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2 “LA CRÓNICA” Published weekly by J. C. Castro J. de la Fuente Santiago Silva y M 1358 Powell Street S. F. Per Annum - - $2. 40 La Correspondencia debe dirigir se a ”LA CRONICA” 1358 Powell St. Cor. Broadway S, n Francisco. Cal. No se pu Mearán anónimos ni se devuel len originales. A DE LA TORRE. Jr. S iciAL Correspondent and Business Agent Una carta i Manuel Ugarte Afortunadamente “Mr. Soosevelt nos visita" Señor D. IMbnuel Ugarte, in signe amigo \1 “correligionario”: El telégrafo! os habrá comuni cado cómo y cuándo Roosevelt, que estuvo algunas horas entre nosotros se mirchó. Su mirada experta y a\|zora no necesitó consagrar más de un par de días al Paraguay. Al leer el “afortu nadamente” del título creeríais que era una despedida. No. Se despide así á quien nos quita un peso de encima alejándose, y Roosevelt no nos ha producido esta impresión. Ya habréis leído lo que dijo la prensa, y lo que dijo él. Cordialidades. Salvo al gún que otro grito sospechoso y poco portocolar, asfixiado por los vivas de una multitud bien pre parada, todo marchó bien. El “afortunadamente” se re fiere á otra cosa. Usted sabe que Roosevelt, símbolo aparte, es un hombre enormemente simpático. Le precede la aureola del triun fo. Le rodea el brillo de muchos actos grandes que hacen olvidar ótros pequeños. Le acompaña la Electricidad del éxito, que afecta cuando se le habla ... Fuerie, un tanto apoplético, irradiando Noluntad, decisión y energía, se os impone. No os evoca la dis cusión sino la defensa. Su cuello de atleta y su actitud de doma dor de potros, os detiene. Sus ojos débilmente mongoles y fran camente felinos, casi noblemente felinos, se os adentran y os con quistan. Sobre todo encima de aquellos dientes que ha hecho mundiales la caricatura y cuya nombradla es inferior á la reali dad! ¡Qué dentadura! Habla el coloso, y. en una boca que en úl timo término, no es grande, un gesto estupendo os muestra has ta los últimas muelas blancas, iguales, notables, formidables, encajadas en unas encías rojas y macizas.... Esta dentadura de hombre que no conocerá jamás la dispepsia, y que podría sin te mor mascar un ladrillo, os asom bra inevitablemente y os hace creer que es simbólica. A mí, por lo menos, me evocó sin saber poi qué. Cuba y Puerto Rico, y Ni carugua y México, y Colombia, y Monroe, y “América para los A mericanos”, y... “todo lo que se pueda” para los americanos... incluso los -v««/^-americanos Digo que el “afortunadamen te” se refiere á otras cosas y son Había temido -se lo confieso que.... “no existiéramos” Había temido que lo de repú blicas “hermanas”: lode los pue blos animadas de “ideales geme los”: lo del “alma de la raza”; lode “tradiciones latinas” y o tras frases tan bellas en las que usted y menos alto que usted — yo creemos, fuesen simplemente frases. Cuando el grande hombre nun cio del imperio gigante se lanzó hacia nuestra dispersa América indefensa, temí el golpe de al guna de esas amargas enseñan zas que la realidad no se cansa de proporcionarnos á los “líricos” para corregirnos. “El águila —me dije se cierne en mal ho ra sobre las alturas, y los pobres corderos no resistirán; se doble garán temerosos bajo las garras del ave de presa “ Y temí, con vergüenza anticipada, con humilláción previa, los entusias mos inexpertos de la buena fé; los holocaustos precipitados de la ingenuidad; las exageracione sin cortapisa y los ditirambos inevitables de los ávidos de oro. Me espeluznó, sobre todo, la idea del posible arco de triunfo de los pueblos “desmoralizados por atá vicas anarquías” ante el paso magestuoso del nuevo rompedor de cadenas, diques y canales Pero temí sin razón: ¡meque ¡afortunadamente! no había motivo para olio. El ilustre hombre del Norte, usted lo ha visto, ha recorrido la América ibera, como buen caza dor: en acecho. Pero ha “cobra do” poco; casi nada, excepto .. el importe de sus conferencias en Río. que aun siendo algunos mi les de libras, no alcanzarán se guramente á pagar el viaje de este casi millonario más rico que muchos sudamericanos acaudala dos. Sí. mi distinguido amigo; el ca zador de Africa, en aquestas A méricas más ó menos iberas, ha COBRADO poco. Ha cosechado una colección respetable de edi toriales de la (SOUTH AMERI CA) cuya traducción tendrá que hacer pagar en su país si le inte resa; unas cuantas docenas de banquetes oficiales, verdaderos granos de anís para un hombre robusto que come con éxito cinco veces al día. y unas cuantas pi caduras de mosquitos en diver sas latitudes ... Esto no era lo convenido. Fuera de ello y de las cosas in teresantes que habrá visto y a prendido. y las inconfesables de las que habrá tomado muy bue ■toaaia. ti final no ha sido, probablemente, id que él hubiera deseado y el que;algu nos pusilánimes, yo entrejellos. hubimos de temer. Por esta vez. aconteció lo que debía suceder, ¡afortunadamen te! Puerto Rico implorando en cas tellano el amparo de los pueblos hermanos de América (¡pobres circulares tan mal impresas co mo hondamente sentidas!) en los momentos en que el insigne yan qui moralizaba en inglél por a questos países: aigunos cubanos intranquilos hablándonos del fu turo nebuloso; Nicaragua atemo rizada pensando en posibles des embarques; México en el pave rismo de la desesperación, sin serenidad y sin razón ya en el mundo, y EN EL PONDO, subte rráneamente, excitado por villa nías indiscutibles; España exhi biendo les restos del “Maine”, después del informe patentizador de su irresponsamilidad en la fa mosa explosión inri de injuria é injusticia; Colombia extendiendo “su brazo amputado" bajo la ga rra imperial; un cerebro, un co razón argentino ¡usted! que empuña la rodela y se lanza á través del continente en prédica resurreccional todas estas y otras muchas más, no eran, mi distinguido amigo, entelequias. lio eran literaturas, sino hechos, hechos concretos que surgiendo Como piedras en el camino del héroe del Norte, estorbaron un tanto el compás de su marcha triunfal. Es cierto que por doquier se ha presentado el profeta imperialis ta. los gobiernos, por cortesía é internacionalismo, han procura do no deshacer el dulce encanto del “América parn los america nos", pero los pueblos no han a- Compañado en su tarea de corte sía á los gobiernos. ¡Afortunadamente! (Continuará) Hon. FREDERIC S. STRATTON Candidato para Juez de la Corte de Apelación. Una persona muy Distinguida. El Hon. Frederick S. Straíton. candidato j»opular pa»a Juez «le la Corte de apelación del Estado de California, es uno de ios per sonajes mas distinguidos en el Estado. Su vidât ysu carrera es un libro abierto á todo el Estado. Nació en California y es hijo de un distinguido padre, uuien ocu pó el puesto de Agrimensor Ge eral del ducación en las escuelas puoncas de Oaklan. después en la Univer sidad de California, y finalmen te en el Colegio de Leyes de Hastings, donde fué graduado, con muchos honores. Después, comenzó su carrera como abogado y jurisconsulto, y se asoció en ejercer su profesión con los célebres Jueces Morrow y Latimer. Este hecho solamen te dió garantías de su abilidad y honradez. Pronto entró en !a po lítica del Partido Republicano y su gran popularidad le grangeó , que fuera elejido como miembro del Senado de California por una gran mayoría de votos. Duran te el tiempo que desempeñó el puesto de Sesador fue él el autor de muchas importantes leyes que actualmedte rijen en el Estado. Doce años pasados el Presiden te Me Kinley nombró al Señor Stratton. Administrador de la Aduada de San Francisco. Al concluir el término de su cargo, volvió á recibir el mismo nom bramiento á manos del Presiden te Roosevetl. y otra vez por el Presidente Taft. Esta distinción hecha al Señor Stratton por tres Presidentes de la nación, habla por sí mismo y no necesita mas comentario. Sus servicios como primer jefe de la BOSQUEJOS HUMANOS. VII LOS BÁRBAROS. Si estudiamos en la Historia la marcha de la civilización, vemos claramente que la humanidad, como el atleta que se apresta al salto, a la carrera o a la lucha, vuelve hácia atrás para tomar campo y prepararse con mas fuerza a su árduo avance en el camino que la conduce al fin de su destino. Esta vuelta hácia atrás que siempre origina lo que semeja la pérdida de un siglo o dos o más, LA CRONICA Aduana fueron siempre muy elo giados por el público en general y toda la prensa del Estado. Al llegar persona» de alto grado y distinción á San Francisco de di ferentes partes del mundo, le to có al Señor Stratton recibir á es tos personajes con todos los ho nores. como digno representante personal del Presidente de los pistados Unicos. r< Siempre ha sido su anhelo e trabajar para las constituciones de los Estados Unidos. Sus bue nos servicios como miembro de la Legislatura del Estado de Ca lifornia. es un hecho de historia. Ha servido al pueblo por mas de veinticinco años y sus trabajos en la vida pública son bien cono cidos. Tiene las mejores refe rencias que un hombre público pueda tener y cuenta no sola mente con la recomendación del Hon. George C. Perkins. Sena dor de los Estados Unidos, sino también con la mayoría de los miembros del Congreso Nacional, que representan el Estado de California e’i Washington. Para las elecciones que se ve rificarán el 25 de Agosto, el Sr. Stratton es candidato para la no minación del alto cargo de Juez de la Corte de apelación. El está haciendo una brillante campaña y sabemos que toda la prensa del Estado le hadado una espléndida ratificación y han ex presado con grandes elogios los méritos de este célebre é inteli gente jurisconsulto. Con verdadero gusto “La Cró nica" publica4ioy el retrato del Sr. Stratton y recomendamos á nuestros lectores apoyen la can didatura de dicho señor. y que envuelve también la des membración. cuando no el ani quilamiento. de una raza, aunque parece un castigo de la Providen cia. visto desde cerca, o mas bien dicho, experimentado, «ontem plado y analizado a través de las edades, se vé que tuvo efecto, no por el ciego fatalismo de que: Estaba escrito, sino porque'hubo imperiosa necesidad de que fuera. Roma se engrandece al mismo tiempo que Cartago. y de este engrandecimiento, nacen las Gue rras Púnicas. En la tercera de estas, el Impe rio Romano vence al Cartaginés y destruye a la rival Cartago. Las conqistas de Amílcar Barca en la Iberia y el paso famoso de los Alpes, por Aníbal, fueron un sueño, desvanecido por la espada de Escipión en la batalla de Za ina. Roma conquista después á Grecia, convirtiéndola en Pro vincia romana, y los griegos de rrotados, son los maestros de sus vencedores. Los helenos saben más, pero pueden menos, así. los Romanos absorben el poder y el saber griego. En el año 14 de la Era Cris tiana, Roma, después de dar a luz los grandes soldados, senado res, capitanes, cónsules y Césa res, aborta sucesivamente a los Césares tigres: Tiberio, Caligu la. que hace cónsul a su caballo. Nerón, que quema las antor chas humanas e incendia |a Ro ma; los cuales precipitan la caída del Imperio, el que se sostiene con los Flavianos, Antoninos. y demás emperadores, pocos bue nos. la mayoría tiranos, hasta Constatino. que impone el Cris tianismo al Imperio. Teodosio muere en el año 395, y Roma, después de una lenta a gonía, se apresta a la ruina y a ser invadida por los Bábaros. Los Bárbaros, empujados por los Hunos, cáen del Norte sobre la Civilización Romana,, guiados por Alarico. Genserico. Teodori co y Ataúlfo, sus principales je fes. Alarico saquea a Roma en el año 410 y muere dos años más tarde, Ln medio del cáos producido por la invasión y. sobre las rui nas del mundo civilizado, apare ce Atila, el rey de los Hunos, el que se gloriaba en decir que, la yerba no crecía más donde su caballo asentaba los cascos: y después de cruzar, montado el río de sangre que él mismo abría asu paso, llega a Los Campos Cataláunicos. donde es derrotado por Aecio, Meroveo y Teodorico. Como el Ave Fénix, renacien do sobre sus cenizas, la civiliza ción, de. celtas, cajaagineaes y ro manos, re\ive en la de los godos, los bárbaros, divididos en visigo dos y ostrogodos.' Y la iglesia católica celebra sas famosos con cilios, donde se retinen las gran des lumbre v ’as del saber humano de la época. San Isidro, el arzo bispo de Sevilla, muere en el año 639 siendo el primero de los polí glotas españoles dé su tiempo y el nombre mas sabio del siglo VII, después de escribir sus Etimolo gías, que le inmortalizan. Como había llegado la deca dencia romana, apareció la góti ca: y España que fuera una pro vincia del Imperio Romano, se independizó preparándose para hacerse la soberana del mundo algunos años mas tarde. Roma que había sido un imperio, des cendió á la categoría de pueblo para siempre mas. Desembarcan los bárbaros de Mahoma en las playas andaluzas, inducidos por el conde Don Ju lián y el obispo Don Opas, el cau dillo Tarik. guia las huestes mo ras, Se efectúan unas escaramuzas de moros y cristianos, y llega pronto la derrota del. Guadalete, donde Don Rodrigo, el rey, des aparece. y con él el poder visi godo. Tarik, que lucha en Es paña bajo las órdenes del sultán que reside en Africa, se corona de gloria con sus brillantes y rá pidas conquistas. Desembarca el hermano del Sul tán en la tierra conquistada y se encuentra con Tarik, que le.recibe a la cabeza de sus tropas; y, por que el invicto soldado ha excedi do las órdenes del sultán, y ha guerreado más de lo que manda ban esas órdenes, el altivo moro se encara con Tarik y le azota el rostro con el látigo con que cas tiga a su cabalgadura. Las maravillas de las civiliza ciones griega y romana, caían en poder de aquellos salvajes del Africa Los salvajes del Africa, que habían de continuar esos adelan- tos y, más aún aventajarlos. Averróes, célebre médico y filó sofo. nacido en el califato de Cór doba. Avicena, sabio médico ára be. Los califas Hixen. Grana¡¡ da. Córdoba, Sevilla. La Alham bra, el General i fe, la mezquita de Córdoba. Palacios arranca dos de un cuento de hadas y cris talizados en mármol para mara \illa déla posteridad. Lascabas, los torneos, Ciencias, música, poesía, arquitectura, filosofía, La cristianidad tiene un Cid la morisma un Almanzor. Los cristianos tuvieron un Don Ro drigo, que sepultó la gloria visi goda en las sangrientas aguas del Guadalete; los umsulmanes engendran un Boabdil que tiene el valor de asesinar a los nobles Abencerrajes, y no lo tiene para morir defendiendo a Granada. ' en vez de inmortalizar la Al hambra derramando en ella su sangre, inmortaliza una roca, en las cercanías de la capital anda luza, que se llama desde enton ces El Suspiro del Moro, derra mando en ella su llanto; y vol viéndole la espalda al paraíso árabe, va a morir en Africa. Jarik vence a los visigodos en el año 711 batalla del Guadale te, Don Relavo inicia la recon quista en la deCovadonga, y fun da la monarquía asturiana, en el TlB. Los Reyes Católicos termi nan la obra de Relavo en el 1492. Isabel la Católica en su obra colosal de civilización costea el viaje de Colón. Para mantener el espíritu belicoso del pueblo ibero, sostiene al Gran Capitán Gonzalo de Córdoba en continua lucha en los tercios de Italia, y fíat a eclipsar su obra de piedad con una mancha de infamia, fun da la inquisición. Tomás de Tor quemada. el primer inquisidor español le toma gusto á su oficio en el Santo Oficio, y el sacerdote vallisoletano, mejora eso es. las aumenta -das ferocidades de Ati la. con sus bien pensados instru mentos de martirio de la Santa Inquisición. Los bárbaros invadieron las naciones latinas, les tocaba a los latinos invadir las naciones bár baras algunos siglos después y Pizarro y Almagro van ai Perú, y Hernán Cortés va a México! Conquistas civilizadoras se Ila niat on estas conquistas y no fue ion masque irrupciones barbá ricas. Los caudillos no tenían la culpa de lo que hacían, estaban sujetos a precedentes forzosos. \ no se olvide (pie todas las ex pediciones aventuras llevaban mi nistros de la Iglesia. Las galeras españolas debían llenarse de oro y, cuando los templos indios fue ron despojados de sus imájenes, vinieron los martirios de los az tecas y de los incas. Dice la Historia que Hernán Cortés hizo matar a Moctezuma y a Guatimozin y ahora el famo so caudillo extremeño aparece como un poste gigantesco en la Senda de la Civilización, carga do con los harapos sangrientos de lo que sel laman sus crímenes, expuesto á la vergüenza del pre sente yde la posteridad. De se guro (pie esos crímenes fueron cometidos. Cortés obró con la sanción y beneplácito de la religión y de la monarquía, y tal vez al obrar fué instigado por ellas: y hoy, el barbarisme espa ñol de entonces, se trata de bo rrar. y se le cuelga el sanbenito al héroe de la Noche Triste. Como los romanos echaban a las fieras los perros cristianos, —nuestros venerados mártires de hoy, así los españoles de los reij nodos de los Felipes 11. 11l y IV. quemaban vivos a los perros in dios, venerados mártires hoy, no de la historia de Méjico y del Pe rú, sino de la Historia Unirersal. Pasaron cartagineses, griegos, romanos y españoles. La gran deza de estas naciones se de rrumbó quedando esculpidajsobre las ruinas, en piedras de tem plos, palacios, acueductos, puen- Pasa á la cuarta plana.