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AÑO 73 ¡JBoletin /Ifoercantíl be fl>to.=lßtco Néüiit suelto 3 centavo Duraron f J. Féras Uatis ESPAÑA w y K (Para el Boletín.) En Madrid, los albañiles huelguis tas quisieron obligar á otros á que de jasen el trabajo. La policía quizo re chazar á los primeros y una eolisión tuvo lugar. Dos oficiales de policía fueron heridos en el cuello y dos guar dias recibieron algunas cuchilladas. La policía se apoderó de numerosos bas tones con grandes conteras de acero. Los manifestantes recorrieron varias calles y fueron disueltos en la Puerta del Sol en donde la policía detuvo á quince. ■La policía de Las Palmas continúa bus cando á Castro, antiguo presidente de Venezuela. Se sabe que en el vapor “Legazpi”, que salió de Cádiz para Cuba y América Central, tomó pasaje un individuo vyuy afeitado que decía que era un religioso. Cuando el barco llegó á Las Palmas desapareció el ori ginal viajero. Se supone que sea un confidente de Castro. Se ignora el pun to en donde se encuentra el ex-presi dente y entre los pasajeros del Legaz pi no figura su nombre. Se dice que Castro se embarcó en Las Palmas a bordo del “Reina Victoria” y que de sembarcó en Tenerife. Es posible que se haya vuelto á embarcar en el “Le gazpi” que salió de Cádiz el 15 de Ma yo. La Compañía transatlántica ase gura que, el 10 de Mayo tomó pasaje an individuo muy afeitado y que usa ba lentes opacos. Le preguntaron si era Castro á lo cual respondió que era obispo colombiano. V \ El “leader” socialista Pablo igle sias. en su interpelación relativa á los incidentes sangrientos ocasionados por la manifestación obrera, afirmó que la provocación salió de la policía que se produjo de una manera salvaje. Canalejas respondió que la policía procedió con tal prudencia que mien tras que los manifestantes tan sólo tu vieron un herido, la policía euvo veinte y cinco, de los cuales al gunos graves. Añade que en el .sitio de la colisión de los huelguistas abando naron las siguientes armas: 38 nava jas, 5 cuchillos, 20 puñales y 133 bas tones. Risas*.) Pablo Iglesias respondió: Se han encontrado esos objetos, conforme. Pe ro ¿se sirvieron de ellos los manifes tantes 5 ' No, puesto que ninguno de los heridos lo fue con arma de fuego ó arma blanca. Una noticia que no puede menos de emocionar al mundo artístico acaba de llegar de Sevilla. Se trata del descu brimiento de ios restos del gran M ari llo. El célebre pintor sevillano, falle cido el 3 de Abril de 1682, (hace 229 años) filé enterrado, según su última voluntad, en la capilla llamada del Descendimiento perteneciente 4 la an tigua iglesia de Santa Cruz, al lado de la casa en donde vivía y que existe aún en la plaza de Alfaro. En cambio, la iglesia de Santa Cruz fue destruida cuando tuvo lugar la invasión de Na poleón y las autoridades francesas or denaron que se bascase la tumba de Murillo, pero sin resultado. Más tarde, en 1858, una lápida conmemorativa fue colocada por la Academia de Be llas Artes de Sevilla en el sitio en don de debía encontrarse su sepulcro, y so bre la fachada de una de las casas de la actual Plaza de Santa Cruz. Estos DIARIO INDEPENDIENTE DE INFORMACION UNIVERSAL ENTERED AT THE POST OFFICE AT SAN JUAN AS SECOND CLASS MATTER. RAMON PEREZ MORIS Editor. CRONICA " ’v “LA PRIMERA REPUBLICA.” Víctima de una afección que la la ooor intelectual le ha producido fatal mente, el querido maestro que en la patria iha derramado tanta luz, tempo ralmente está privado de la luz de sus ojos, que han visto y revelado todo un universo. V antes de ponerse en ma nos de un experto oculista, desarre glando sus asuntos, que se reducen pa él á los meramente literarios, quiso hacerme un favor, como suyo, exqui sito, y remitióme un ejemplar de su último episodio, “La primera Repú blica,” que se supone á la venta en es tos días. Y habiendo yo sido en esta ca sa el delantero en la lectura, como lector, hablo el primero, sin obstruir, adelantándome, el paso á los críticos. Como lector, entiéndase, y no como crítico. ¿lba yo á ser, pobre de mí, quien fuese osado á hacer la crítica del monumento galdosiano de “La prime ra República”? Atrévanse á esto sus iguales, si es que hay alguno en nues tro tiempo, que sea igual á Caldos. P ero no he podido sustraerme al honor, que he aceptado como un gratísimo de ber, de saludar en estas líneas al en fermo glorioso, al obrero obstinado, al incomparable artista, cuya existencia de labor, sin tregua, sin descanso, sin debilidad, sin compromiso, debe ser un ejemplo en nuestra vida literaria. Tal vez ningún elogio será más grato para él que el hacer constar sencilla mente la vida de labor, hecha de pro bidad; del que, no habiendo conocido las recompensas oficiales, aunque sí las injurias, que son el reverso de la glo ria, ha sido tan sólo literato, única mente literato, que vive por el libro y para el libro y .que, en cambio, recibe ¡ de la letra de molde el único consuelo: el de soñar y de producir. Cuando se echa á la batalla y se con vierte en un político, como suele decir se, “militante”, es artista también y¡ es literato, y lo es más que nunca. Co mo “George Sand” y como Zola, cuan do su conciencia se lo manda, cambia el ensueño por la acción con desdén absoluto hacia los pequeños cálculos de interés ó de oficio ó simplemente, de tranquilidad. Y por esto su noble y su alta figura se opone al tipo del ar tista hambriento y saltimbanqui. La profesión de fe de Pérez de Galdós, como el “ ,Cacase ”, de Zola. no es más que una incidencia de su vida litera ria. Su política es literatura. ¿Puede llamarse, en realidad, político á un au tor que no ha suscripto ningún pacto ni con partidos ni con hombres, y que á todos, indistintamente, les dice la verdad? ,Se podría pensar, sin demasiada in sensatez, que, habiendo coincidido la evolución del gran maestro hacia la idea republicana con la publicación re ciente de los episodios últimos, esta evolución se reflejaría forzosamente en los puntos de Vista de Galdós. Pero de él puede decirse lo que se dijo de Sainte-Beuve como poeta y como crí tico: es un hombre político en quien sobrevive el literato. Con ó sin evolu ción, monárquico ó- republicano, Gal dós es el mismo, y jamás cambió en lo últimos días, cuando se trataba de ni velar, la plaza se han descubierto, en ese sitio, unos restos. Como en otro tiempo fueron enterrados otros cadá veres, no puede afirmarse que los ha llados sean los restos del célebre artis ta, pero, se supone que al fin, podrá de mostrarse la autenticidad. X. X. San Juan Puerto Rico, Jueves 29 de Junio de 1911 substancial: la misma te en la libertad del individuo, el mismo horror al fa natismo, el mismo altruismo social. El autor de “Trafalgar” y el autor déla “Primera República” son de una so la pieza. En esta Walhalla de los Epi sodios Nacionales todo es bronce y granito. Pero en el último episodio, lo que yo admiro más es la probidad indiscuti ble del historiador. Nadie, jamás, en ningún tiempo, ni en la ficción de la novela ni en la ciencia-arte de la His toria, ;ha sido más impersonal. Al al zarse á las cumbres, á las que pocos han llegado y desde las ,cuales habla el juez antes que el historiador, Galdós es un juez á la moderna, que lo perdo na todo, porque lo comprende todo. Al trazar los cuadros borrascosos de “La primera República”, desde el de la re beldía y conspiración de La Comisión permanente de las Cortes hasta los del Cantón de Cartagena, no omite nada, no disimula nada y, antes bien, se complace en la prolija narración de las faltas, para inducir el escarmiento. En una frase está la síntesis del pensa miento que domina en toda la “elec ció”: “Nuestra incorregible tontería dice Galdós, al terminar —fué transito ria de una sinrazón, que ya, ¡ vive Dios!, va durando más de la cuenta.” ¡Diablos de hombres!, decimos, al re cordar la fuga de Estanislao higueras, la debilidad de Pí y Margall, la “filo sofía” de Salmerón y la locura de Contreras y de Manolo Cárceles. Eran, sin duda, más poetas que políticos prácticos; pero así y todo, aquellos go bernantes de 1873 poseyeron dos gran des virtudes: amaron la patria y fue ron honrados. Amaron la patria hasta el extremo de haber realizado gran prodigio salvando el imperio colonial, que la Restauración ha perdido des pués, y evitando, en la época de la cuestión del “Virginios”, una guerra con los Estados Unidos. Y fueron hon rados, hasta el punto de que han ido muriendo unos tras otros, en la pobre za, haciendo contraste su destino con la vida y la muerte de algunos magna tes que duermen, acostados en sil tam ba. sobre una almohada de billetes... De los personajes que figuran en el episodio dé Galdós, sólo dos viven ac tualmente: D. Nicolás Estévanez y el ex-Manolo Cárceles, hoy insigne doc tor, popular en Madrid. Fueron los dos, precisamente, los hombres de acción de la República. A ambos, por dicha, les traté con cierta intimidad, y mientras yo viva en este mundo, no olvidaré ja más al hombre extraordinario y verda deramente sugestivo que, en una no jehe, aún no lejana, se me presentó, di- Jciándome con voz estentórea: “¡Car meles soy, antiguo cantonal y condena do á muerte!” “¡Bendito sea el tiem jpo que produjo las vigorosas moceda | des que dura todavía y que, segura mente, repiten, indignadas, el expre sivo ¡vive Dios! del caudillo impa -1 cíente! l Antonio Cortón. (S& ! RUSIA ¡ (De nuestros corresponsales europeos.) El tratado de extradición entre Ru sia yel Japón ha sido firmado. En sus clausulas no trata de los delitos cometi dos por criminales políticos, pero si de los que atentados contra la vida de los soberanos. Según el periódico oficial el estado del trigo de primavera no supera á la me- diana y en muchos puntos es de mala calidad. En la última sesión de la Duina (cá mara de diputados) -ocurrió un incidente digno de ser .señalado. El diputado Bu lalt se levanta y dice que hace algunas semanas el jefe de policía le condenó á pagar una multa de 500 rublos por ha ber tardado un día en declarar que dos personas habían pasado la noche en su casa. El jefe de policía tenía completamente razón, pero, M. Bulait es diputado y como no quiso pagar la multa la policía decidió meterlo en la cárcel. La Duina entera se asoció á las palabras que pro nunció el presidente relativas á la invio labilidad de los diputados. La policía ha decidido, en vista de la actitud de la Duina, de encarcelar á M. Bulait cuando termine el período par lamentario. Acaba de ser pronunciado el fallo en el proceso relativo á la falsificación del testamento del príncipq Oginski. lían sido puestos en libertad el an tigu. jefe de las caballerizas imperiales Wonjarlarki y otros tres acusados más. El hijo de Wonjarlarki luí sido condena do á tres años de cárcel pero recomen dado á la demencia del Czar. Otros seis acusados lian sido <• ndenados á di ferentes penas. FRAN CIA LA EXPOSICION DE ROUBAIX La Exposición de Roubaix ha abierto sus puertas desde el día 10. de Junio. E L alcalde interrogado por un periodista sobre el porque de la “World’s Fair” de Roubaix respondió. “Es nuestro cen tenario que hemos querido celebrar. Y un centenario nada común, el de una vi lla que no existía hace cien años y (pie cuatro generaciones de laboiiosos la han hecho ocupar un buen puesto: entre las diez de tas grandes ciudades de Fran cia en cuanto á población, la séptima en sucursales del Banco de Francia v una de las primera entre las que se de dican á la industria de la lana. II ace un siglo, Roubaix poseía 0,000 habitantes. En aquel tiempo se tejía á mano. Algo más tarde la pequeña vi lla adoptó el progreso á raiz de su re velación y continuó sbi descanso su ca rrera, apesar de l i f. ’fa de agua, por no poseer ningún canal, hasta llegar á lo que hoy en día es. gran ciudad rG 150.000 habitantes y poseyendo cliente;-: en todos los puntos del globo, y “comp toirs” de compra'y ve uta en todas par tes. # Concierto militar Programa de las pie; is que ejecutará esta noche en la Plaza de Baldorioty, la banda del Regimiento do Puerto Rico. 1. Paso doble “El ('untenario de Co lón.” Erviti. 2. Waltz “La boda de los vientos.” Hall. 3. Fantasía española “La Feria.” Laeome. 4. Fantasía 4 ‘ Fas de Dieux. ’ ’ Thern ton. 'Clarinete solo Prin. Mus. Ortiz. 5. Danza (á petición) “Alma Pura.” Miranda. 6. Marcha “El Matador ” Curtí. Star SpK-.gled Yavnmr. Número 152 Suscripción mensual 75 cts* Asmo, i Miguel Mascaré García CRONICA % Así va el mundo (Para el BOLETIN.) Invitado por un amigo ítimo concurrí cierta tarde al tiro de pichón, á ese sport de actualidad. ¡ Y cuán pronto me arre pentí de edlo! Porque esas horas, que se gún él, iban á ser de expansión y re gocijo, se trocaron para mí v en horas de sufrimiento, en horas de tristeza. Será porque soy demasiado, sensible; será porque mi corazón es un niño; será por lo que se quiera, pero lo cierto es que yo no puedo presenciar esa suerte de festejo, (pie califico de cruento, esa (da se de espectáculo, que califico de injus tificado, sin (pie mis sentimientos se ex citen, sin que el sufrimiento torture mi alma. Dadas mis simpatías hacia esas .ave cé Has débiles é inofensivas, no pued*> comprender, no puedo admitir sin que el enojo me asalte, que exclusivamente con el fin fútil y baladí de que unos cuantos señores luzcan sus aptitudes de punteros excelentes, se prive de la vi da, de una vida libre y alegre, á esas dó ciles y lindas avecillas que tal vez brán sido colocadas por Dios sobiv la tierra para servir de recreo y espa miento al hombre con las bellezas id colorido de sus plumajes; tal vez p 1 j alegrar r¿ ios campos con su arrullo, ou.> tiene algo de armonioso, con su prom cia. que tiene algo de arrogante, p > nunca, jamás, para ser arrebatadas á la vida sirviendo de blanco en ese spm*f modernista, en ese sport de actual id: í. For oso aquella tarde, cuando u n vez Si r das esas tiernas avecillas, yo : s veía remontarse alegremente, a:; Jo- - de su libertad, de una libertad fuga;- y momentánea, que les arrebataban de i :- iiera sai grienta, y las veía después a b.’- tir el vuelo y descender rápidamente y caer en fierra, heridas, revol ‘ándose en su sangre, que mancillaba con su rojez ía albura, de su plumaje sedoso, mi e< ra zón sufría y al sufrir me denotaba <¡ne aquel festejo era enojoso, que aquel es pectáculo era desagradable. Y cuando al volver mi rostro hall.día tras de mí al bella sexo que animal); ! t fiesta con su prescinda, el colorido abi garrado de sus trajes ricos y vapon me recordaba el plumaje lindo y sene d i > de esas cándidas muertas en su presen cia; en presencia de ese sexo débil que contagiado por el ambiente de modernis mo parece que lia trocado en indiferen cia su sensibilidad ; del sexo débil que ávido de diversiones y ansioso de rego cijos y hastiado de su hogar, lo abando na y se traslada al campo de tiro para animar con su presencia un espectáculo tan ingrato, una fiesta tan violenta; de ese sexo débil que encuentra ameno y agradable ver como unos cuantos sportsman se festejan y regocijan pri vando de la vida á ésas inteligentes y lindas avecillas, que si adolecen de de* fecto alguno, es de una debilidad exce siva; de no poderse revolver contra quienes, sin más derecho que el de la fuerza y sin otro objetivo (pie el de pa sar el tiempo, les arrebatan su existen cia. Verdaderamente, que ante un espec fámd > de tal naturaleza, solo se nrs yúi- I u • exclamar: ¡Así va el mundo! José Luís de f v é;o. C': 7 :r Jtiío-191 I.