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La Democracia Foiíce, Jueves, Octubre 32 de 1891 IjA VAGANCIA Loa periódicos incondicionales, cual si obedeciesen á superior consigna, piden una ley de vagos para Puerto-Rico. Ahí ea nada! Una ley que autoriza ría leí abusos y daría pretexto á las coacciones y serviría de maravilloso ins trumento clcctóral. Una ley arbitraria, en pugna con el piíücn. mío las Cámarai no pueden ad mitir, sin quo previamente revisen la constitución nacional. iDe dónde parte la iniciativa! De dónde viene el impuiso t quieu utu rrió el pensamiento? Por fortuna gastan en balde sus bríos loa promovedores del proyecto, que se convertirá en humos v en ceniza. Ni exiite diputado que lleve al Parla mento esos ideales, ni aunque ios neva ra Cánovas mismo prosperarían en Ma drid. , Na haya miedo de que' triunfen los partidarios de una doctrina anti-liberal y reaccionaria. Ya pasaron loa tiempos felices de Pe suela y de Marchesi. Vagos T Sí. Ilay muchos va gos en esta tierra. Pero es preciso em pozar por los quo consumen los recursos del país matando las horas en ciertas oficinas y cobrando despula un sueldo exhorbitante. En preciso eeguir por los parásitos de toda especie, que viven con lujo & costa del presupuesto que lea paga un servi cio que no prestan. Es preciso acabar por los que defrau dan las rentas públicas en uno ú otro ramo de la administración. Y, si esto sa logra, emprenderla con los menoa perniciosos entre los vagos: con ios que acechan ocasión de hurtar un trozo de pescado á las puertas de un ventorrillo. Así entenderíamos que se combatiese la vagancia. De arriba abajo: á diestro y Biniestroj olvidando preminencias con vencionales y trayendo á la picota mu chas chisteras y muchos fracs. Y de tal modo no han de combatirla nuestros apreciables colegas del gremio paulinisla. Alientan ahora más vagos que otras veces! No lo creemos. Es la vagancia más punible en 1891 que en 1SS5? De ningún modo. La intención, el propósito de La Co rrespondencia y La Integridad y La Nación Española no pueden ser más hon rados. Y no obstante esa ley que reclaman so convertiría en un semillero de males, 'nuodeJprefiíSrr-Ha-servidum- x ..Bja- saldrá que no sea luneitu y pernicioso. El proyecto no pasa, no puede pasar. Nosotros .'combatimos la vagancia : nosotros queremos que se trabaje , que el jornalero labre la tierra, que el arte sano pueble loa talleres. Y creemos que á esto se llega por la enseñanza, por el aumento de I03 jornales, por el pro greso do la cultura social; nunca por la represión, que irrita y subleva y enso berbece. lían medido nuestros colegas la im portancia del empeño que defienden! No miran llegar k libreta, con su sé quito de humillaciones inútiles! No veo que es incompatible con Ja libertad individual esa ley que juzgan salvadora! Á donde iríamos á parar, si te agre ga, á loa delitos del código, este nuevo delito, que podría imputarse á cualquier ciudadano y servir como arma política da incalculable trascendencia! Pero bah I estamos combatiendo algo intanjible y vaporoso quo no ha de ad quirir forma, porque la dignidad humana lo repele y lo destruye. Higa mejores rumbos la prensa incon dicional. Y no defienda cuestiones tan odiosas. Porque, francamente, nos duele verla desperdiciar sus energías en estériles íS1 JL JL 2 T JL N (78) JULES irXAIlY 11 A K CELINA Versión española de Francitco Carlet QUINTA PAUTE ROBE STO . V- EncozIÓ Roberto do hombros. iY pueda hacora cuestión do honor eso FPCYrtr enftrsílo ue un lado, ue sa revelación, dórenle la honra y la vida Je nn inocente urnecarado por la más terrible de las conde i jt?, j per otro eo trata de una víctima cajo tstfiinato ira puno clarea justicial Alcanas vecen lo médicos reciben gra ve coriüilencíaa, coja revelación le está tan prolii billa como á loa sacerdotes la de lo recreo s qua oyen en dí comisiones. Y cft.U dispuesto & permitir us conde sen a ÍSeanfori? Bajare Gerardo el sudor que humedecía i a frente. -Ko puedo hacer nada para ealvarle re- c5. A peaar da la seguridad que dices tie nes ío qio co k i culpable? Y no puedes hacer nada para vengar á mi padre? : No obstante la amistad, que cao profa CS .? jíítdü, aun cuando esa amistad es runy Kr.tODre, no to ere 3. . ... Roberto! Araifo rolo, tea presente!.. tN,! iNo ta crtoí ;No puedo creerte! Qoieres imponerte á mí, porrao a trata de Modesta.... da ta hermana, y esíds repre- campañas cuando puede consagrarlas á la defensa y al apoyo de causas má3 grandes. Que harto lo necesita el asendereado cacique de Cangrejos. Volveremos sobre este asunto, que no es tan baladí ni tan insignificante como piensan 'algunas gentes. La vagancia es infamej pero es más infame el despotismo. LO DEL DIA Dice la Revista de Puerto-Rico: "Hoy, á las doce y media del día, ha sido reducido á prisión, nuestro querido Director á consecuencia del proceso mi litar, quede orden superior, se sigue á la Revista por el artículo Los Valientes en el que se reproducía otro que con el título de Francisco Cepeda publicara el ilustrado periódico de Valdés Domín guez, El Cubano, comentando los atro pellos y vejaciones de que fuera víctima nuestro estimado compañero, para-rayos en que la reacción desahogó sus iras en momentos angustiosísimos para el país. . Atropellos y vejaciones que hijos des naturalizados de ese mismo país, cega dos por miserables envidias y en mo mentos de fiebre, cometieran la torpeza de lanzarle al rostro como estigma in famante, cuando, por gratitud y apre cio, debían considerarlos para él como timbres de gloria y honor. Pero qué saben ellos de esas cosas! Cepeda fué el agnus Dei que cargó con sus culpas y que con ellas subió al escarpadísimo calvario, inocente de cuan to á su alrededor pasaba, porque ningu no de esos mismos que hoy con sus in temperancias han provocado esta situa ción, fueron bastante francos y leales para decirle : "Esto hay; esto hemos hecho." El señor Director de la Revista ea hoy para nosotros inviolable. Se le persigue, se le acusa, se le somete á un procedimiento anómalo, se le en carcela, y sólo nos toca deplorar honda mente que las injurias lanzadas uno y otro dia sobre La Democracia no nos permitan ofrecer al compañero nuestra leal adhesión y nuestro activo concurso. Si libre el señor Cepeda no respondi mos á las invectivas constantes de su pe riódico hemos de responder ahoraf c Hace un mes que vió la luz el edito rial Ni con mano ni sin mano. Desde entonces, cortadas en absoluto nuestras relaciones con la Revistaf ni siquiera leemos sus artículos. No obstante se recrudece contra nos otros la saña y necesitábamos todo el poder de nuestra voluntad para domar los impulsos de nuestro temperamento. Prescindimos sin pena de las pa labras duras con que la Revista pre tende hacernos responsables del acciden te ocurrido á su director: accidente que deploramos más que nadie; acaso D2s que el mismo señor Cepeda. Allá correríamos á la sala en que se le detiene: allá iríamos, sofocando las exi gencias del amor propio; venciendo los arrebatos del orgullo; pero la Revista de ayer traza de nuevo la infranqueable ba rrera y nos mantenemos á la sombra de nuestra dignidad. La Revista puede seguir el camino que á sus intereses convenga; increpar nos, ei gusta; mortificarnos, si le place: nosotros sabemos levantar el corazón por sobre las pequeneces humanas, y, resueltos á cumplir los deberes que el patriotismo impone, no detendrá nues tra marcha el obstáculo que se arroja en nuestra vía. Frente á la arbitrariedad insólita; fren te á la persecución injusta; frente á la ira tempestuosa defenderemos al perio dista, aunque nos odie á muerte; aun que se llame nuestro adversario: aunque sea nuestro enemigo. . Ni sentimos el rencor que ciega, ni damos albergue al encoco que perturba. Para salvar los derechos del dirertor de la Revista, se alzará, si es necesario, más vibrante que ninguna, la protesta varo nil de La Democracia. ANOMALIAS Hay en la detención del señor Cepe da evidentes anomalías que el público debe estudiar. sentando una comedia, sí, una odiosa come dia indigna, y qae sólo te perdono por el ca riño qua tengo á ta hermana. Te lo juro, Roberto! Es inútil qae me diga que lujaras, por que creo que no existe nada qae pueda im pedirte que hables. El dolor te impide meditar lo qae haces y dices..-. Créeme.. --te digo la verdad. - No... mentiste ó tal vez te engañas. Si no tienes confianza en mí, es porque quieres qae esté siempre perdida pura tí. Niégate á creeime, Roberto, y tal vez á Mo desta le cueste la vida. j Y á mí también, porque la amo con to da mi alma! Loco de desesperación y con un grito de rabia exclamó Gerardo: .Oh! jY no puedo decir nada! Nada paedo nacen Y frente i frente qnedáronse ambos silen ciosos y cambiando alguna que otra mirada. Oyóse de pronto el ruido de un paso muy ligero que ee acercaba al despacho del mé dico y que ee detuvo ante la puerta. Es ella! Es mi hermana! murmuró Gerardo. iSabe que Beaufort ea su padre! No, aúo, no. Llamaron á la puerta preguntando con voz euavo y tímida: Puedo entrar? le parece que tardáis macho tiempo en volver. No supieron qaó contestar y la misma vos añadió: Sé que está é ahí dentro, os oí hablar. y no vi á tí, Gerardo, á quien vino Roberto á ver, sino á mí, sé rasonab'e y permíteme qne pase. robre ñermana raía! uno el médico, al qae o le empañaron 1 jon de lágrimas. Do pronto adelantóse Roberto como sr hu biese tomado una resolación repentina j abrió la puerta. , En primer término se destaca la in competencia del Juzgado militar, reco nocida por el Tribunal Supremo. Los delitos de la prensa corresponden íntegros á la jurisdicción civil, única que debe perseguir á los periodistas. Después resulta que el señor Nouvi laa no estaba autorizado por escrito para privar al señor Cepeda de su libertad. Este, que conoce los códigos de su país, pudo resistirse al cumplimiento de una orden ilegal. Luego aparece el alcaide Lerma ne gándose á admitirle en calidad de preso, y conduciéndole á sus habitaciones par ticulares, como á un huésped. Aplaudimos lo último de todo co razón y celebramos que al séñor Cepeda tocara mejor fortuna que á nosotros; pero se noa antoja irregular y extraño lo que ocurre. Por qué no se estableció la denuncia ante los tribunales ordinarios! Por qué no se dictó el auto corres pondiente? Es preciso respetar el derecho y cum plirlo. La circunstancia de vestir uni forme no exime á ios ciudadanos de aca tar la ley estatuida. Aún más. La Revista inserta un trabajo: el Fis cal lo declara punible; la acción de la justicia se endereza contra el periódico. Y cómo se infiere, antes de tomar de claración alguna, que el autor del escri to es el señor Cepeda y no otro de sus colaboradores? No vimos nunca un procedimiento tan raro. El dia en que el caballeroso y digno capitán Nouvilas llegó hasta nosotros iotimándonos, en formas corteses, que le acompañásemos á la cárcel del distrito, nos habríamos excusado de seguirle á no traer la orden prescrita por la Constitu ción y por el Código penal. Sea lo que quiera, el proceso pasará sin duda la jurisdicción ordinaria, y se re solverá con un sobreseimiento, como el que se nos siguió por supuestas injurias á la policía y á las autoridades. Aún así el periodista sufre la pérdida momentánea de su libertad, si bien ahora, en este caso, el rigor ee atenúa por la benevolencia exquisita del alcai de, que merece nuestro aplauso entusiasta. Entablado el recurso ante los tribu nales civiles creemos que la causa toma rá muy pronto nuevo giro y que en bre ve el señor Cepeda será excarcelado. La prensa reclama garantías para e ubre ejercicio de su misión : si los Con sejos de Guerra fuesen árbitros de pro cesar á un escritor independiente, ha bríamos retrocedido á los tiempos más infaustos del gobierno personal y po dríamos decir que estamos bajo el tilo de la espada. ADIESTRO Y SlilíIESTIlO A la hora en que se compagina este número se está celebrando el juicio ora en la causa instruida contra don Ramón Llanos Baeza, ex-alcade de Comerío, por coaacciones electorales. Allí está, en el banquillo de los acusa dos, el célebre mandarín que maniató á los miembros de una mesa electoral. Allí también los acusadores del dés pota, los valientes autonomistas que no se resignaron al atropello inicuo Y más alta que todos, la Audiencia, incorruptible, imparcial, honrada, pronta á repartir justicia con serenidad estóica. Veremos lo que resulta del célebre chanchullo : veremos si impunemente se juega en Puerto-Rico á la esgrima elec toral, ensayando fiestas y rtpostas en perjuicio del sufragio y en mengua del sistema representativo. Hablará la ley y hablará de modo que pese su conducta á los falsarios y á los detentadores del derecho. Si el tribunal le condena Dirá el Alcalde simplón : No se puede jugar con La gente de Doña Elena. () El trabajo es libre en todos lo pue blos cultos del planeta. Lo mismo en Bélgica que en Nica- () Nombre del barrio en que estuvo situa do el colegio electoral. - Entrad, Modesta, dijo. Iltzolo seí éata, dando algunos pasos en el despacho y deteniéndose a! observar cuan trastornado estaba el rostro de Robeito. Este, lo mismo que Gerardo, estaba mny conmovido y temblando, y al reparar que la joven lea miraba, ambos volvieron la cabeza VI Admiróse Modesta, empezó á Inquietarse y preguntóles: iQué es lo que pasó entre vosotros! iQaé ocurref Escuchadnos, Modesta, dijo Roberto Valognes, yeedjnee. " , Que es lo que vas á decir, Roberto! ex clamó el médico presa de la más horrorosa de las ancustias. Oí escucho, Roberto,conté"ató la joven. Nuestro casamiento es imposible. Imposible! Dios. mío! Ah! No en va no previ qae iba á sucederme una desgra cia! No me amáis, Roberto! Os idolatro! . Siendo eso verdad, j,por qaó desesperáis? i Porqoe nuestro casamiento está íntima mente ligado á la suerte de Beaufort, al que acusan de haber asesinado á mi padre. El señor Beaufort ea inocente, mi her mano me lo ha dicho y mi madre también. Más tarde ó más temprano la justicia no podrá tóenos de reconocer su error; y sobre todo, cualquiera que sea la eaerte que esté reservada al señor Beaufort, al qae tanto quier o porque me salvó la vida, jen qué pue de interesarnos esto á nosotros, qoo somos poco caeuos quo unos desconocidos para 61 No me toca á mí deciros ea qué pueda iuteresaro, pero algúo dia lo sabréis. Acaba de decirme vuestro : hermano lo misino que a vos, que lieaorrt ea inocente; pero erk ürracíóa no es soüciente para mi, paes le creo culpable: le pedí pruebas v e ciega á dármela pedidla, Modesta, que rae ragua ; la mismo n Montenegro que en Tarkestan. Y á nadie le vino á mientes discutir una cuestión de sobra discutida. Somos en Borínquen muy excéntricos y tres ó cuatro periódicos reclaman, á fines del siglo XIX, la nueva esclavitud de los blancos y de los negros. Que pululan pof ahí los vagos dicen cómo si co los hubiera en Francia y en España, en Noruega y en Suiza ! Cómo la historia no demostrase la ineficacia de una reglamentación absur da! Será patriótico el pensamiento, y sin embargo ni un solo patriota se hará soli dario suyo anta las Cortes. Este proyecto pertenece al número de las cosas que caen por su propia pesa dumbre. Esfuercen su propaganda los celosos integrisfas. No alcanzarán esta vez la victoria, por mas que lea ampara el in flujo omnipotente de don Pablo. No vale influir en el espíritu público ni hacer atmósfera, ni vestir el muerto con los colores mas puros. Todos los verdaderos liberales se opon drán á la empresa liberticida. Los que osaron proponer , La monstruosa aberración, Un dia tendrán que hacer El acto de contrición. Se ha salvado el país. Ayer llegó á San Juan el señor exce lentísimo, el jefe infalible, el presidente de todo, el autócrata de Cangrejos y sus arrabales. Las músicas deben atronar hoy el espacio j los vítores deben repercutir en el mu rallado recinto de la Capital. Se ha salvado el país. Ya tenemos quien anule nuestras ac tas en la Diputación ; ya no falta ni un adarme á nuestra dicha. El cielo sonrie ; la naturaleza viste sus galas ; el entusiasmo se desborda en alegre efervescencia. Se ha salvado el país. Cómo se muestra el jubilo que llena los corazones! El mundo entero repite : " No hay más Dios que Ubarn y Villamü su pro feta." Los alcaldes no vacilan en sus pues tos ; los caciques mínimos - sacuden su inercia ; y hasta los nublados suspenden su curso. Qué hermoso espectáculo ! Es pre ciso reconocer que el Conde representa los intereses, las ideas, las tradiciones, los sentimientos y los votos de Puerto- Rico. Buen representante sería si estudiase un poco, si suavizase sus asperezas, si no fuese tan tosco y rudo y agreste y selvático. Silencio! los que decís Que todo esto es un sarcasmo : No ha de haber mucho entusiasmo Si se ha salvado el país 1 NOTICIAS DE ESPAHA El actor del teatro francés Mr. Mar ais, que interpretó uuo de los principales papeles de Thermidor, acaba de morir loco en París. Según telegramas recibidos de la Co rana, parece que en el pueblo de Aran era ha sido apedreado el arzobispo de Santiago de Compostela. Se hallan casi terminadas las obras de renaración en el patio de la Barca de la Albambra, destruido, como ya se sabe, por un incendio. No taita más que cubrir de teja la te chumbre. Anda por el Pirineo un alemán que, á juzgar por las insignias que lleva en su traje, es probable ó casi seguro que pertenezca á un cuerpo iacultativo mi litar del imperio. A las altas horas de la noche según se dice hace frecuentes v misteriosas excursiones provisto de una linterna. Se sospecha, no sin fundamento, que este extraño personaje recibe . correspon dencia del ministerio de la Guerra ale mán. &l citado individuo lleva siempre un las facilite, porque sin dnda vuestras suplí cas tendrán más influencia que las mía.... lB cierto, hermano mío, que de la con deoa ó absolución del señor Beaufort depen den mi casamiento y mi felicidad! Baió Gerardo la cabeza haciendo un gesto afirmativo porque no tenia taerzaa para res ponder de otro modo. - tx no queréis ni el uno jpi el otro decir me cuáles son los misteriosos lazos que me unen a! señor Bffanfortl Vuestra madre os le dirá. Modesta. Quedóse" pensativa la joven durante un instante. Sea, dijo pasado un momento, y pres to que mi suerte depende de la del s sor Beaufort, es á tí, hermano mío, á quien loca decidir. Sorpréndeme mucho, sin embargo, que posevendo tu las pruebas de su inoren cía, no hayas dado parte á la justicia de lo qae abes, qaó razones son las que tienes para obrar de esa manera? El honor me impide declarar lo que sé: no insistas mas, Modesta. No puedo comprender cómo ei honor puede obligarte a que permitas que conde nen á un inocente.... Tiene razón Gerardo, y mucha; escucha lo que dice Modesta dijo a su vez Huberto. Te habla inspirada por la rectitud de su ca rácter. Y aparto de las razones de justicia exis ten también otras muchas. . jTenme compasióu, Modesta! replicó Gerardo coa aoeuto dolorido. Acaérdate, hermano mío, qne so "trata de mi felicidadl - Cogió á la fuerza una de las ras noa del mé dico mientras que Roberto hizo lo mismo es trechándoselas con fuerza y pasándole nn brazo al rededor del cuello, hablando así muy cerca y cruzándose sus miradas. No olvides qae se trata de vengar á mi padre! dijo Roberto. Acoérd&ta que quiae morir añadió Mo estuche completo de dibujo, aunque afirma que no sabe dibujar. Parece va resuelta la cuestión relativa á la renovación del fusil en el ejército. Dícese que se adopta el fusil Maüsser, de Bélgica, y. en electo, dos regimientos da iniantena serán aotaaoa ae iusues ue rj r- :ií i. i : é ío lummeirus, y so nuruu cjipei louuiaa con loa del calibre 6'3, para resolver eo definitiva cuál de los dos da mejores resultados. Para cualquiera de los que se adopte paQa ha comprado recientemente al mar ee usará pólvora sin humo, que se fabri- au(ss de Alcalices una extensísima poso- cará en Granada, no teniendo así que acudir al extranjero para proveerse ae aquella materia. El capitán general de Andalucía, acompañado del geoeral Gamir, ha visi tado las obras de fortificación de Tarifa. Ambos generales creen que no ee debe construir el ramal férreo entre San Ro que y La Líoea, por considerarlo anti patriótico. Entienden los mencionados eeneralea que el ferrocarril ese serviría para dar importancia a uioraitar, periuaicanao , . - , los intereses de España. JLa sala que entiende en ei proceso instruido contra la duquesa de Castro Jm T.tt RfiiypnfA ha rprihirír un ríiriñnsn laffMma HaI omnomnr Vinillormr n telegrama del emperador Guillermo, en Dt UUtfl JC UlUO (UD C3LU3 BOU 1US LUCJUI OS momentos para due los soberanos de- muestren su magnanimidad. Después le añade que pone á su dis posición una pequeña ofrenda. . Aunque no se conoce la cantidad exacta seguramente será mayor que la de nuestros infantes, según ha dicho un personaje conservador, aunque sin ma licia. El eminente escritor francés, Emilio Zola, ha estado en San Sebastián hasta ayer que regresó é Biarritz. Dicen que se propone hacer un largo viaje por España. Durante su estancia en la capital de Guipúzcoa, habló de asuntos literarios, anunciando su propósito de escribir una historia de Francia desde 1870. Habló déla cuestión social, opinando que el cristianismo puede reso verla. Elogió, C O Eoriquez ha ampliado por treinta días copa el turgente y atrevido eeno; caído al la licencia concedida á dicha señora pa- desgaire Mb Ia Pa,f á?i 0 a que viera cunes nacer el cíelo anaaiuí y agi rá permanecer en ban bebaatlán. je8 jft9 nerviosa y" diminutas manos, hechas según dice un corresponsal de .Cámara, conversaciones chispeantes unas veces, tris las costumbres democráticas de la fami- tes v serias a! trun as. con todo el que sin lia real española, menos ostentosa que la de algunas repúblicas, Se halla enfermo de bastante grave- dad en Madrid, el distinguido escritor y amitrn nnfrn Hnn lavmr rí Rnroos amigo nuestro, don Javier de liurgos. Deseamos de todas veras el pronto res tablecimiento del autor de Los Valientes. Se ha cometido un horrible fratricidio en el nueblo de Granada, Huetor Ta- jar. m a Miguel Carrillos, vecino de Loja, ha si do asesinado y brutalmente destrozado y mutilado por sus hermanos Damián, Mariano y Gregorio, quienes Ies dieron de puñaladas, golpes y tiros, cebándose en el desgraciado. La Guardia civil ha detenido á los fratricidas y entregados al juez de insa tracción. La causa que ha motivado el suceso parece que ha sido la mala repartición V nft Lronnia Una joven de veiutidos años, que se hallaba en un baile público de Barcelo na, se sintió repentinamente indispuesta, siendo conducida por varias personas al guarda ropa, donde falleció á los pocos momentos. Los concurrentes al salón continuaron bailando, en tanto que el cadáver de la joven yacía en el guarda ropa hasta la llegada del juzgado. En aguas del puerto de Barcelona se ha desarrollado casi un drama conyugal. Pasaba un matrimonio de Caldas de Montbuy por el muelle de Atarazanas disputando, según parece, cuando el ma- rido, sin atender á más razones cogió á su rnafilla nnr la infurtí xt la nrrní; ni mar 'I Electo del esfuerzo hecho 6 quizá desta de que me arrojó al rio," y á no ser por ti nabrla perecido. . . . Ya sabes que mo riré si ese casamiento no se realiza.... te lo juro que moriré y quo tomaré tan bien mis precauciones, que tú no podrás salvarme co mo la otra vez, y que abandonaré así una vida que tanto tro pesa. Ahí Qué cruel eres conmigo, Modesta. murmuró apenado el médico. No sabes, Gerardo, cuánto te ouerfa mi padref Qaó feliz hubiese edo con este ca samiento que le habría proporcionado una vejez venturosa en meato de su nueva faml lia! Me estás haciendo sufrir las torturas más atroces. En preciso que te conste que no pueao nacer nada. Olvidas, Gerardo, que existe en alguna parte nn miserable que asesinó v robó v aue. Bfguíuu qae nnuie na de molestarle, en su impunidad está .gozando con el fruto de su .3 . -1 " . . " . ' crimen! Sí, de su crimen, Gerardo, lo oyesT ue ese crimen ael que te nizo cómplice. uooertoi .Kobertol Sí, no tengo ningún inconveniente en repetirlo, en su cómplice complaciente y dis creto, porque ea tu silencio v comnlacancia los que hacen que esté tranquilo ese misera ble al que tú conoces, j Ah! Cómo se debe reir de tí y de nos- uuuBi vue necesidad tiene de molestarse üuyeodo da rancia para refugiarse en los países vecinos si cuenta con tn nrofain v coo tu honor que le sirve de salvaguardia! Y qué honor el que sirve para proteger y salvar la vida de .Expresábase Roberto con mnchn nu!r dominado por la ira y habiendo olvidado toda consideración y miramiento hacia bu amigo. ; -Te perdono, Roberto, v te nromtn Wi. dar todo lo quo me dijiate j en adelante no me acordare do nada, dijo el médico que volviéndose hacia su hermana añadió:' -i & ti también te perdono, querida her sujeto por li esposa, el cariñoso marido fué 1 agua tambióo, y ya en ella sacó un cuchillo, con el que seguramente la hu biera matado, á no ser por el joven Ra- móa Vila, quien viendo lo que ocurría L0 arroió al mar y despojó del cuchillo al acre80r cacando á los esposos y entre- gradólos á la nutoridad. I " - j t i La mujer tenía dos heridas leves en un muslo. Dicen de Roma que la Reiqa de Es- BQ COn dos hermosos palacios, situada en a Italia meridional. Parece quo por esta finca ha pagado la Regente siete millooea de pesetas. gs-ijBJLMiii-i.-i.ua i '- " i-J-ai-LLua LITERATURA. SOL No hav cigarrera máa rumboaa ni qne me M?r JPe - ' i r , . 1 , ,1 if ' . nnmCi -a i Mediodía. nprwi 'RH cciiiiu lun udl iiuíiu v , t: De estatura nás baja que alta, sin ser pe queña; delgada y morena, la cara, de expre sión tan pront" triste como reflexiva y máa frecuentemente picaresca; ánchala cadera, ondulante y estrecho el talle ceñido por in floxiblo coreó, conteniendo como en ancha á sepultarse en niontone de tabaco; Sol son- ríe á las amiíra8, charla con las companeras cuanto el charUr es permitido entre las que n el ga8tenio en ñ FdhHcat y dirige mi radas de fuego ú las enemigas, que. también las tiene fraguadas por la envidia y sosteni das por sus miemos arrogancias. No hay quien la venra ni la intimide en ol continuo tiroteo de frases intencionadas quft es allí habitaal y es preoiso verla, cuan do terciado el grueso mantón de cuadros peludos y caído sobre la espalda el pañuelo blanquecino de reda, pone los brazos en ja rras, vercue el cuerno, adelanta la cabeia y mira de través á la enemiga que osa ponér sele delante. Como honradar hay pocas'que la'aventa- jen. A no serio arrattrarta coene, irase con la qne ella, haciéndose poco favor expresa su desprecio hacia las comodidades que no sean adquiridas legítimamente, y es fama, LaIfi,a Ha rechat-ado victoriosa serios ata- qnes, hacienda embotarse en las defensas de su ñero pudor proyectiles dorados'de gran PetrcJó J i"0 como hftcen con lo8 que no le9 convjenen las muchachas disparatas á ser todo dalzuras con los que Ies entran por el ojo derecho. r Bl w.nü, ou. 4 i l n rt ir Aaf A n r - f - A. ri t l 1 tw t O m tía kTTT1í ATI faltarla eso ií! solicita darla palique. Caántoa hombres de experiencia lian pa sado, merced á e&4 costnmbre de Sol, de los propósitos más roseros a las esperanzas más tiernas, para terminar aquella historia a el mas solemne terminante desengaño! Y es ae So, 1r'e 8onríe á ,oa neniigoa meno8 temible8 qne son los qae la toman, como ella dice, por cualquiera cosa, se pone seria y grave, y hasta agradecida, cuando se ve pretendida en el terreno de la ley; pero entonces, cómo eegañar y dar la entretenida a un hombre decente! No; Sol le dispensa entonces el favor de hablarle en seno y adiós ilusiones! El cariño es ciego y fuera de una buena amistad, Sol no puede ofrecer nada al pretendiente, con lo que el desaira do se marcha por donde ha venido y bol queda de nuevo aislada de afecciones, pero tranquila y contenta. El demonio de la mujer! ciieen sus compañeras. Si qñerrá encontrar un prin cipe rnso! Oye, Sol, abaja, que ahí está un emperaor qae quiero hablarte! Pus no se pone monos su señoría! Eétas y otras íra- ses semejantes, á Ira qae Soledad contesta con el más soberano desprecio, son expre sión casi continua de la admiración qae la entereza de aquella muchacha produce á sus compañeras, clientes en su mayoría del sa cerdote de la naturaleza que casa á los hom- brea en el mismo altar que á las demás es pecios animales. Deslizábase asi tranquilamente - el tiempo, para Sol, que parecía una barquilla deslizán- dose serena, sin rnrubo fijo y á merced de la brisa, por la encalmadla superficie de abriga da bahía Pero el diablo, que no nos deja de la mano. valiéndose para bus fechorías de una sucur- sal que iene establecida en todos los cora-, zooes humanos, nol podía dejar que Sol llegase á su ocaso sid ser víctima alguna ves de los nubarrones de amor, y sucedió que la pobre muchacha encontró en su camino un joven, coya presencia basto para rizar pri mero y encrespar después los mares en que' Sol hacía su navegación por la vida. Era el tal apuesto y bien portado, pren das ambas que, aunque estimables, no bu- hieran bastado á interesar á Sol, si el joven rio nuciera tenido el buen acuerdo de din- Ia - . . . :- . u - CTirBe a fella ron Mk MmwlArna íiAlirntlaa nrin impone la educación á los hombres. Nada 1 '!U.' mana, esas amenazan de suicidio, que me trastornaron mucho desgarrándome el cora zón. Salióse lentamente del despacho dejando solos á Modesta y á Roberto. iodo ha concluid! dijo la joven! Por desgracia! Por mucho qae nos amemos es imposi ble nuestro casamiento. ; Ya oísteis á vuestro hermano! Pero, me eesruirói amando. Roberto a pesar de todo! Qae si os amo. Modestal exclamó Ro berto crazando las mitnos. iAh! Por ouó no estará sqol mi padre para deciros cuán grande era la desespertcióa que se apodera ba de mí cada vez qae la señora Langon me negaba vuestra manot : Siendo verdad lo oue decís, creo aue no podéis tener ningún inconveniente en con testar á la pregunta qaa voy á haceros. - yae nrfgaotar Üe dóiide procede esa tardía influencia que á última hora tiene el señor Beaufort en mi vidat A qué se debe el nao nuestra felicidad esté tan íntimamente unida & su suerte? ! Queréis saberlo? : Lo exijo.... basta ya de misterios á mi alrededor... ee trata de mi amor, porque os amo, y de mi vida, oue estov disnuesta á perder ai no me caso con vos.... Pues bien, os lo dirí. iVnestro nadre ea Beaufort! Mi padre! El asesino de Valcenea! El 6eñor Beaufort! Púsoso tan pálida Modeata. aue Roberto ee asustó y acertóse temiendo ue desmayase, pero Sa joven le detuvo haciéndole nna peüal con la mano. No, no es nada.... no tergái m'pdo. soy fuerte. Ah! Es horroroso! Horror so! Pobre R.terto! Roberto mío! l ContinuanL)