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PAGINA CUATRO LA HIJA DEL ASESINO • (Sigue de la página 2) garlas. Pasados algunos instantes se levantó, abrió el armario, sacó de él un traje de pasada moda, pero de finísimo paño y de pul critud irreprochable. "Después de haberse afeitado y vestido, tenía verdaderamente buen aspecto, y llevaba su traje de vestir con más desenvoltura que la mayoría de los obreros en los días festivos; pero su ros tro conservaba la expresión de sombría tristeza habitual en él. El reloj de una fábrica cer cana dió las tres. (Los siguientes episodios es tán llenos de sublime emoción; no se pierda usted ni uno solo de estos capítulos!) The Beer That Made Milwaukee Famous La Cerveza |lf| que hizo ¡ '1 famosa a Milwaukee \ z ■ • QucJlhji HACEMOS TODA CLASE DE TRADAJOS DE IMPRENTA en los Talleres Linotipograficos de “EL IMPARCIAL” 1927 So. Central Ave. Teléfonos: AL 3-9802—AL 3-3682 Hable con Don Carlos, Prop. 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Para nosotros, ci vilización occidental no es solo una expresión del lenguaje re tórico, vacía de significaciones y de consecuencias; concebimos concretamente su realidad, su importancia ,su grandeza, y no podemos imaginarnos el vivir más allá de sus límites. Para nosotros, la civilización occiden tal no es únicamente una con cepción de la vida, sino también un conjunto de cosas tangibles y concretas, a las que nos ha habituado una larga tradición que amamos y sin las cuales la vida se nos ontojaría un desier* to indigno de ser recorrido. Pro ducto de una compleja y a veces penosa elaboración que ha en lazado dos milenios de la his toria del mundo, la civilización occidental se presenta ante nuestros ojos como un edificio espiritual y material reposando sobre dos bases: el Bien, cuyo concepto nos ha sido legado por el cristianismo; y lo Bello, que se afirma sobre la Acrópolis en oposición al horror de las re ligiones orientales. La buena nueva predicada por Cristo, re ferente al alma, y e lprodigio de un cuerpo armonioso ejecu tando armoniosas acciones, he rencia de Grecia, hacen de nues tra civilización, cuyo núcleo fue y sigue siendo el Mediterráneo, una admirable construcción que EL IMPARCIAL sitúa en su centro al Hombre. No obstante los pasajeros acon tecimientos que nuestra prolon gada historia esconde en sus pá ginas, debemo sseñalar que Eu ropa jamás ha perdido el cauce de sus fuentes espirituales en el curso de estos dos milenios. Jamás en suma, nuestra civili zación y su vigencia han sido puestos en duda; jamás se ha encontrado en situación de ver dadero peligro que minara sus bases. Nuestra época está reple ta de fatalidades. Las guerras mundiales, los sangrientos su cesos que las han escoltado, las conmociones sociales, el despla zamiento político desde Euro pa hacia A9sia y América, el caos que tiende sobre nuestra existencia un velo de precaria incertidumbre, nos hacen temer hoy que el momento de la des trucción pueda estar próximo. Nos hemos visto obligados, por la primera vez en dos milenios de historia, a delegar en enti dades nacionales extra-europeas el papel de defensores de nues tro espíritu y de nuestra ma nera de'vivir. El miedo, a me nudo insensato e injustificado, a las concepciones materiales predicadas por el comunismo ruso, cuya exigencia fundamen tal ha llevado a Europa a depo sitar su porvenir bajo la guar da de los norteamericanos, a quienes se pretende considerar como la porción más joven de nosotros mismos y por tanto como los más aptos para defen dernos de la ruina. Es posible que el exceso de ligereza, el ex ceso de precipitación ,el exceso de ignorancia en cuanto a las formas reales de la civilización norteamericana, y una también excesiva miopía, hayan orienta tado esta delegación de pode res; sea como fuere, es dema siado tarde para lamentarlo y dar marcha atrás. Y creo que sería igualmente absurdo el nu trr un sentimiento de hostili dad hacia aquellos a quienes, con razón o sin ella, hemos con giado nuestro destino; nada se ría más grotesco que hacer a los americanos responsables de la situación actual. Se debe advertir que han sido ellos los primeros sorprendidos de la tarea que se els ha asigna do de dirigir nuestro futuro; mas, puesto que se trata de una cultura basada en el interés, de una cultura de comerciantes, no han dejado de aprovechar la si tuación como han podido. Que se atribuyan la cualidad de la espada secular en defen sa de un mundo cuya sola fuer za es la del espíritu, es justo, puesto que nosotros mismos les hemos confiado esa encomien da. Pero es preciso evitar que se transformen en elemento de adulteración de la civilización misma que deben defender. He mos depositado en sus manos la suerte de nuestro poder po lítico, pero no se les otorga el papel de árbitros en los cami nos de nuestro espíritu; nuestro espíritu no necesita árbitros, ni jueces, ni defensores. Nnuestra concepción de la vida no nece sita ser modificada, sea por quien fuere. Nuestras actitudes respecto de la religión, del Es tado, la familia, de las relacio nes entre los individuos, han si do fundadas sobre valores cuya excelencia está probada por los siglos, para que podamos tole rar que se nos venga a aconse jar o a imponernos cambios de rumbo. Nuestro sentido de la moral individual es demasiado respetable para que podamos soportar que se trate de hacer nos renunciar a él. Nuestros gus tos nos son demasiado queri dos para que nos dejemos in ducir a trocarlos por otros gus tos. No hay propaganda, por poderosa que sea, que pueda de mostrarnos que la Coca-Cola es superior a nuestros vinos. Es un ejemplo muy modesto, pero que sirve para ilustrar la idea. El progreso industrial norteameri cano posee tales medios, que puede someternos—y así lo ha ce—a una martilleante, perpe tua e infatigable propaganda, que tiende a transformar nues tra escencia. En México se es tima demasiado a los america nos y, respetamos demasiado sus formas de vida para permi tirles que estimen y respeten la nuestra. En México se rinde jus ticia a lbs ameircanos que han sabido aportar la ayuda al po der político de nuestro mundo. Pero es preciso no olvidar que constituyen una sociedad joven que aún se encuentra muy le jos de haber alcanzado nuestra nsm ; jj GbsUiiicut'á' ' TV SALES & SERVICE (k V\ 5 Se venden TV Sets marcas IH Lsr&mA í* sylvania • emerson 's/jffllm *»»? tt 11l ¡r ‘ PACKARD-BELL tWMW, \ \¿ Mjh Ii) Y admiral * Servicio a Domicilio para 14 Te 7 |. E 'AL 0 3-8317 St ’ PÜ ■AfUyana |É FURNITURE STORE y MUEBLES Y UTENSILIOS ' _flTl p y- a la | — 401 E. Washington St. Phone: AL 3-5718 Radios y Televisiones PHILCO . t s~rw "¿y - Máquinas Lavadoras MAYTAG f y WESTINGHOUSE , "pf En esta Mueblería en donde se encuentra vr— “EL DISCO” a cargo de la Sra. Fita García, yt) tiene el surtido MAS GRANDE en toda X clase de DISCOS: Mambos Cha cha chas . . Rancheras Boleros y Bellas Canciones - \ fr/f ~7 por todos los artistas de fama y cantantes. —% // “v La LETRA de la Canción de la Semana en . j “EL IMPARCIAL”, en grabación, la encuen- k'Tl 7X-— — tra usted en EL DISCO. 5155l VIERNES 8 DE JUNIO DE 195$ madurez y nuestra experiencia. A nuestra vez, se constituye en obligación de nuestra parte a yudarles en su marcha hacia un ideal de más alta perfección en el dominio del espíritu. So lamente así, creo, será posible una colaboración, la vieja civi lización occidental, y la que*, en formación e hija de la nues tra, representan los Estados Uni dos. México, cuya civilización es cristiana y es latina, es decir Europea, sin dejar por ello de ser espléndidamente americana* puede convertirse en el punto psíquico de unión entre Euro pa y América. Su situación geo gráfica y su realidad espiritual pueden tender un puente que salve todo lo que separa a Eu ropa ed la más joven y podero sa rama de su civilización. Su resistencia a la invasión psico lógica de las formas culturales norteamericanas debe probar a lo sEstados Unidos que fuera de ellos existe un mundo digno de ser respetado en la más am plia significación del término. Su benevolente aceptación de todo lo que los Estados Unidos son capaces de producir para elevar al máximo la condición material del hombre debe de mostrar a los Estados Unidos que el mundo mira con simpa tía sus esfuerzos de superación. Vanguardia del espíritu euro peo hacia los Estados Unidos, México puede ser, al propio tiem po, avanzada de los Estados Unidos hacia Europa. Aquí, las manos pueden tenderse en una situación de igualdad y de re cíproco respeto. Phoenix, Ariz., Mayo de 1956. Dr. J. G. López-Plascencia. BUSQUE UD. “EL IMPARCIAL” TODOS LOS VIERNES