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El reco d nuctiionenlos Estados Undse d 0,ño #lo. O eses *5 Gu nr., pONr esis 0~ 27 cts11 Toda suscrinlow Va adelantada. Puera Lt Orleano no se admintirá flhiu í~Ctorp, menos de 3 ¡tenes. En 1,laa de~ cok Puerto 11¡co, en MjIc, 0ata l a America de¡ 0 e 1 Ir ', esSe, etlos que se de. signen erq oJsº & lE3L.D~~4'&C ¡das & esta fte¿líc. 01WOu rauarancas de poire A PE tEODICO POLITICO, LITERARIO Y MERCANTIL, ORGANO DE LA POBLACION ESPAÑOLA. [AÑO PRIME , .wueva-Orla.I, Doatago, 2 8 de ¿ciemtsbre de 1851. [VOL. I.-NUM. 80.] EL PELÁYO. p EDITOR Y REDACTOR : E. SAN JUST. sa Nm- . @. Ku SS ¿o Dicleb ce Neev.Ortmles 98 de Dleiembre de 1831. ta AVISO A NUBESTROS SUSCRITORES. A consocuencia del nuevo arreglo que estamos haciendo para publicar "EL PELAYO" de mayor tamaño, nos será imposible publicar nuestro número el miércoles prcesimo; pero en vista do que el jueves es gran dia de fiesta y que no trabajan los impre sores, adelantarémos un dia la publi cacion del número correspondiente al viernes. Por lo tanto nos despedi mos con este número "hasta el añio en trante," en qué esperamos tener el pla cer do atraer hacia nuestras filas y contar entre nuestros suscritores a todos los españoles, tanto de los Esta dos Unidos como de Cuba, Méjico, &c., que estén dispuestos á sostener en esta ciudad un órgano fiel y cons tante de sus principios y opiniones, y un decidido defensor de sus intereses. El año mil ochocientos cincuenta y uno se despide de nosotros, y ya nos podemos considerar con un pié puesto en el año mil ochocientos cincuenta y dos. Al desapa. recer para siempre para hacer lugar al que le vA & suceder, no podemos mnnos de echar una ojeada, aunque rápida, sobre la situa. cion política que guardan hoy dia todos los pueblos de la tierra. La reseña que va. anos & hacer de ellos puede considerarse como un panorama que pasa ante nuestra vista con suma rapidez ; pues sería un tra bajo improbo, si nosotros intentáramos querer examinarlas detenidamente, para formar un juicio sobre los revoluciones que puedan operarse en lus diversos puntos del globo durante el a ño en el cual vamos á entrar. Naturalmente se debe suponer que por lo que toca A nuestra España podrémos ha cerlo con mas detencion, porque además de estribar en ello el interés do nuestros compatriotas, se halla colocada hoy dia de tal suerte con respecto á las demás nacio. nes, que es objeto de las miradas de todas ellas, y aun de las mas recónditas; pero esas miradas que atrae son de asombro y de respeto por el ejemplo que ofrece tras tantos años de luchas intestinas, como por desgracia se vió obligada á presenciar. A su turno lo harémos. El antiguo continente va á ser en primer lugar el obieto de nuestra atencion y prin. cipiarémos por ese coloso Ruso, que sin embargo de ocupar un espacio do terreno casi igual al que ocupan las demás nacio nes de Europa, no se opera en él cosa que llame la atencion del mundo, escepto cuan do mueve sus numerosos ejércitos. Pare ce imposible que esa Rusia con sus ochenta millones de habitantes, con sus populosas capitales, su fausto y su grandeza, sea rele. gada al olvido por la poca importancia de sus hechos; así es que toda la politica de la Rusia se encierra en algunos ukases lan zados por el emperador sobre disposiciones dictadas & tal 6 cual gobernador de alguna de sus provincias, 6 para dirijir sobre tal 4 cual frontera sus tropas con el objeto de contener los progresos de tal 6 cual chispa revolucionaria. Do la Rusia quizá á fines del añio en que vamos á entrar no podamos decir otro tanto; pues lo que pasa hoy dia en Francia bien puede ser que le produzca alguna sacudida. De ella pasamos á la Alemania, la gran nacion compuesta de la Prusia, el Austria, la Hungria, la dividida Polonia y los dis tintos Estaditos que forman su complemen to. La política do estos diversos reinos bien puede reasumirsu en la do las dos t1ftU~* principales el Austria y la Prusia. El A . n tria, parece haber echado despues dela d sangrienta revolucion de 1848, hondas ral.- Iñ ces sobre todos los pueblos donde ha asen- li tado su dominacion; la Prusia bien se n puede decir que marcha á la par del Aus- a tria, cuya politica es sugerida por esta. v Bien quisiéramos poder estendernos sobre p la actitud que ha tomado en vista de las o- I vaciones de que ha sido objeto el Magiar d Kossuth á su paso por Inglaterra; pero i nos reservamos á hablar de ello hasta sa ber qué resultado podrá tener su llegada á r esta República, caso que el gabinete de t Washington le dispenso alguna recepcion t oficial. 1 La Francia, por las últimas noticias re. ( cibidas, guarda una situacion de las mas 4 criticas, y si el golpe de Estado que acaba o de dar Luis Napoleon no es sostenido con ( energía y tino, la Francia en lugar de cau. i sar, como se pretende, una conflagracion i ' en Europa por las ideas de los demagogos, 8 I marchará inevitablemente & su ruina. Los Spueblos hoy dia van convenciéndose, ama- i , estrados por una série .de vicisitudes por r las cuales han pasado, que esos trastornos , . políticos son la causa directa de cuantos males afligen a la humanidad, y la Europa en general desecha esas ideas revolucio narias salidas de esas imaginaciones febri les y ecsaltadas que so complacen en pre senciar la ruina de su mismo pais y en querer ser causantes do la de los demás con esas vanas y engañosas palabras de Sigualdad y libertad. Si Luis Napoleon ha Sverdaderamente comprendido su mision, . debe llegar hasta sacrificar su ecsistencia Spara asegurar á su patria una paz duradera que asegure su bienestar. e Este estado que hoy guarda hace que to. a do en la sociedad se desquicie; los traba ¡. jos se interrumpen, se paraliza el comercio, as la industria so abate, ninguna mejora se ,a puede emprender, el crario nacional so a le gota y todo, todo marcha al través de co. el m¡no marchar debiera; ¡cuantos ejemplos á tenemos de ello no solo en lo pasado sino en el presente! ¿Cuántos años le costó á )r esa misma Francia reponerse de los a. destrozos que el reinado de' la Guillotina Is produjo en ella i fines del siglo pasado? os Y ¿cuántos le pueden acarrear el pasagero le triunfo que hoy dia pueden alcanzar esas o. sanguinarias ideas socialistas que en ella as germinan? y ¿cuántos le causarán cuantos ro cambios se intenten operar en lo sucesivo ,i y si con mano fuerte no so opone á ello un re as medio? Ilé aquí la situacion dle la Francia; or se halla colocada entro un hueco en lo pa. ir. sado que 57 años no han podido colmar, y un abismo por delante que es necesario er evitar á cualquier costa escojiendo otro sen n. dero si no se quiere ver precipitada en él. in El año 52 está llamado seguramente á ver no el triunfo de la sana razon que dé á la o0. Francia estabilidad en su gobierno. ue La Inglaterra nos suministra el ejemplo n. de una gran nacion que progresa todos los *e- dias, sin que nada absolutamente altere la ita marcha de sus bien entendidas institucio. as nes, y sin que vanas teorías entorpezcan le. su desarrollo comercial en las cuatro partes de del mundo. La Inglaterra, parecida á la de águila caudal que posa sobre un corpulen Ln- to olmo, vé amontonarse los despojos que íes los huracanes de las demás naciones ván i na depositar al pié do ese gigante donde ella tal se asienta, y su política estriba principal. de mente en cobijar á sus hijos en todas par. ipa tes con su manto protector, cual ninguna íes otra nacion. La Inglaterra es respetada ios porque á su vez respeta á todo el mundo. dia Nuestra España, que bien puede ser que .ca dentro do pocos años no le ceda en nada á la Inglaterra, ocupa hoy dia entre las na aii ciones (le la tierra, un muy distinguido lii. ia, gar, y bien mereco que nosotros consagrA. lis. mos á ella toda nuestra atencion cuando an- llama verdaderamente la de los políticos de íos muchas otras naciones. Españia, agena los hoy dia de toda influencia ostrañia, á ella misma j &@fien debe este horizonte ra- ta diante dqn porvenir, y sus hijos los espa. p[ ñoles, cón la fé puesta en él, caminan por la vía de lois progresos materiales, sin in- bi mutarse por esas vanas quimeraé, que hoy di agitan & su vecina la Francia, qqe á su vez parece dser presa de las desgracis. que por tanto tiempoáafligieron á nuestra patr. di Los españoles hoy dia comprenden asaz p donde y:en qué está cifrada su felicidad, y ns de qué suerte puede llegar á obtener la sE primacía en el consejo de las naciones, co mo lo tuvo en un tiempo cuando dió ser á d un Nuevo Mundo. En este instante nues- q tra patria se vé presa del entusiasmo de sus h hijos; de un estremo á otro de ella todo ti Ses regocijo y placer; pues la representa- c i cion viviente de la era venturosa por la q i cual vamos & entrar allí está, la esperanza ti i de los españoles, su única guía, su mayor e . anhelo reposa en el PRíNCIPE DB AsTu- t SRnAs que nuestra adorada Reina acaba de , dar á luz, y las naciones todas al ver la efu- e s sion que rebosa de sus corazones, al ver el I Sabrazo fraternal que hoy dia los hijos de c r España se dan por tanta dicha, pueden au- . s gurar perfectamente lo que hemos repetido e s tantas veces, "La España sera tan grande a como nunca lo fué." Si además de esto fijamos la vista sobre 1 . todos los ámbitos de España, no encontra. < . mos mas que pruebas materiales de lo que E r acabamos do asentar, la actividad en toda 1 s clase .de adelantos, el incremento que toma E e el espíritu de asociacion para realizar gran. E a des empresas, que hasta muchos capitales 19 estrangeros van á confundirse en ellas, las a vías de comunicacion para esportar á todas a partes nuestrso producto del interior, la apertura de grandes canles, limpia de - puertos y construcciones navales para pro. L- tejer en todas partes nuestros intereses co. D, merciales y hacer respetar la integridad de e nuestras posesiones ultramarinas é infun i- dir respeto á nuestro pabellon. Todo, todo )- dá á conocer que nuestra España vá á ser )s grande y feliz. lo El Portugal, á pesar de tener en la u á paña un fiel traslado de como puede llegar )s á conseguir engrandecerse, sigue destro. ¡a zándose sin saber qué es lo que desea; Shoy un motin militar, mañana una subleva. ro cion, y así marcha aniquilando los pocos Srecursos Ion que puede aun contar para la crearse un porvenir venturoso. SLa Suécia, la Holanda y la Bélgica, si guen en paz dentro y fuera de sus resigc. tivos territorios ; pero quizás no podamos Sdecir lo mismo dentro de poco, caso que el a movimiento revolucionario de Francia to Sme algun increntento; pues hace ya mnu. chos añlos que estos reinos están sujetos al mismo termometro político que rije a la er Francia. la La Turquia, por algunas sabia& reformas que en su legislacion ha introducido el jó il ven Sultan Abdul-el-Mejid, se ha hecho un Spoco notable, aun cuando seguirá siempre la dominada por la influencia del autocrata 0. Ruso. Creemos que su p >lítica no dejará 1 nunca de ser Turca. es La Grecia espora seguramente el resul la tado de lo que se agita en su protectora na n. ta la Francia para ver que rumbo tomará ue en su política. á i Los Estados Italianos, una gran parte la de ellos sojuzgados por el Austria siguen il- debatiéndose en medio de la. tormenta re Lr. volucionaria que los ha agitado durante tan na to tiempo. La Italia está llamada á nues. da tro modo de entender, á una dedos, 6 á for mar una gran Nacion, dándose institucio ue nos sabias que la eleven al rango do tal, 6 ti á á desaparecer en pequeñas porciones des. a- trozada y aniquilada por sus mismos hijos, u- siendo causa de que sus hermosos edificios ''. qureden desiertos, sus palacios abandonados lo y las cal!es do sus faumosas capitales soli de tarias y hi¡medas. Si asi sucede la Fran na cta no tendrá poca culpa en ello, por haber lía la agitado con esas ideas do la tan descaní tada libertad do que se ha declarado cam. peon. Terminarémos aquí la torta reseña, so. bre la situacion política que hoy dia guar. dan ras naciones, porlo que respecta á las 1& antiguo continente. Nos vemos obli dos á pasar por alto la de algunos pobos diseminados en diversos puntos por ser muy poco el interes que ellos ofrecen, 6 sea por ser muy insignificante el papel que repre sentan en ere vasto campo. En nuestro prócsimo número tocar~mos i detenidamente la que guarda el continente Sque habitamos,repasando una por una lade Slos diversos pueblos que locomponen;en es Sta parte do nuestro trabajo, que bien puede - considerarse como una continuacion del 1 que ofrecemos hoy, tratarémos de no ser Stan concisos porqué tambien asi lo ecsige r el mucho interes que nosotros y todos nues. - tros compatriotas deben tener en ello. e Salimos del año 1851 y vamos á entrar - en el 1852; dejamos de mirar el Antiguo 1il Mundo para figar la vista en el Nuevo: asi e como hablamos teniendo un pié en el aflo 1- que nos deja y el otro en el que nos llega, o asi dejamos & nuestros lectores pendientes e entre la situacion política que guarda un mundo y la que guarda el otro. El año que e nos deja ha producido grandes aconte L. cimientos políticos y algunos muy recEs e que tocan de muy cerca á nuestra España. a No formarémos un juicio sobre si el alio a que nos llega será 6 no muy fecundo en a. ellos, aun cuando por ahora promete serlo, is y muchisimo, por el aspecto que hoy pre La senta el mundo. El siguiente articulo tomado de la Eqpa* ia de Madrid, lo recomendamos vivamen' te á la generalidad de nuestros le '.)es, pues toca una cuestion que durante doi me* ses ha ocupado la prensa española ea alto grado, cual es la de la reciente publicacion del concordato y la alocucion de Su SAN. TIDAD, dice así: Comprendemos muy bien que la prena es pañola, considerando esta cuestion bajo el ~ pecto jurídico, y aun bajo el político y el histó6. rico-canónico, esponga sus opiniones favorables 6 contrarias á ambos documentos, y hasta que censure con mas 6 menos acritud á aquelloes de nuestros gobernan¡es que han sido participes en la confeccion y ratificacion del convenio de que se trata. Semejante discusion no solamen te cabe dentro de los limites de las buenas doc trinas, sino que es ademas necesaria para es clarecer asunto tan importante, al paso que pa ra averiguar si los hombres públicos que han intervenido en la formacion y conclusion del tratado, son dignos de alabanza 6 do censura. Pero eso de que sacando la cuestion del ter reno puramente legal, literario 6 político, se lle. ve al terreno religioso, procediéndose á venti larla de una manera contraria k nuestro dog ma, y con un lenguage, sino implo, Irreverente al menos y acerbo en demasia hácia el SOmo PorNTrFICE, eso no puede ser bien mirado en una nacien católica por escelencia; y á nombre de esa misma nacion estamos dispuestos a ana. tematizar y protestar contra los desmanes de loe que pretendan mancillarla, imprimIendo en su limpia fama un baldon que desdice igualmente i do nuestras creencias que de nuestras antiguas tradiciones. Y no se presuma que nuestro prop6sito al espresarnos de la manera que lo hacemos, tiende á defender 6 impugnar el Concordato en el presente articulo: plumas mejor cortadas y e~ peciales, tratarán en LA ESPAÑA esta grave cuestion: otro es el impulso que nos ha movido á tomar hoy la pluma, y obedeciendo á él vamoa á escribir no fundándonos en la ciencia sino acudiendo al corazon, en la seguridad de que nuestras palabras han de encontrar eco en el ánimo de la generalidad de nuestros compatrio tas. Por desgracia, es una verdad deplorable que ) el viento de las revoluciones trajo i España el . contaoio del enciclopedismo, y sus gérmenes se infiltraron y brotaron en nuestro país, si bien ' no de tal manera que hayan logrado aclimatar Sso en él cuiomo en otras partes. Durante algun Stiempo, y merced al irresistible aliciente pecu " liar de las doctrinas nuevas, las olucubraciones - vol/erialnas consiguieron fascinar con la galana * ra d(e las formas do aquel escritor tristemente . clebro tá crecido número do hombres, que, ávi Los Avisos puramente econiG~ oe y mercaritiles pagarAn 1 por la priaera inmertion de un quadrado f1a renglonoes meno], y 50 cte por los siguientes. For los miba largos 6 los quee Iiertea por trimestreca 6 aflol, se hará un arrogle convencional. T.os Anunclos 6 Comunicadoe, n prose 6 verso, sobre asuntos poeruaies. pag. rán el doblo de los preiolos ya eilad. Advirtiéndose que los insultoes 6 persnae lidades no so publicarán á ningun precioe.