La Democracia
Foiíce, Jueves, Octubre 32 de 1891
IjA VAGANCIA
Loa periódicos incondicionales, cual si
obedeciesen á superior consigna, piden
una ley de vagos para Puerto-Rico.
Ahí ea nada! Una ley que autoriza
ría leí abusos y daría pretexto á las
coacciones y serviría de maravilloso ins
trumento clcctóral.
Una ley arbitraria, en pugna con el
piíücn. mío las Cámarai no pueden ad
mitir, sin quo previamente revisen la
constitución nacional.
iDe dónde parte la iniciativa! De
dónde viene el impuiso t quieu utu
rrió el pensamiento?
Por fortuna gastan en balde sus bríos
loa promovedores del proyecto, que se
convertirá en humos v en ceniza.
Ni exiite diputado que lleve al Parla
mento esos ideales, ni aunque ios neva
ra Cánovas mismo prosperarían en Ma
drid. ,
Na haya miedo de que' triunfen los
partidarios de una doctrina anti-liberal
y reaccionaria.
Ya pasaron loa tiempos felices de Pe
suela y de Marchesi.
Vagos T Sí. Ilay muchos va
gos en esta tierra. Pero es preciso em
pozar por los quo consumen los recursos
del país matando las horas en ciertas
oficinas y cobrando despula un sueldo
exhorbitante.
En preciso eeguir por los parásitos de
toda especie, que viven con lujo & costa
del presupuesto que lea paga un servi
cio que no prestan.
Es preciso acabar por los que defrau
dan las rentas públicas en uno ú otro
ramo de la administración.
Y, si esto sa logra, emprenderla con los
menoa perniciosos entre los vagos: con
ios que acechan ocasión de hurtar un
trozo de pescado á las puertas de un
ventorrillo.
Así entenderíamos que se combatiese
la vagancia. De arriba abajo: á diestro
y Biniestroj olvidando preminencias con
vencionales y trayendo á la picota mu
chas chisteras y muchos fracs.
Y de tal modo no han de combatirla
nuestros apreciables colegas del gremio
paulinisla.
Alientan ahora más vagos que otras
veces!
No lo creemos.
Es la vagancia más punible en 1891
que en 1SS5?
De ningún modo.
La intención, el propósito de La Co
rrespondencia y La Integridad y La
Nación Española no pueden ser más hon
rados. Y no obstante esa ley que reclaman
so convertiría en un semillero de males,
'nuodeJprefiíSrr-Ha-servidum-
x ..Bja- saldrá que no sea luneitu y
pernicioso.
El proyecto no pasa, no puede pasar.
Nosotros .'combatimos la vagancia :
nosotros queremos que se trabaje , que
el jornalero labre la tierra, que el arte
sano pueble loa talleres. Y creemos
que á esto se llega por la enseñanza, por
el aumento de I03 jornales, por el pro
greso do la cultura social; nunca por la
represión, que irrita y subleva y enso
berbece. lían medido nuestros colegas la im
portancia del empeño que defienden!
No miran llegar k libreta, con su sé
quito de humillaciones inútiles! No
veo que es incompatible con Ja libertad
individual esa ley que juzgan salvadora!
Á donde iríamos á parar, si te agre
ga, á loa delitos del código, este nuevo
delito, que podría imputarse á cualquier
ciudadano y servir como arma política
da incalculable trascendencia!
Pero bah I estamos combatiendo algo
intanjible y vaporoso quo no ha de ad
quirir forma, porque la dignidad humana
lo repele y lo destruye.
Higa mejores rumbos la prensa incon
dicional. Y no defienda cuestiones tan odiosas.
Porque, francamente, nos duele verla
desperdiciar sus energías en estériles
íS1
JL JL 2 T JL N (78)
JULES irXAIlY
11 A K CELINA
Versión española de Francitco Carlet
QUINTA PAUTE
ROBE STO
. V-
EncozIÓ Roberto do hombros.
iY pueda hacora cuestión do honor eso
FPCYrtr enftrsílo ue un lado, ue sa revelación,
dórenle la honra y la vida Je nn inocente
urnecarado por la más terrible de las conde
i jt?, j per otro eo trata de una víctima cajo
tstfiinato ira puno clarea justicial
Alcanas vecen lo médicos reciben gra
ve coriüilencíaa, coja revelación le está
tan prolii billa como á loa sacerdotes la de lo
recreo s qua oyen en dí comisiones.
Y cft.U dispuesto & permitir us conde
sen a ÍSeanfori?
Bajare Gerardo el sudor que humedecía
i a frente.
-Ko puedo hacer nada para ealvarle re-
c5.
A peaar da la seguridad que dices tie
nes ío qio co k i culpable? Y no puedes
hacer nada para vengar á mi padre?
: No obstante la amistad, que cao profa
CS .?
jíítdü, aun cuando esa amistad es runy
Kr.tODre, no to ere 3. . ...
Roberto! Araifo rolo, tea presente!..
tN,! iNo ta crtoí ;No puedo creerte!
Qoieres imponerte á mí, porrao a trata de
Modesta.... da ta hermana, y esíds repre-
campañas cuando puede consagrarlas á
la defensa y al apoyo de causas má3
grandes.
Que harto lo necesita el asendereado
cacique de Cangrejos.
Volveremos sobre este asunto, que no
es tan baladí ni tan insignificante como
piensan 'algunas gentes.
La vagancia es infamej pero es más
infame el despotismo.
LO DEL DIA
Dice la Revista de Puerto-Rico:
"Hoy, á las doce y media del día, ha
sido reducido á prisión, nuestro querido
Director á consecuencia del proceso mi
litar, quede orden superior, se sigue á la
Revista por el artículo Los Valientes
en el que se reproducía otro que con el
título de Francisco Cepeda publicara el
ilustrado periódico de Valdés Domín
guez, El Cubano, comentando los atro
pellos y vejaciones de que fuera víctima
nuestro estimado compañero, para-rayos
en que la reacción desahogó sus iras en
momentos angustiosísimos para el país.
. Atropellos y vejaciones que hijos des
naturalizados de ese mismo país, cega
dos por miserables envidias y en mo
mentos de fiebre, cometieran la torpeza
de lanzarle al rostro como estigma in
famante, cuando, por gratitud y apre
cio, debían considerarlos para él como
timbres de gloria y honor.
Pero qué saben ellos de esas cosas!
Cepeda fué el agnus Dei que cargó
con sus culpas y que con ellas subió al
escarpadísimo calvario, inocente de cuan
to á su alrededor pasaba, porque ningu
no de esos mismos que hoy con sus in
temperancias han provocado esta situa
ción, fueron bastante francos y leales
para decirle : "Esto hay; esto hemos
hecho."
El señor Director de la Revista ea hoy
para nosotros inviolable.
Se le persigue, se le acusa, se le somete
á un procedimiento anómalo, se le en
carcela, y sólo nos toca deplorar honda
mente que las injurias lanzadas uno y
otro dia sobre La Democracia no nos
permitan ofrecer al compañero nuestra
leal adhesión y nuestro activo concurso.
Si libre el señor Cepeda no respondi
mos á las invectivas constantes de su pe
riódico hemos de responder ahoraf c
Hace un mes que vió la luz el edito
rial Ni con mano ni sin mano. Desde
entonces, cortadas en absoluto nuestras
relaciones con la Revistaf ni siquiera
leemos sus artículos.
No obstante se recrudece contra nos
otros la saña y necesitábamos todo el
poder de nuestra voluntad para domar
los impulsos de nuestro temperamento.
Prescindimos sin pena de las pa
labras duras con que la Revista pre
tende hacernos responsables del acciden
te ocurrido á su director: accidente que
deploramos más que nadie; acaso D2s
que el mismo señor Cepeda.
Allá correríamos á la sala en que se le
detiene: allá iríamos, sofocando las exi
gencias del amor propio; venciendo los
arrebatos del orgullo; pero la Revista de
ayer traza de nuevo la infranqueable ba
rrera y nos mantenemos á la sombra de
nuestra dignidad.
La Revista puede seguir el camino
que á sus intereses convenga; increpar
nos, ei gusta; mortificarnos, si le place:
nosotros sabemos levantar el corazón
por sobre las pequeneces humanas, y,
resueltos á cumplir los deberes que el
patriotismo impone, no detendrá nues
tra marcha el obstáculo que se arroja
en nuestra vía.
Frente á la arbitrariedad insólita; fren
te á la persecución injusta; frente á la
ira tempestuosa defenderemos al perio
dista, aunque nos odie á muerte; aun
que se llame nuestro adversario: aunque
sea nuestro enemigo. .
Ni sentimos el rencor que ciega, ni
damos albergue al encoco que perturba.
Para salvar los derechos del dirertor de
la Revista, se alzará, si es necesario, más
vibrante que ninguna, la protesta varo
nil de La Democracia.
ANOMALIAS
Hay en la detención del señor Cepe
da evidentes anomalías que el público
debe estudiar.
sentando una comedia, sí, una odiosa come
dia indigna, y qae sólo te perdono por el ca
riño qua tengo á ta hermana.
Te lo juro, Roberto!
Es inútil qae me diga que lujaras, por
que creo que no existe nada qae pueda im
pedirte que hables.
El dolor te impide meditar lo qae haces
y dices..-. Créeme.. --te digo la verdad.
- No... mentiste ó tal vez te engañas.
Si no tienes confianza en mí, es porque
quieres qae esté siempre perdida pura tí.
Niégate á creeime, Roberto, y tal vez á Mo
desta le cueste la vida.
j Y á mí también, porque la amo con to
da mi alma!
Loco de desesperación y con un grito de
rabia exclamó Gerardo:
.Oh! jY no puedo decir nada! Nada
paedo nacen
Y frente i frente qnedáronse ambos silen
ciosos y cambiando alguna que otra mirada.
Oyóse de pronto el ruido de un paso muy
ligero que ee acercaba al despacho del mé
dico y que ee detuvo ante la puerta.
Es ella! Es mi hermana! murmuró
Gerardo.
iSabe que Beaufort ea su padre!
No, aúo, no.
Llamaron á la puerta preguntando con voz
euavo y tímida:
Puedo entrar? le parece que tardáis
macho tiempo en volver.
No supieron qaó contestar y la misma vos
añadió:
Sé que está é ahí dentro, os oí hablar.
y no vi á tí, Gerardo, á quien vino Roberto
á ver, sino á mí, sé rasonab'e y permíteme
qne pase.
robre ñermana raía! uno el médico,
al qae o le empañaron 1 jon de lágrimas.
Do pronto adelantóse Roberto como sr hu
biese tomado una resolación repentina j
abrió la puerta. ,
En primer término se destaca la in
competencia del Juzgado militar, reco
nocida por el Tribunal Supremo.
Los delitos de la prensa corresponden
íntegros á la jurisdicción civil, única
que debe perseguir á los periodistas.
Después resulta que el señor Nouvi
laa no estaba autorizado por escrito para
privar al señor Cepeda de su libertad.
Este, que conoce los códigos de su país,
pudo resistirse al cumplimiento de una
orden ilegal.
Luego aparece el alcaide Lerma ne
gándose á admitirle en calidad de preso,
y conduciéndole á sus habitaciones par
ticulares, como á un huésped.
Aplaudimos lo último de todo co
razón y celebramos que al séñor Cepeda
tocara mejor fortuna que á nosotros;
pero se noa antoja irregular y extraño
lo que ocurre.
Por qué no se estableció la denuncia
ante los tribunales ordinarios!
Por qué no se dictó el auto corres
pondiente? Es preciso respetar el derecho y cum
plirlo. La circunstancia de vestir uni
forme no exime á ios ciudadanos de aca
tar la ley estatuida.
Aún más.
La Revista inserta un trabajo: el Fis
cal lo declara punible; la acción de la
justicia se endereza contra el periódico.
Y cómo se infiere, antes de tomar de
claración alguna, que el autor del escri
to es el señor Cepeda y no otro de sus
colaboradores?
No vimos nunca un procedimiento
tan raro.
El dia en que el caballeroso y digno
capitán Nouvilas llegó hasta nosotros
iotimándonos, en formas corteses, que le
acompañásemos á la cárcel del distrito,
nos habríamos excusado de seguirle á no
traer la orden prescrita por la Constitu
ción y por el Código penal.
Sea lo que quiera, el proceso pasará sin
duda la jurisdicción ordinaria, y se re
solverá con un sobreseimiento, como el
que se nos siguió por supuestas injurias
á la policía y á las autoridades.
Aún así el periodista sufre la pérdida
momentánea de su libertad, si bien
ahora, en este caso, el rigor ee atenúa
por la benevolencia exquisita del alcai
de, que merece nuestro aplauso entusiasta.
Entablado el recurso ante los tribu
nales civiles creemos que la causa toma
rá muy pronto nuevo giro y que en bre
ve el señor Cepeda será excarcelado.
La prensa reclama garantías para e
ubre ejercicio de su misión : si los Con
sejos de Guerra fuesen árbitros de pro
cesar á un escritor independiente, ha
bríamos retrocedido á los tiempos más
infaustos del gobierno personal y po
dríamos decir que estamos bajo el tilo de
la espada.
ADIESTRO Y SlilíIESTIlO
A la hora en que se compagina este
número se está celebrando el juicio ora
en la causa instruida contra don Ramón
Llanos Baeza, ex-alcade de Comerío, por
coaacciones electorales.
Allí está, en el banquillo de los acusa
dos, el célebre mandarín que maniató á
los miembros de una mesa electoral.
Allí también los acusadores del dés
pota, los valientes autonomistas que no
se resignaron al atropello inicuo
Y más alta que todos, la Audiencia,
incorruptible, imparcial, honrada, pronta
á repartir justicia con serenidad estóica.
Veremos lo que resulta del célebre
chanchullo : veremos si impunemente se
juega en Puerto-Rico á la esgrima elec
toral, ensayando fiestas y rtpostas en
perjuicio del sufragio y en mengua del
sistema representativo.
Hablará la ley y hablará de modo que
pese su conducta á los falsarios y á los
detentadores del derecho.
Si el tribunal le condena
Dirá el Alcalde simplón :
No se puede jugar con
La gente de Doña Elena. ()
El trabajo es libre en todos lo pue
blos cultos del planeta.
Lo mismo en Bélgica que en Nica-
() Nombre del barrio en que estuvo situa
do el colegio electoral.
- Entrad, Modesta, dijo.
Iltzolo seí éata, dando algunos pasos en el
despacho y deteniéndose a! observar cuan
trastornado estaba el rostro de Robeito.
Este, lo mismo que Gerardo, estaba mny
conmovido y temblando, y al reparar que la
joven lea miraba, ambos volvieron la cabeza
VI
Admiróse Modesta, empezó á Inquietarse
y preguntóles:
iQué es lo que pasó entre vosotros! iQaé
ocurref
Escuchadnos, Modesta, dijo Roberto
Valognes, yeedjnee. " ,
Que es lo que vas á decir, Roberto! ex
clamó el médico presa de la más horrorosa
de las ancustias.
Oí escucho, Roberto,conté"ató la joven.
Nuestro casamiento es imposible.
Imposible! Dios. mío! Ah! No en va
no previ qae iba á sucederme una desgra
cia! No me amáis, Roberto!
Os idolatro! .
Siendo eso verdad, j,por qaó desesperáis? i
Porqoe nuestro casamiento está íntima
mente ligado á la suerte de Beaufort, al que
acusan de haber asesinado á mi padre.
El señor Beaufort ea inocente, mi her
mano me lo ha dicho y mi madre también.
Más tarde ó más temprano la justicia no
podrá tóenos de reconocer su error; y sobre
todo, cualquiera que sea la eaerte que esté
reservada al señor Beaufort, al qae tanto
quier o porque me salvó la vida, jen qué pue
de interesarnos esto á nosotros, qoo somos
poco caeuos quo unos desconocidos para 61
No me toca á mí deciros ea qué pueda
iuteresaro, pero algúo dia lo sabréis.
Acaba de decirme vuestro : hermano lo
misino que a vos, que lieaorrt ea inocente;
pero erk ürracíóa no es soüciente para mi,
paes le creo culpable: le pedí pruebas v e
ciega á dármela pedidla, Modesta, que rae
ragua ; la mismo n Montenegro que en
Tarkestan.
Y á nadie le vino á mientes discutir
una cuestión de sobra discutida.
Somos en Borínquen muy excéntricos
y tres ó cuatro periódicos reclaman, á
fines del siglo XIX, la nueva esclavitud
de los blancos y de los negros.
Que pululan pof ahí los vagos dicen
cómo si co los hubiera en Francia y
en España, en Noruega y en Suiza !
Cómo la historia no demostrase la
ineficacia de una reglamentación absur
da! Será patriótico el pensamiento, y sin
embargo ni un solo patriota se hará soli
dario suyo anta las Cortes.
Este proyecto pertenece al número de
las cosas que caen por su propia pesa
dumbre. Esfuercen su propaganda los celosos
integrisfas. No alcanzarán esta vez la
victoria, por mas que lea ampara el in
flujo omnipotente de don Pablo.
No vale influir en el espíritu público
ni hacer atmósfera, ni vestir el muerto
con los colores mas puros.
Todos los verdaderos liberales se opon
drán á la empresa liberticida.
Los que osaron proponer
, La monstruosa aberración,
Un dia tendrán que hacer
El acto de contrición.
Se ha salvado el país.
Ayer llegó á San Juan el señor exce
lentísimo, el jefe infalible, el presidente
de todo, el autócrata de Cangrejos y sus
arrabales.
Las músicas deben atronar hoy el
espacio j los vítores deben repercutir en
el mu rallado recinto de la Capital.
Se ha salvado el país.
Ya tenemos quien anule nuestras ac
tas en la Diputación ; ya no falta ni un
adarme á nuestra dicha.
El cielo sonrie ; la naturaleza viste
sus galas ; el entusiasmo se desborda en
alegre efervescencia.
Se ha salvado el país.
Cómo se muestra el jubilo que llena
los corazones!
El mundo entero repite : " No hay
más Dios que Ubarn y Villamü su pro
feta."
Los alcaldes no vacilan en sus pues
tos ; los caciques mínimos - sacuden su
inercia ; y hasta los nublados suspenden
su curso.
Qué hermoso espectáculo ! Es pre
ciso reconocer que el Conde representa
los intereses, las ideas, las tradiciones,
los sentimientos y los votos de Puerto-
Rico.
Buen representante sería si estudiase
un poco, si suavizase sus asperezas, si
no fuese tan tosco y rudo y agreste y
selvático.
Silencio! los que decís
Que todo esto es un sarcasmo :
No ha de haber mucho entusiasmo
Si se ha salvado el país 1
NOTICIAS DE ESPAHA
El actor del teatro francés Mr. Mar ais,
que interpretó uuo de los principales
papeles de Thermidor, acaba de morir
loco en París.
Según telegramas recibidos de la Co
rana, parece que en el pueblo de Aran
era ha sido apedreado el arzobispo de
Santiago de Compostela.
Se hallan casi terminadas las obras de
renaración en el patio de la Barca de la
Albambra, destruido, como ya se sabe,
por un incendio.
No taita más que cubrir de teja la te
chumbre.
Anda por el Pirineo un alemán que,
á juzgar por las insignias que lleva en
su traje, es probable ó casi seguro que
pertenezca á un cuerpo iacultativo mi
litar del imperio.
A las altas horas de la noche según
se dice hace frecuentes v misteriosas
excursiones provisto de una linterna.
Se sospecha, no sin fundamento, que
este extraño personaje recibe . correspon
dencia del ministerio de la Guerra ale
mán.
&l citado individuo lleva siempre un
las facilite, porque sin dnda vuestras suplí
cas tendrán más influencia que las mía....
lB cierto, hermano mío, que de la con
deoa ó absolución del señor Beaufort depen
den mi casamiento y mi felicidad!
Baió Gerardo la cabeza haciendo un gesto
afirmativo porque no tenia taerzaa para res
ponder de otro modo. -
tx no queréis ni el uno jpi el otro decir
me cuáles son los misteriosos lazos que me
unen a! señor Bffanfortl
Vuestra madre os le dirá. Modesta.
Quedóse" pensativa la joven durante un
instante.
Sea, dijo pasado un momento, y pres
to que mi suerte depende de la del s sor
Beaufort, es á tí, hermano mío, á quien loca
decidir. Sorpréndeme mucho, sin embargo,
que posevendo tu las pruebas de su inoren
cía, no hayas dado parte á la justicia de lo
qae abes, qaó razones son las que tienes
para obrar de esa manera?
El honor me impide declarar lo que sé:
no insistas mas, Modesta.
No puedo comprender cómo ei honor
puede obligarte a que permitas que conde
nen á un inocente....
Tiene razón Gerardo, y mucha; escucha
lo que dice Modesta dijo a su vez Huberto.
Te habla inspirada por la rectitud de su ca
rácter.
Y aparto de las razones de justicia exis
ten también otras muchas. .
jTenme compasióu, Modesta! replicó
Gerardo coa aoeuto dolorido.
Acaérdate, hermano mío, qne so "trata
de mi felicidadl -
Cogió á la fuerza una de las ras noa del mé
dico mientras que Roberto hizo lo mismo es
trechándoselas con fuerza y pasándole nn
brazo al rededor del cuello, hablando así
muy cerca y cruzándose sus miradas.
No olvides qae se trata de vengar á mi
padre! dijo Roberto.
Acoérd&ta que quiae morir añadió Mo
estuche completo de dibujo, aunque
afirma que no sabe dibujar.
Parece va resuelta la cuestión relativa
á la renovación del fusil en el ejército.
Dícese que se adopta el fusil Maüsser,
de Bélgica, y. en electo, dos regimientos
da iniantena serán aotaaoa ae iusues ue
rj r- :ií i. i :
é ío lummeirus, y so nuruu cjipei louuiaa
con loa del calibre 6'3, para resolver eo
definitiva cuál de los dos da mejores
resultados.
Para cualquiera de los que se adopte paQa ha comprado recientemente al mar
ee usará pólvora sin humo, que se fabri- au(ss de Alcalices una extensísima poso-
cará en Granada, no teniendo así que
acudir al extranjero para proveerse ae
aquella materia.
El capitán general de Andalucía,
acompañado del geoeral Gamir, ha visi
tado las obras de fortificación de Tarifa.
Ambos generales creen que no ee debe
construir el ramal férreo entre San Ro
que y La Líoea, por considerarlo anti
patriótico.
Entienden los mencionados eeneralea
que el ferrocarril ese serviría para dar
importancia a uioraitar, periuaicanao
, . - ,
los intereses de España.
JLa sala que entiende en ei proceso
instruido contra la duquesa de Castro
Jm
T.tt RfiiypnfA ha rprihirír un ríiriñnsn
laffMma HaI omnomnr Vinillormr n
telegrama del emperador Guillermo, en
Dt UUtfl JC UlUO (UD C3LU3 BOU 1US LUCJUI OS
momentos para due los soberanos de-
muestren su magnanimidad.
Después le añade que pone á su dis
posición una pequeña ofrenda.
. Aunque no se conoce la cantidad
exacta seguramente será mayor que la
de nuestros infantes, según ha dicho un
personaje conservador, aunque sin ma
licia.
El eminente escritor francés, Emilio
Zola, ha estado en San Sebastián hasta
ayer que regresó é Biarritz.
Dicen que se propone hacer un largo
viaje por España.
Durante su estancia en la capital de
Guipúzcoa, habló de asuntos literarios,
anunciando su propósito de escribir una
historia de Francia desde 1870. Habló
déla cuestión social, opinando que el
cristianismo puede reso verla. Elogió,
C O
Eoriquez ha ampliado por treinta días copa el turgente y atrevido eeno; caído al
la licencia concedida á dicha señora pa- desgaire Mb Ia Pa,f á?i
0 a que viera cunes nacer el cíelo anaaiuí y agi
rá permanecer en ban bebaatlán. je8 jft9 nerviosa y" diminutas manos, hechas
según dice un corresponsal de .Cámara, conversaciones chispeantes unas veces, tris
las costumbres democráticas de la fami- tes v serias a! trun as. con todo el que sin
lia real española, menos ostentosa que
la de algunas repúblicas,
Se halla enfermo de bastante grave-
dad en Madrid, el distinguido escritor y
amitrn nnfrn Hnn lavmr rí Rnroos
amigo nuestro, don Javier de liurgos.
Deseamos de todas veras el pronto res
tablecimiento del autor de Los Valientes.
Se ha cometido un horrible fratricidio
en el nueblo de Granada, Huetor Ta-
jar.
m a
Miguel Carrillos, vecino de Loja, ha si
do asesinado y brutalmente destrozado y
mutilado por sus hermanos Damián,
Mariano y Gregorio, quienes Ies dieron
de puñaladas, golpes y tiros, cebándose
en el desgraciado.
La Guardia civil ha detenido á los
fratricidas y entregados al juez de insa
tracción.
La causa que ha motivado el suceso
parece que ha sido la mala repartición
V nft Lronnia
Una joven de veiutidos años, que se
hallaba en un baile público de Barcelo
na, se sintió repentinamente indispuesta,
siendo conducida por varias personas al
guarda ropa, donde falleció á los pocos
momentos.
Los concurrentes al salón continuaron
bailando, en tanto que el cadáver de la
joven yacía en el guarda ropa hasta la
llegada del juzgado.
En aguas del puerto de Barcelona se
ha desarrollado casi un drama conyugal.
Pasaba un matrimonio de Caldas de
Montbuy por el muelle de Atarazanas
disputando, según parece, cuando el ma-
rido, sin atender á más razones cogió á
su rnafilla nnr la infurtí xt la nrrní; ni
mar
'I
Electo del esfuerzo hecho 6 quizá
desta de que me arrojó al rio," y á no ser
por ti nabrla perecido. . . . Ya sabes que mo
riré si ese casamiento no se realiza.... te lo
juro que moriré y quo tomaré tan bien mis
precauciones, que tú no podrás salvarme co
mo la otra vez, y que abandonaré así una
vida que tanto tro pesa.
Ahí Qué cruel eres conmigo, Modesta.
murmuró apenado el médico.
No sabes, Gerardo, cuánto te ouerfa mi
padref Qaó feliz hubiese edo con este ca
samiento que le habría proporcionado una
vejez venturosa en meato de su nueva faml
lia!
Me estás haciendo sufrir las torturas
más atroces. En preciso que te conste que
no pueao nacer nada.
Olvidas, Gerardo, que existe en alguna
parte nn miserable que asesinó v robó v aue.
Bfguíuu qae nnuie na de molestarle, en su
impunidad está .gozando con el fruto de su
.3 . -1 " . . " . '
crimen! Sí, de su crimen, Gerardo, lo oyesT
ue ese crimen ael que te nizo cómplice.
uooertoi .Kobertol
Sí, no tengo ningún inconveniente en
repetirlo, en su cómplice complaciente y dis
creto, porque ea tu silencio v comnlacancia
los que hacen que esté tranquilo ese misera
ble al que tú conoces,
j Ah! Cómo se debe reir de tí y de nos-
uuuBi vue necesidad tiene de molestarse
üuyeodo da rancia para refugiarse en los
países vecinos si cuenta con tn nrofain v
coo tu honor que le sirve de salvaguardia!
Y qué honor el que sirve para proteger y
salvar la vida de
.Expresábase Roberto con mnchn nu!r
dominado por la ira y habiendo olvidado
toda consideración y miramiento hacia bu
amigo. ;
-Te perdono, Roberto, v te nromtn Wi.
dar todo lo quo me dijiate j en adelante no
me acordare do nada, dijo el médico que
volviéndose hacia su hermana añadió:'
-i & ti también te perdono, querida her
sujeto por li esposa, el cariñoso marido
fué 1 agua tambióo, y ya en ella sacó un
cuchillo, con el que seguramente la hu
biera matado, á no ser por el joven Ra-
móa Vila, quien viendo lo que ocurría
L0 arroió al mar y despojó del cuchillo al
acre80r cacando á los esposos y entre-
gradólos á la nutoridad.
I " - j t i
La mujer tenía dos heridas leves en
un muslo.
Dicen de Roma que la Reiqa de Es-
BQ COn dos hermosos palacios, situada
en a Italia meridional.
Parece quo por esta finca ha pagado
la Regente siete millooea de pesetas.
gs-ijBJLMiii-i.-i.ua i '- " i-J-ai-LLua
LITERATURA.
SOL
No hav cigarrera máa rumboaa ni qne me
M?r JPe
- ' i r , . 1 , ,1
if ' . nnmCi -a i Mediodía.
nprwi 'RH cciiiiu lun udl iiuíiu v
, t:
De estatura nás baja que alta, sin ser pe
queña; delgada y morena, la cara, de expre
sión tan pront" triste como reflexiva y máa
frecuentemente picaresca; ánchala cadera,
ondulante y estrecho el talle ceñido por in
floxiblo coreó, conteniendo como en ancha
á sepultarse en niontone de tabaco; Sol son-
ríe á las amiíra8, charla con las companeras
cuanto el charUr es permitido entre las que
n el ga8tenio en ñ FdhHcat y dirige mi
radas de fuego ú las enemigas, que. también
las tiene fraguadas por la envidia y sosteni
das por sus miemos arrogancias.
No hay quien la venra ni la intimide en
ol continuo tiroteo de frases intencionadas
quft es allí habitaal y es preoiso verla, cuan
do terciado el grueso mantón de cuadros
peludos y caído sobre la espalda el pañuelo
blanquecino de reda, pone los brazos en ja
rras, vercue el cuerno, adelanta la cabeia y
mira de través á la enemiga que osa ponér
sele delante.
Como honradar hay pocas'que la'aventa-
jen. A no serio arrattrarta coene, irase con
la qne ella, haciéndose poco favor expresa
su
desprecio hacia las comodidades que no
sean adquiridas legítimamente, y es fama,
LaIfi,a Ha rechat-ado victoriosa serios ata-
qnes, hacienda embotarse en las defensas de
su ñero pudor proyectiles dorados'de gran
PetrcJó J i"0
como hftcen con lo8 que no le9 convjenen las
muchachas disparatas á ser todo dalzuras
con los que Ies entran por el ojo derecho.
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faltarla eso ií! solicita darla palique.
Caántoa hombres de experiencia lian pa
sado, merced á e&4 costnmbre de Sol, de los
propósitos más roseros a las esperanzas
más tiernas, para terminar aquella historia
a el mas solemne terminante desengaño!
Y es ae So, 1r'e 8onríe á ,oa neniigoa
meno8 temible8 qne son los qae la toman,
como ella dice, por cualquiera cosa, se pone
seria y grave, y hasta agradecida, cuando se
ve pretendida en el terreno de la ley; pero
entonces, cómo eegañar y dar la entretenida
a un hombre decente! No; Sol le dispensa
entonces el favor de hablarle en seno y
adiós ilusiones! El cariño es ciego y fuera
de una buena amistad, Sol no puede ofrecer
nada al pretendiente, con lo que el desaira
do se marcha por donde ha venido y bol
queda de nuevo aislada de afecciones, pero
tranquila y contenta.
El demonio de la mujer! ciieen sus
compañeras. Si qñerrá encontrar un prin
cipe rnso! Oye, Sol, abaja, que ahí está un
emperaor qae quiero hablarte! Pus no se
pone monos su señoría! Eétas y otras íra-
ses semejantes, á Ira qae Soledad contesta
con el más soberano desprecio, son expre
sión casi continua de la admiración qae la
entereza de aquella muchacha produce á sus
compañeras, clientes en su mayoría del sa
cerdote de la naturaleza que casa á los hom-
brea en el mismo altar que á las demás es
pecios animales.
Deslizábase asi tranquilamente - el tiempo,
para Sol, que parecía una barquilla deslizán-
dose serena, sin rnrubo fijo y á merced de la
brisa, por la encalmadla superficie de abriga
da bahía
Pero el diablo, que no nos deja de la mano.
valiéndose para bus fechorías de una sucur-
sal que iene establecida en todos los cora-,
zooes humanos, nol podía dejar que Sol
llegase á su ocaso sid ser víctima alguna ves
de los nubarrones de amor, y sucedió que la
pobre muchacha encontró en su camino un
joven, coya presencia basto para rizar pri
mero y encrespar después los mares en que'
Sol hacía su navegación por la vida.
Era el tal apuesto y bien portado, pren
das ambas que, aunque estimables, no bu-
hieran bastado á interesar á Sol, si el joven
rio nuciera tenido el buen acuerdo de din-
Ia - . . . :- . u -
CTirBe a fella ron Mk MmwlArna íiAlirntlaa nrin
impone la educación á los hombres. Nada
1 '!U.'
mana, esas amenazan de suicidio, que me
trastornaron mucho desgarrándome el cora
zón.
Salióse lentamente del despacho dejando
solos á Modesta y á Roberto.
iodo ha concluid! dijo la joven!
Por desgracia!
Por mucho qae nos amemos es imposi
ble nuestro casamiento. ;
Ya oísteis á vuestro hermano!
Pero, me eesruirói amando. Roberto a
pesar de todo!
Qae si os amo. Modestal exclamó Ro
berto crazando las mitnos. iAh! Por ouó
no estará sqol mi padre para deciros cuán
grande era la desespertcióa que se apodera
ba de mí cada vez qae la señora Langon me
negaba vuestra manot :
Siendo verdad lo oue decís, creo aue no
podéis tener ningún inconveniente en con
testar á la pregunta qaa voy á haceros.
- yae nrfgaotar
Üe dóiide procede esa tardía influencia
que á última hora tiene el señor Beaufort en
mi vidat A qué se debe el nao nuestra
felicidad esté tan íntimamente unida & su
suerte? !
Queréis saberlo? :
Lo exijo.... basta ya de misterios á mi
alrededor... ee trata de mi amor, porque
os amo, y de mi vida, oue estov disnuesta
á perder ai no me caso con vos....
Pues bien, os lo dirí. iVnestro nadre ea
Beaufort!
Mi padre! El asesino de Valcenea!
El 6eñor Beaufort!
Púsoso tan pálida Modeata. aue Roberto
ee asustó y acertóse temiendo ue desmayase,
pero Sa joven le detuvo haciéndole nna peüal
con la mano.
No, no es nada.... no tergái m'pdo.
soy fuerte. Ah! Es horroroso! Horror so!
Pobre R.terto! Roberto mío!
l ContinuanL)