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-9 émmf La Democracia r5E La Democracia Ponce, Ülílrtes, Agosto 11 de 1891 Ciña AL BANQUILLO Otra vez secuestradas nuestras ediciones. Otra vez loa de orden público en nuestras oficinas. Y otra vez nosotros ante el Juez, convencidos de nuestra inculpabi lidad. So nos acusa por los artícu los publicados hace tres dias en la sección A diestro y siniestro. Reproducíamos entonces un ca blegrama sobre el juego en San Sobastián. Y afirmábamos que en otras ciu dades del planeta la policía comer cia con el tapete verde do un modo casi ostensible Yendo aún más lejos nos ocu rrió bablar de estafa en los mer cados v do fraude en las rentas del erario. No aludíamos á nadie. Nuostra sátira puede referirse do igual manera á Monte Cario que á Baden-Baden, á Biarritz ó á Spá. Pero abora viene la denuncia. Y tras la denuncia tel vivo co mentado do las gentes, anhelosas do inquirir, do escudriñar Nosotros escribimos con las suaves tintas de una inocencia pa radisiaca. x el proceso que se nos sigue dosportará curiosidades indiscre tas. l Qaión puedo evitarlo? El pueblo es amigo de las emo ciones profundas. . x eso de que la policía, cuyo deber consiste en perseguir la in moralidad, trafique con la inmo ralidad, causa verdadero estupor á las conciencias puras. Aunque suceda en üiarritz y en Monte Oarlo. En nosotros mismos nace la du da : no más que la duda. visitaron los agentes de la auto- ridad, á cada instante nos asaltan pensamientos graves. Ocurrirá en Ponce lo que oou rre en otras ciudades del planeta I l Llegará á tal punto la infil tración de podredumbre? . Será preciso, en la margen de esos focos inmundos, apartar la vista con horror y el estómago con asco Existirá el germen malsano, el nocivo fermento alia en los ba jos fondos del albaíial corrom pido? Y si existen quién podría arrancar á los malvados la prueba do su delincuencia? Los que ejercen el cohecho lo ejercen acaso entre testigos capa ces do confesar la culpa Pjial . -yr Un periódico habla do abusos realizados en el globo terrestre, sin concretar el sitio, y se le pro cesa, y so le llama á declarar bajo el apercibimiento do una detención fulminante. De tal suerte quedan á salvo los eternos principios de seguridad social que informan la marcha de nuestros poderes coloniales. Para escapar ileso hay un re curso casi infalible. Callar hoy, enmudecer mañana y guardar silencio siempre. XJ otro recurso mejor. Aplaudir á los de arriba y pe gar á los le abajo. Solo aue el sistema es incom- patible con la dignidad. Nosotros tenemos la mansedum bre do la oveja y se nos supone la intención del lobo. Nosotros llenamos sin malioia una hoja trisemanal, y se buscan entre lineas delitos y atentados Nosotros perseguimos un fin a n morahzador, y se nos acosa por todas partes a la vez. Ignoramos en que estriba el crimen horrendo. Consistirá en la suspicacia de los que miran en este periódico un enemigo en carnizado de su medros y de sus concupiscencias ? i Es aplicable á la ciudad del sur lo que escribíamos el sábado 1 Si no lo es, procede que nadie se de por aluciido ; que cada cual siga en su puesto, y que se con fiera la misión de juzgarnos á los tribunales de Baden-Baden ó de Monte Oarlo. Si lo es, procedo que se tomen rápidas medidas; que se destituya á los culpables ; que se limpie de miasmas la atmósfera; que sucum ban los monopolios indignas, y que la sociedad tribute un voto de gracias á sus directores, que en esa ocasión serán sus salvadores. Si La Demoobaoia pudiera probar que aquí se obtienen lu cros grandes tolerando las timbas productoras, La Democracia atronaría todos los ámbitos del país con el vibrante resonar do su protesta. La Democracia no puede pro barlo, y se limita á hablar de otras ciudades que no están libres, como Ponce, del miserable contubernio. Ahora, después de una denun cia hecha con premura en día fes tivo, van á suponer los miihlicien- tes que aquellos sueltos humorís ticos so refieren a esta ciudad desventurada. He ahí por dónde resultan siem pre inoportunos los secuestros. Diriamos que nuestra policía cumple extrictamente sus debe res. Mas á tal extremo vamos lle gando, que esas frases caerían co- dalos que ocurren allá, en los bal nearios europeos. En Biarritz ó en Spá; en San Juan de Luz ó en Arcachón r EN LA CARCEL ido una lOR Ayer, á las tres y media de la tarde, el capitán Nouvilas, cum pliendo una orden judicial, acom pañó hasta la cárcel del distrito al Director de La Democracia, entregándole inmediatamente al jete del establecimiento peniten ciario. Dos horas permaneció el señor Muñoz Rivera en el mismo cala bozo descrito por él con enér gicas pinceladas donde fueron encerrados los señores Diaz, Prín cipe y Toro Quiñones. Ahora ocupa una celda limpia y ventilada, cuyos barrotes caen á la calle de la Luna. He aquí el autd del Juez : Parte necesario. Pooce, Agoito 10 de 1891. Resultando de las anteriores diligen cias la comisión de un hecho que reviste los caracteres de un delito de injurias á la autoridad y funcionarios públicos. Considerando que existen méritos para creer que don Luis Mufioz Rivera tenga participación en el mismo, por lo que procede declarársele procesado. Consi derando que si bien la pena señalada al delito no es superior á la de prisión co rreccional, dada la frecuencia con que se cometen esos delitos en la jurisdicción, procede la prisión provisional del pre sunto reo bajo la fianza que se le señala rá. Vistos los artículos 384 y 503 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal : Se declara procesado á don Luis Mu ñoz Rivera y se decreta su prisión pro visional en la cárcel pública de esta ciudad hasta tanto preste fianza perso nal por 15.000 pesetas en metálico Ó 30 000 en hipoteca. Líbrese manda miento al Alcaide, hágasele saber el de recho que le asiste para hacer las alega ciones que estime oportunas á la repo sición de este auto dentro del término de 72 horas, que al efecto se le señalan, bien por escrito ó de palabra, en cuyo espacio de tiempo se ratificará ó repon drá este auto, cuidando el actuario de dar cuenta oportunamente. Es copia. Notificado al señor Mufioz Rivera hoy Agosto 10 1891. Carlos F. Chardón. Dejamos al país que comento á su gusto el anterior decreto. Trenta mil pesetas de fianza en hipotecas! Quilico mil pesetas de fianza en metálico. Pareceríanos que era un error de nuestros sentidos si no lo estu viéramos contemplando desde ayer con pena y con asombro. El director do La Democra cia preso por haber dicho que la policía se vende en alguna ciudad del planeta! La causa no puede ser más grave. Sobran al periodista serenidad como las rlr.: aún cuando da menor im portancia. ... y por esto pienso quo la unión o acredita por esa9 exageraciones y esas in transigencias qne tocan á rebato contra la autonomía, ni por el camino del exclusivis mo sa lieg á otra cosa qne al desastre. Sí, señores; aqnf, allí, en todas parten son abso lutamente indispensables para la marcha de toda sociedad regalar, y no digo nada para la marcha de ana colonia separada por ana larga distancia de la madre patria, grande y puderosoa partidos que se consideren, se respeten y se franqueen mutuamente el paso en ocasión oportuna. Por lo mismo digo que es un adelanto po sitivo lo que aquí ahora vemos, lo que yo espero ver perfectamente marcado, porque acaricio la esperanea de escuchar la palabra de mi querido amigo el señor S&gasta y la del respetable señor Cánovas del Castillo, como representantes caracterizados de las dos tendencias más significadas de los par tidos gobernantes españoles. Pienso oirles marcando la tendencia, co rrespondiendo al sentido diverso que he es cachado en algunos de sus compañeros y correligionarios, y teniendo muy en cuenta la nota aquí traída por la minoría republicana. Sobre esto último, dos palabras á mi que rido amigo el señor Carvajal. No he Querido yo discutir aquí si estaba ó no dentro de la doctrina del partido repu blicano la autonomía colonial : me he Iimi tado á afirmar un hecho indiscutible : el de que los republicanos firmantes de la enmien da defendida durante el debate del Mensaje de la Corona por el señor Pedregal, es de que los republicanos representantes de tres grupos parlamentarios que firmaron hace pocos días un manifiesto de unión ó alianza republicana, han afirmado la autonomía co lonial. Ni más ni menos. Pero ahora diré aue ro he visto con indecible sorpresa la opinión de su señoría sobre el concepto de la anidad de la patria, en coya virtud vendrían á ser separatistas los federales. Yo no soy federal, pero reconozoo el error de su seño ría. Puede haber, como hay, dentro de la agrupación republicana, diferentes grados en el punto de las relaciones de la vida nacio nal con la local, v eu el desenvolvimiento de la aplicación del principio descentraliza dor que todos proclamamos. Pero los dos afirmamos lo fandameutal ; no sólo la ani dad de la patria, sino ia unidad del Estado Asi, aurmamos de una manera clara y posi tiva quo todos los Poderes en su integridad, el Poder ejecutivo como el Poder jodicial, como el Poder legislativo, están en la repie acotación nacional, x no cabe, ni en poco ni en macho, creer que esta representación de la unidad del Estado queda quebrantada porque el Poder legislativo faculte y dé con iliciones de vida á organismos inferiores den tro do sa capacidad y de sa derecho; y porque estos organismos inferiores, llámense Cámaras insulares, Cámaras provinciales ó Cámaras regionales, no tengan más límite que el qae les marque el Poder soberano. De inodo que en este particular no hay difíoul tad do ningún géoern. Estas mismas ideas se aplican al orden co lonial, porque nosotros no caemos en t-i em- pmamo ni pecamos de doctrinarios, como sucedería si prescindiésemos de la unidad de criterio y nos prestáramos á reconocer que la doctrina jurídica, indiscutible en la Me trópoü, era recusable en las colonias por ra ron de la distancia, la latitud, el clima y aún la historia. Ea tal ooncepto, á propósito de nuestras Antillas, sostenemos que el poder soberano, en su integridad, reside, y no pue de menos de residir, en la nación toda, sin que la comparta con cualquiera otra entidad, ni siquiera la delegue en centro político ni corporación local de ningún género. Sólo á ella corresponde, en principio y en ejercicio, por medio de lo poderes públicos. Por bajo de esto, hay qne considerar las diferentes esferas de vida social y los modos diversos de gobernación del pueblo. De aqaí la ne cesidad de reconocer diversos círculos de actividad y de intereses, y diversos modos de atenderlos. Uno de estos circuios es el colonia), determinado por razones, circuns tancias y condiciones qae no son las to tales de la nación, aunque dentro de ésta y bajo sus poderes eo den, ni son tampoco les que caracterizan 4 la región ó la provin cia, por más que se armonicen con ésta, y con ella tengan grandes analogías imposibles de confandir con la identidad, que, después de todo, ni los asimilistas ni los más empe dernidos adversarios de la autonomía colo nial aceptan, ni ha sancionado jamás ningu na legislación colonial, principiando por nuestro famoso Código de Indias. A esta di versidad de intereses y de atenciones corres ea posible imaginar un régimen autonomista sin la existencia de esa institución. ,I or tan to, no es dable confusión de génorj) alguno. Las cosas son lo que son, J los 'sistema tienen que ser aceptados ó contradichos, tales como la escuela ó el partido los formula. Mientras no baya eo España más Autonomis tas que los antillanos, el que proclame la antooomía colonial entenderá que acepta las notas generales y características líe aque llos autonomistas, pero además, ndie que hrtir haKta aa( Anfrn nnmn friATA dO' ESPana, de autonomía colonial, podrá prescindir de - . - .. : 1ii ai m n I esa Cámara ó Asamblea, por la sencun" razón de que ella ea nn supuesto coostan.ee y necesario de todas las organizaciones auto nomistas de nuestro tiempo. 'Ua No se trata de mero nombre, ni e p?siDie el equivoco respecto del particular. Pero tampoco hay que exagerar bVs cosas para excusar su di8euión. La AsamV!eft c0" lonial ea la eonsacración explícita, J a ta ahora, la más aceptada de la conpeteocia local para la atención de los negocios pura manfA onlnnialoa Púrn an TTlftVOr Ó EOeUOr importancia, su mayor ó mengí gravedad, aún en el terreno de las susceptibilidades y de Mostremos que tenemos notaciones moy rrnlia-para estos prooieui, uu. uentro fií radicalismo de nuestros principios. m ítfor Carvajal : Pido la palabra.) Y esto téngase bien en cuenta que ei tra u t nnr mí realizado no ha sido en benefl. Sin-d?I partido republicano, ni en obseqoio de los elementos autonomistas de naestrai a íuus No: yo he servido un penHamieD. fíalío, un interés general. Yo creo afirmado por los partidos republicanos SS'vVn A la vanguardia el problema ..ato q Xutft como problema nacional, se marca 3 fcCinoT loídemás partidos, y los deffiál nar'tidos tendrán que entrar en esta dter miración, ni más ni menos que como han Antrado en todas partes. Todo el mundo eabL que en el siglo pasado la cuestión coló niafen Inglaterra era una cuestióu genérica mente nacional, respecto de la que se em. pleában poco más ó menos las mismas pa. labras y los mismos tonos que so etnpleaa aau por algunos respecto á la política ultra marina. Y todos sabemos cómo fracasó esta política con la emancipación de los Estados Un'dos. En Francia no tengo que decir lo qae significó en el movimiento político dtl aún en el terreno de las asceuomuu j 5Q eQ ,ft ref las alarmas, dependerá natui mentó uo njOB ios liberales antillanos son dec.i- oiayores O menores iacuitaaef4 ,in, nartidarios de la República, qae La y alientos para resistir. ÍÍO haya miarlo aue SO llinetrJiPnrulí,a-'tjtaciones adecuadas que han de ,. -r .r.-V"' ' - ' - - . ,-' .., - . , .."" í:'t 1 ".fórmula produ- buven. v con ellas de la mayor ó menor in i en su esfera e acción. Porque aún en Iassxperienciae au tonomistas más radicales (ontemporáneas, por ejemplo, en la británicacanadense, exis te la intervención metronoltica, tanto por el nombramiento del Gobernador, la direc ción del Ejército y de la Mnna de uerra, el veto del Gobernador parí los acuerdos de la Asamblea, sino por lo qf se uama oí o recho imperial, ó sea la fatiltad que la Me trópoli tiene de imponer f soluciones que crea oportunas sin contar Jon colon do despecho de los colonos! tado la reforma del fC con las le yes del 80 y el 84, resistidas por la derecha del Parlamento francés. Con estas ideas yo he asistido & toda la evolución política del Gobierno desde Julio del afio pasado. Antes he dicho que la no ta para mi relevante es la de la reserva del Gobierno, que traduzco por una inmenfca in decisión, y aún oyendo al sefior ministro de Ultramar estos últimos días, se agigantaba de mi creencia. Porque era de ver con qas i. a amhi.m complacencia enirm bu cuun cu iu uo- 3 ULIUI BILI UUUIOI pwu I - . . t i ir 1 1 lonial 5 derecho de que glaterra ha usa- talles de ia A ""'"X .M , por ejemplo, para abofr la esclavitud, A tienes de cifras, en todo aquello que no te ÍJTP S.Pinrtar T)nasada diré oía carácter político ni implicaba ningena anrm&ClOU, y CUiu u untnuaun iucovmuei del presupuesto, siendo asi que bu señoría ínulas son muchísimo mf modestas j están tiene !a perfecta conciencia de qns el presa- nrA.i-AÍ1B n nrnmmRR b en COUOOidOS. V a PUCBIC preseuiBUU por ou cuu.-a uu uu un s-fww--w v v vM - - r i r r . .a lln nnft fnr na anrociar el lími- regir, y no se como no oom premio que ea te prudentísimo de las atrpuciones de su pre- renaiaa AsamDiea coicuai. ohiojbuicuw dentro y bajo la aatoridaf del Poder central, en términos qae sólo la sfepicaoia puede dis cutir, í Más también convieni advertir que, al hablar de la Cámara colofia, uo se dice todo, norane esta puede onnsituirse de manera presentación ha de aumentar las inquietudes, las sonoras y las contagiones. Pero cuando se trataba de asuntos políti- eos. er i tamoien ue ver ia iDtranquiuaaa ue mi respetable amigo el señor Fabié. Yo he creído Observar que algunas veces dirigía á hurtadillas su mirada al sefior presidente del Conseja de Ministros, temeroso tal vez de incompatible con cierto? principios caracto- que le desautorizara, ó temiendo fdguna in- terrupcion, aiguu uuuiauiiouui na c.uo que mi respetable amigo el sefior Cánovas del Castillo suele!5-t$Jxse8t Ultramir, cuando los ministros se corren un poco, x me na sorprendido ia actitud re servadísima del sefior presidente del Conee- rísticos de la revolucióqpolítica contempo ránea. Por esto los au) omistas antillanos cuidan siempre de deciejue son liberales y demócratas. De esta serte no se recabara su aprobación para ufa Cámara colonial constituida eon sentidoolitrárauíco. ni bas tará á excusar los defeloa naturales de este no de Ministros. cuerpo así organizado. a consideración del Los amigos y adversarios de sa señoría que á él se entrega, mk 6 menos, la inteli- han señalado siempre como nota de so ca gencia v resolución déos problemas locales racter ua poco de exuberancia, sa señoría ó coloniales. Nosotrooretendemos una cor- ea muy personal, en el buen sentido de la poración popular demerática, dentro de los palabra, y propende á tomar por sí y sobre principios y saturadatel sentido del Dere- si la gestión y dirección de todos los negó cno publico vigente e la Península. Auora cioa ue trooierno. no me extraña, porqae yo tengo aprenaiao en ia modestísima eslera en que me muevo, que cuando se dejan las cosas á muchos, no se arrecia náda bien. Mas por lo mismo, creyendo yo firmemente que sa señoría qae tiene nna historia simpa tica, en vi orden de las reformas coloniales, bien : en vista de estdafirmaciones, los par tidos republicanos eefñoles, y en su repre sentación, tres de losnatro grnpos organi zados que en este Cotreso existen, han po dido moy bien, repithdo lo qae ya hizo la minoría parlamentad republicana de las torces anteriores, prtiamar, como na necuo y que tiene una competencia positiva v re- sin reservas ni equívios, la autonomía coló-1 conocida en estas materias, estaban llamado jtui uaju uu un uBciai ticiuu, uaiuiui i n oijjuuo. uu pumos ue vista, no ue pouiuo menos de observar con extrafieza que su soñoría dejara por entero de responsabilidad al señor ministro de Ultramar, a fin de que, si alguna vez caía, envera él solo. (El icñor presidente del Gon$ejo de Minittro$ i Eso sí que no lo he hecho nunca). Lo hemos visto, sefior Cánovas j sólo que aquí hay coeaa que á su señoría no le impor ta dejar yer, y hay otras respecto d5 las cuales su señoría cree que no son vistas y observadas por los demás, olvidándose de quo somos espectadores interesados un 1a los tres grupos estl perfectamente confor- cuestión y no perdemos ciertos detalles mor mes en lo que es pi todo el mundo, en los expresivos. nial. mente esta la apiicaon y el desarrollo que á la solución común la cada uuo de estos tres era pos, eecúo acriterio respectivo. El federal llega al sunrin de la descentraliza ción; el progresista J redare al límite inte rior del régimen aajhouiista, así en Ultra mar como en la reosuia, y el crupo cen tralista, conforme 4a8 declaraciones Lechas por este partido eriu Asamblea treneral de Junio ultimo, bu sel la resultante ue estas dos tendencias, qaf iene á ser la fórmula general de ios autofmistas antillanos. Perol libros y en las ley la autonomía colonial : en negar el régim? opuesto, que es el de la doctrinarios y ir-' v : . oeaimieoto y .. r ..zTZAm lo d t Continuará.) nado y puedan problema lZn se han imagi- uuiuuo cu iuuan Auiv" DICCIONARIO AL LAPIZ Mamey-Fruta sabrosa que je ptodu Llamey , Antillas. qae en éste, A elemento 'ta, lo ce COQ abuadancm t;en0 por uío.w i rin auuiouw los defectos. . ue a de Anfitrión un puvu n tk au No he aventu itginarse resyv.w la mayoría de Á tfnmos ya ban proclamad . ! ptes. , i- Qne cuai no quita w a, y"'Z ,ftonhücano tn otros puntos, real que aor Labra : iioU sena tí nuestra guía y -alTasruardia. 'encasó; I 8"oü'als-ü0- .os tiempos y . ol fa . .. a tx i tormenta. nuosira : r;n0 a Iremos, pues, ai Mtu4ux..w Continuación) En este particular, repito, 1 nota, no sólo supera mis prensiones, sino que me parece alarmante, extraordinariamente alarmante. w n nnodan virir los países ultra- mirínoi con una soia anecciuu iu.r, . ' - L-.-.-A:---iouSt ce a ti al i' uamente llamado metropolltico sí ÍQÚe también por la reducción o mixuu 4UOM , .f. a, loa 1ihurf.Alas PÚbll- cióu en ia coioui uo , cas de que sin ratón superior disfruta la Peníníula! y de los derechos que constitu yen la cnaídanía española. Bueno es pre J . nn rror bastante cisar esto par ,M-rr níírÁnnA im im. íyo hubiera tenido mucho S TII1H ift V I " ""J"' rr " -..rlA no iar A loa comoneo. .m "w,w."' r nno no Manera ae acbut4 v,nn hanhn una cieu- 8. uo ia quo uou - noa gallegos, catalanes y puerto- lcÍón-Moera de galír del paso iieres cuando no tienen razón. oiogía-Uo pretexto como cual :ra otro para martirizar al prójimo. 1 1. : ,1 "i -: :1 A rfiUHliiLICU KIUUW detalle de losfoaftidos locales t i Puede po"r3nir. uIaíI . """rSad iurídica y económica de creerse que nfeún partido Taya a aceptar Afabilidad La cortesía ae ia Z, T provincias peninsulares respecto do las comorespouBaaaes ios cuoques y contra- Agaeaios Llamada que tocau ia. lai proYiutwo .vu. .- ; ';An ol nrn- I dicciones del lal amn f D ninenna : anerte. . B"JV, . . . N rfttl - I A I - . su señoría; son ara úr - Vi lann o. fflr t. nna dos republicana tres han al de la autonomiMcolonial. auuih uicu. quiero uecir qHi,, de loa partidoslepnblicanos, como á. de los partidos lie aquí ae encuentran col con Ha llegado á sus postreros limi tes la libertad do la palabra escrita. 3 lOSaCUSauua. A V'"n de la nolítica moderna Y el País Sabrá COU quo pu -r, . existencia de un solo partido, no es lo (47) castigan nuestros códigos á los es critores que censuran iua u- i u.i wr v desnreoio que os inspirua 1 1HRL1U. MV.-"- ... jjmiw i..- nnA ATI I AS mismo en ias grauuo r; colonias, que al fia y al cabo son sociedades ícomúu que apareja .r-i-rA. rncto do las como responsaljidades los choques y contra- a,, t lomnrlii nue tocan las - . al nrn. 1 niccionea oei lftliarnoT 1 1 niniynn a : anerte. . o. a rftli . é , nnra mHViir 111 &&iiijiujuia s - " i - o i - - . rx nir tí i i .í i u - S mil IflSla UUVi y- ... J TI... -v ,fA i i - i i imi f IHIIII iiinii l ItmL la ui v pió tiempo son liamaua .mu. de Ultramar. !.- U V como nosotil nnunr In nnA nlftfln lm A fAA TTn rín CUVO CUT80 r Cr.t-rA tim instituciones uuo KBinuv i i- t . . i iouuu " j y ifaíucal la. colonias, ocupa un luga r fÍl tambiéo líuestras fc desviar de abajo arriba las mUj ramos para ciá qaier evento, buenofes que res, después de los tremtB Por eso en esta, síntesis v dei fórmulas hay quebusbar una jeres jamonas para no todo lo demás a un lado. raaa. tra er pree ;nonta i ('Amara insular ó colonial, de tal valor y iai matu.., u Asamblea no Ycrsién española de Francino Carie TERCERA PARTE J.A. CHARCA DS LAS CORSAS VII sefior ó no, -JRn Jot es un hombre honrado-, n mnv dueño de creerlo r existo oí írneba moy e.Ttaot ? 7 ante U nue vuestras dudas se debí i taran. Bi ío ísSSbió esa carta, 4 cómo expiáis a deLperac-ón de Marcelina 1 4 .Ja locar y u5 erperación al día siguiente de -miento! 4N0 comprendéis por ' de eae modo! Es preciso í ,jo os lo dice vuestro co- 1 - porque o amua, -ociáis tu paeado y que Voa vuestro perdón ; ndito y filis en que teníais noticia de io á vuestras caá Sfeeaba todo..-, lia, que ignora- ida de un mise- .:, f , oto deVió ser el El dia meno ,ldo, y entonces la indoU del mismo la embustera que hiendo tenida p&lft- í .. r t ti lw! "v":: -VnWarible. y no obsUnte, no murió porque se aeordó de que tníao hSo sí, tenia que vivir á pesar de estar hijo. . .V-k lastimar orofun- S5SS " SStoaSC mo7tr tarid.. éi cor.- r n mfll.rfl 4 auien amaba con toda su ílS ?ei h?tenéií el por qoé huyó Marcelina firmemente resuelta 5 no volver 4 preaen tarse mis ante vos. - ÍKo he venido aquí para hacerlo! -ÍY por qué os envía Marcelina despué, d haber pasado veinticinco años? jPor és? noefcalpable, y Ú6CÍ8 riftrto por qué no vino alia mismai I?22lS tuistra cólera ó vuestras lágrl- maAcuál es, en fin U rón de vuestra presencia en estos iltiosi Y tiene necesidad de vuestra ayuda. Sean cuales faesen sus faltas, cuanto poseo está á su disposición. La señora Langon meneó la eaoesa. No se trata de dinero. iDe qué entonces! De que déis vuestro consentimiento para el matrimonio de...- iDe su hijo! fc.sta iocai j qne ver con su hijo! 4Soy ro padre! i Acaso no nació á escondidas antes de mi casamien tot Que le case con quien tenga por conve niente, que yo no soy ni puedo ser más que 1 j Hizo Beaufort un movimiento orueco uo sorpresa y ansiedad, y preguntó: " . . . jl- a. Aa m 11 ilaanarición y eso cariño, biía sido su f la produjo t 1 . ,ís A los dos ó tres meses de su desaparición, con ei coraju n..minrtft or rjrotunaa agitaciuu o.w j Acordáoa de que vive con Marcelio-- ne en otras circunstancias ha- - nnA no vuv iyor alegría, en las presentes que ama mueno a su muo j . ntjal co turas indeciblesl....í;ia visto nevaros a ia presencia ue 1 - - vues- que quería fedase ese pasado envuelto en el mayor miferio. ? .se raisino conocla'o tan solo il orga nillero Janot....y Marcelina nc queifa decir á ñadí cómo se habla llamad antes, ni tampocofarbar la tranquilidad de vues tra vida tejiendo cansaros uu nue o dolor, porque no a tan culpable para con vos. fcu nijfiaieo morir.... la vuestra, señor - ..4 va ara Á 1 1 I Tlfft Anfiif'tL Isu arrníA oí Hífla r r a sv V r v n a an aescouuuiu p.- . . . ttK hre de su mariuo. . . . . , r 777" 7.1 . ' .y"m Mrpelina inclino caaa tc uj. - , naibl. Dios mío! ibera veraaoi irapuisauíwpor la desesperación, y na sido -No se trata de su hijo-dijo con una voz - 3esdlchado un müagf el que no haya muerto. Lo juro aparto de que nada más facu Lcieiae en el Uise, en dónde víver ,...m,nharlo vos mismo Ea pater- jEn C3iU 4. o. imiíírable aún cuand" hicié"0s á -Tan I.ro de mí! Y he podido vivir a la norrorosa airr-.í uo uuuai o i ww. eaueiiu, aiu ugumiLuniu, y jiutur ti ,-í" .tí íntrroírando : iEn qué época nació esa ninaT nta de cumplirse el año de a. v vr a. a a a m íiintn. iDios usíol Dios míol murmuró. iQuetóis ahora que os diga como puede llamar Marcelina al padre de su hija! r.,nitA Beaufort el rostro entre las manos. Se llama Pedro Beaufort, que es el nom- desgarrado llorar á u hija, esté segura de que perdonáis a la oír . ?o s'snló resistiendoi.-.por- jPetdonarl iPor ventura es posio cerloT He sufrido tanti ..nn mil Vuestra esposa suino roa, culpad era rdon? yin Callóse Marc.Una Langon y .Xi que había llegado el momento de la confe ?ión suprema; ese instante en que iba á decidirse de irrevocable manera sobre su rida ó su maerte. ,. , Dnrante veinticinco años Marelma llevó j. .;.,...ia ña. cuantos la cono- tan débil que Beaufort creyó haber entendido mal. . . .i: No comprendo 10 que quotoi uu, . c . nlirA Tlftfl.ufort. uw,l7" f T. . l;.,, nn Marcelina tiene uu ujv., j - ; hÍ Una hija! ah! ahl-dijo Beaufort echán dose 4 reir con tanta coier uomu iu.. V no me lo düíateis antes cuando K.Ki,tái. de miserias noblemente sopor Marcelina me . i.j . v tanái. fiw . i Jad más aue de I aae la hfh vinto más da nna vez á mi hila. nnmif mu. ii m vwuw " - - - - i k - - ..i.u.Aoí I l"or fce no hicisteis oue os acomDañsse? C -jOa creo! Oácr. . ! .Tengo una h'jd Hija ml.j jEs una persona 4 la que puedo or.'e todas las virtudes. . nosos 1 jaeidoa y que 1 I c 1 1 ' una cleron y trataron pueaen uecnua v Tolo ei mundo la respeto y estima. Viió .a rin h 1 1 uoua j ha sido se vió una sonda 1... 1 . 1.: eu sus lauiu - .níiin v 1 íía. .... Su U'JO tJ U1MJ j 1 j decir mnt nobre. consuelo de su madre. A qué sa dedica! -Proseguid, jorqué vaciláis en rae cual es el objeto que aquí os trae! rnná fjt verdad. Z4Es má, terrible aún io que me queua -jH 1 t B .X (1 colino, naotisitaba mi conseu'. uiento quo iuo-vi. nare. eilaf Esa ea la verd.id- iVa á oataree! Ama y la cor.véouüwu, y el Joven que la ama es digoo dd tesoro que va á poseer. Marcelina se vió entouces obligad 4 dar nn.trA nombro en el recietro rT . cuando disgustaría saber cual preeutó á voeatia hija, y después de vacilar 8 angostaría saner cuai iy tlemDO VQÚO lUfts en el'- el amor ma ternal que el temor de o qiu ! ta suce dr eu el porvenir, y no quiso que ea niña viviese sin apellido teniendo derecho á lie- ,Ahl iMarcelina tiene dos hijos! . ei primero ea de un hombre al que llama .a seductor y se atreve , á I f - ... el segundo de un nomuro - - v j.r a f8 mí, el nombre de amante.-.. Estáis equivocado, señor Beaafort, Mar tuvo ningún amante y puede con nprfecto derecho dar nombre ai padre r da so mayofj mi meaj dramljj vielolr afio,!J Pr.Ai bien, no m -'.wime. en esa época en que 4 Mar celina rodeábala e8pantosa miseria y en que c 1 .nmr. mundo todos la apena iu ''A in,.nerada. in- V abandonaban, nueva quo -.nhr ó o na es- tul... tinieblas ae su iata-- var nno. . .... . Hoy no puede casar a su mja biu raveiar to vacuo eu co csaujieu- $aba ea ci3t3 ttáata coats.Ü'5 el acaur éa ta : Lija sin temor de pe rno amara mucho. porque ero qne me ame! lUefaU verla! Qofai lo deseo! Y me lo preguntáis! veinticinco años que vivo en la edad y abandono dando vuelcas en . . . ji ría a ios puneantes reouruo9 uei . . . t j mi casamieuto, y noy que B-ty un más viejo en sufrimiento que eu a uicen cae existe au preciosa y adoré 'i criatura de la que soy el padre. " jllarjoa la atención el ver qu la amo con t$ lis mis fuerzas y con todos ml deseos! Etlr i loca, indudablemente uítis loca! Ll. I ae enseguida á donde está, sin por tíer e I niiiuto, lo quiero! j 1p ed presente que no está tola, que vive .ja con su, hermano.... 1 ' id iCon ese. ... con el hijo de? otro!. . . Ahí (lo liapoít! í" que vosl ÍNOÍ 1N0! SulriO porque mlftnfr nnn vn ov inocente. 1N0 podéis querer a ia nija r- á la madre. ... p6dro Perdonar! Perdonar! Plü0 5oB -Beaufort atormentado por los iecae: r No, no puedo hacerlo! No pucuo, es i sible!... , Entonces mi misión ha terminado. , No os marcharéis! iQuiero conocer hija!... No tenéis derecho a negarme eie vor.... os seguiré.... no aPr?lí ,V vuestro lado.--, no podréis dar un p mi.... me oís! Perdonáis á sa madre! - jj0 -lEs un trato lo que me propon w 9 ca ai1 E nrAr.ían mi np.rdón para qQ seis devuelta mi hija. l moer Iíía1íI1a a. m nnrt 4 Marcelina qv una mala madre, v aue no es digna i) De modo nue mi hiia ama hasta ei mo de qie no vacila en arrostrar la ni si la nie ja el permiso para casarse con e ama y vas preterís que rauem. el de qa la conceda el perdón que solicita...- h .... acepto tu proposición,. quiero ue i me , gue a ruí hija sin condiciones O! ase. ... Más adelante, csand de que ri: esposa su carllo haí pedí p,ira elh quiero ni hija.... mi hija, señara . .oírariá1 leus nnf mereció por en ia sus hijo el pemuu , i, tal ves no lo PieS"";: r J 5