pacto de Asis
tencia Recíproca, en el cual se estableció,
(Continúa en la Pág. 15 CoL 1)
EL ANGLICISMO EN EL ESPAÑOL
CONTEMPORANEO
Por el Dr. RICARDO J. ALFARO
NOMINAR
(Continuación)
El sentido más usual del verbo inglés es el de Ofrecer,
proponer, representar, escoger, lanzar o proclamar un can
didato para un cargo electivo o no electivo. Con este sig
nificado constituye anglicismo palmario el empleo del semiar
caismo Nominar; y a más de anglicismo es solecismo, pues
aun aceptándolo como sinónimo de Nombrar debe reparar
se que los candidatos a elección no son Nombrados.
(Continuará)
MIRADOR
Las Muertes de los Borgias
Por GERMAN ARCINIEGAS
Cuando Calixto III, el pri
mer papa Borgia, pareció que
había muerto, la noticia se
difundió por Roma, y el pue
blo decidió anticiparse a ha
cerle los funerales que todos
deseaban,. Se precipitaron a
saquear las casas de los cata
lanes. Calixio, en los tres años
de su pontificado, hizo cosas
notables, y aún se recuerda
que correspondió a él la san
tificación de Juana de Arco.
Pero no sólo fue liberalising
favoreciendo a su familia, si
no que lovieron a cántaros ca
tatemos a Roana. Esto, ao po
dían perdonárselo. Cuando el
papa se avecinaba a la muer
te, nadie quiso ayudarle a
buen morir. Sus compatriotas
emprendieron la fuga, y el
primero, su propio sobrino
Pedro Luis, — hijo de su her
mana Isabel —, capitán gene
ral de la Iglesia. A toda pri
sa, Pedro Luis consignó a los
cardenales tes fortalezas que
tenía a su cuidado, y a espue
la batiente llegó a Civittavec
chia, donde murió de palu
dismo. E! único que pasó se
reno y resuelto en medio de
la ira popular ñie Rodrigo
Borgia, el cardenal, hijo tam
bién de Isabel. Rodrigo es
taba fuera de Roma cuando
supo de 1a agonía de Calixto.
Voló a ponerse a su lado. Al
llegar a te alcoba, lo encontró
abandonado de todos. Per
maneció a te cabecera del le
cho hasta que de veras entró
en agonía. Entonces, le recitó
las oraciones para bien mo
rir. e, imponiéndose a quienes
pretendían negar al difunto
exequias solemnes, se tes hi
zo. El cardenal Rodrigo Bor
gia. treinta y cuatro años más
tarde, subiría al solio pontifi
cio como Alejandro VI.
Cuando el papa Alejan
dro VI murió, se difundió la
voz de que había muerto en
venenado. Todo parece indi
car que murió de apoplegía, y
que su formidable vigor fue
herido por la materia. El nom
bre italiano para los pantanos
es “palude,” y el paludismo
que se criaba en 1a palude ro
mana fue el arma única que
pudo abatir a un Alejandro, o
a un Valentino, como se lla
mó a César Borgia, el hijo de
por
RENE
VIERA
)WH&tadje£ cucaidXWt. omino
a
(Exclusivo para DIARIO LAS AMERICAS)
El anuncio formulado por el Departamento de Defensa
de los Estados Unidos, me luce particularmente interesante.
Eso es todo lo que se me ocurre decir por el momento.
Carezco de información, de elementos de juicio, para emitir
un criterio ajustado a los dictados de mi conciencia.
Y a ese respecto, como a todos los
demás, trataré de ajustar la opinión, exclu
sivamente, a lo que pienso
Y diré lo que pienso al respecto, cuan
do posea 1a información adecuada y 1a fuer
za de tos hechos robustezca la aparición de
nuevas esperanzas. Y formulo votos porque
éstas no resulten tan peregrinas como sus
predecesores.
★ ★ ★
Coincidentemente, resulta necesario
destacar una profunda discrepancia entre ef modestísimo
criterio de este humilde redactor, en lo que respecta a la
táctica y la estrategia para derrotar al régimen eastrocomu*
nista, y el criterio formulado por quienes consideran que
los ataques realizados por el DRE y “Alfha 66” carecen de
importancia en el propósito de ablandar las defensas del ré
gimen, paso previo obligado para derrotar al comunismo.
Coincidentemente también, conviene destacar que el ré
gimen comunista, como todos los regímenes comunistas, na
es una fuerza estática, ni se ha limitado, ni se limita, ni te
limitará, a ejercer la agresión y te violencia únicamente en
el territorio que bajo la fuerza mantiene ocupado. Creer
lo contrario resulta suicida. Pero aún dado el easo de que _el
régimen de Castro se limitara a ejercer su perniciosa in
fluencia en territorio cubano, los cubanos lo consideran e®>
mo a un enemigo que precisa prontamente desalojar. Y el
desalojo del comunismo se llevará a cabo por los cubanos,
inexorablemente, aunque para acometer la tarea solo conta
ren con las uñas y con los dientes.
_ ★ ★ ★
Considero . Estados Unidos ha venido prestando
que ex
celentísimos servicios al pueblo cubano en asta lucha. Y afir
mo que si no le ha prestado más es, sencillamente, porque
no ha podido. t ,ii
h*h
Alguna gente aquí considera que el “Refugio” es la cau
sa de te inacción de los cubanos. Generalmente, la gente
que piensa así se encuentra a cubierto de te necesidad de
acudir en solicitud de ayuda del Refugio. Yo no creo que la
ayuda proveniente del Refugio tenga nada que ver con eso.
Contrariamente, son los refugiados, en su inmensa y aplao
tante mayoría, quienes desesperan de la inacción del exilio.
Para mi, por otro lado le entra el agua al «oco. No oon lo*
cheques del Reugio, son otras razones de peso las que ali
mentan el conformismo parasitario. .-j.
Alejandro. Pero 1a leyenda de
los venenos de los Borgia du
ra hasta nuestros días, y 1a te
yenda negra que debían ten
derle como sudario los ene
migos, no iba a permitir que
fuesen los zancudos los que
envenenaran la sangre de Ale
jandro. Cuando Alejandro es»
taba para morir, el duque Va
lentino, mordido también pia
la fiebre, parecía perder la
partida a tiempo con su padre
ocho días antes. Alejandro ce
lebraba los once años de 0
pontificado, y Valentino erg
el hombre más fuerte que há.
bía puesto a raya a los gran;
des de Roma, tos Colórate.
los Orsini, los SavelJi —, -si
guiendo la política del pontí
fice: hacer un estado fuerte
d,e la iglesia, abatiendo a los
grandes que pretendían doble-i
garla a sus propios intereses.
Cuando anuncian a Valen
tino que el papa está para
morir, se levanta del lecho, dé
ja la fiebre olvidada, y co
mienza a ordenar las cosas
militarmente. Cierra las pueri
tas del Vaticano y las deja'
bajo custodia de sus soldac|#s. :
Uno de sus hombres de con
fianza, intima al cardenal ca
marlengo para que te fentrét
gue las llaves del tesoro pon
tificado. (ES cardenal duda, pé-’
ro el oficial te enseña un pit»
ñal. A poco, el tesoro pasa i
tes habitaciones del duque Va
lentino. Cuando todo queda -
arreglado asi, se da el anuné
ció de que el papa ha rmieñ
to. El cadáver se lleva a la saé
la del Papagallo. “Allí pasará'
Alejandro la primera noche
de difunto, solo, como el más
olvidado de los muertos, por
que los penitenciarios convo
cados para recitar los oficios"'
fúnebres no se dejan Ver. Eíf
toda esta Roma de prelados’,
de dignatarios, de parásitos
del Vaticano, no hay ua
hombre que quiera estar we«-~
ciño a él. La piedad ha muer-
to.” Cuando al siguiente día,
se transporta a San Pedro el
difunto, no se hace presente
un solo cardenal, ni se en
cuentra el libro de las oracio
nes rituales. Mientras se estéi
cantando el I-ibera, se ama
una trifulca entre loe guardia*
(Continúa en la Pág. 15 Col. H

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